Beijing está de moda
El ascenso global de China fuerza a la Argentina a uno de los desafíos que más detesta y que peor resuelve: pensar la agenda de este siglo sin las ataduras del pasado.
por Fernando Pedrosa
El ascenso global de China fuerza a la Argentina a uno de los desafíos que más detesta y que peor resuelve: pensar la agenda de este siglo sin las ataduras del pasado.
por Fernando Pedrosa
Ni en la Fórmula 1 ni en la política Carlos Reutemann aceptó transformarse en la figura heroica, dicharachera y carismática que el país le reclamaba.
por Esteban Schmidt
Hay una noción instalada que dice que el rock es de izquierda, pero eso es falso. El rock encarnó siempre el espíritu de libertad física, psíquica y también ideológica.
por Sergio Marchi
Las ideas políticas del escritor siempre fueron polémicas e incómodas para muchos, pero es hora de aceptarlo en su totalidad. Sus opiniones fueron disruptivas y adelantadas a su época.
por Juan Villegas
Mientras Exactas de la UBA no tiene clases presenciales desde marzo de 2020, sus autoridades sacan comunicados y arman charlas que traicionan el método científico y se encolumnan con el Gobierno.
por Gustavo Noriega
Se dice mucho que en la Argentina es difícil lograr acuerdos. Cuatro leyes recientes muestran que, para las malas ideas, el consenso es bastante fácil.
por Daiana Molero
El gobierno manipuló datos para justificar tanto el cierre como la reapertura de las escuelas. En el camino, sigue menospreciando los terribles efectos del cierre en los niños y en nuestro futuro.
A pesar de los vaivenes del país y sus propios nuevos problemas, la provincia resiste gracias a su fe en el emprendimiento individual y la moderación política.
por Rogelio Alaniz
Abandonado el intento modernizador de la Superliga, el fútbol argentino retrocede hacia un neo-grondonismo corporativo y conservador. Al país le pasa un poco lo mismo.
Los crecientes ataques contra quienes se desvían de la ortodoxia ‘woke’ pueden parecer una travesura académica, pero hay que tomarlos en serio.
por Luz Agüero
El caso Chocobar reavivó el debate sobre el rol del Estado ante el delito. La única respuesta del oficialismo sigue siendo un abolicionismo que amenaza con romper el contrato social.
Los artistas y poetas del Movimiento San Isidro están poniendo nervioso al régimen cubano, que reacciona de la única manera que sabe: con represión y propaganda.
por María Matienzo