ZIPERARTE
Domingo

Anuario 2021

Nuestros primeros 12 meses estuvieron marcados por la pandemia (otra vez), el estancamiento económico y las elecciones legislativas. Todo quedó marcado en las páginas de Seúl.

Arrancamos casi con el año, el 17 de enero, y lo acompañamos a nuestra velocidad, a veces siguiendo la actualidad más de cerca, a veces más en nuestra propia órbita, tratando de hacernos las preguntas profundas sobre cómo llegamos los argentinos hasta acá y cómo podríamos, si tuviéramos la oportunidad, salir adelante. Para este último número de 2021 les proponemos un anuario: cómo vimos estos doce meses desde las páginas de Seúl. Pegadas una debajo de la otra, esta selección de artículos y entrevistas (no podríamos haber incluido todas), forman un mosaico curioso, un poco deforme, por momentos estimulante y por momentos deprimente sobre este año que se termina.

Dividimos el anuario en dos partes: los primeros seis meses del año están acá debajo; los otros seis, en este otro enlace.

 

 

ENERO

Predicciones de Martín Tetaz

Recién a fin de año, cuando por vacunación o contagios masivos la pandemia haya quedado atrás y esté más claro el grado de populismo en el manejo de la economía, veremos cuál es el modelo de negocios de Argentina. ¿Se profundizará el fallido modelo de sustitución de importaciones para favorecer a los industriales amigos con buen poder de lobby o habrá una integración inteligente al mundo? ¿Fomentaremos las exportaciones o insistiremos en el mito del mercado interno? ¿Resurgirá un peronismo racional del centro o se consolidará el espacio de Máximo Kirchner, que busca poner en discusión el rol de la propiedad privada y avanzar a una constitución como la del 49? Las respuestas, a fin de año.

Martín Tetaz, Ir tirando

 

David Rieff | Entrevista

Al principio, haciendo un lectura demasiado optimista de la historia argentina, como todos los presidentes salvo Cámpora habían logrado marginalizar a sus predecesores, pensé que Alberto no iba a aceptar un papel como el de Medvedev cuando fue presidente pero Putin siguió mandando. Pero al final fue así. Alberto no parece capacitado para el trabajo que tiene. Por lo que entiendo, Cristina es una señora muy inteligente. A Alberto no lo conozco, pero parece medio bobo. Lo ves en que no puede mantener una sola versión de cualquier hecho. Parece uno de esos reyes medievales que repite lo que le aconsejó el último cortesano la noche anterior.

 

Encierro para todos

Lo que siguió fue un caos de órdenes y contraórdenes librados a la voluntad de gobernadores e intendentes. Así, se generalizaron prohibiciones particulares y “protocolos”, gestos burocráticos de ingeniería social que se destacan por su arbitrariedad y a cuyas intrincadas disposiciones es difícil prestarles atención. Básicamente se trató de dificultar la vida del ciudadano de manera cada vez más absurda, mientras se le decía, ya casi sin convicción, que se le estaba salvando la vida. Al mismo tiempo, se renunció a derechos elementales mientras que se perdieron educación, salud y economía de una manera que la Argentina no experimentó ni en sus ya legendarias crisis.

Gustavo Noriega, La épica del encierro

BERNARDO ERLICH

 

Osvaldo Bazán | Entrevista

No creo en la eternidad de la maldad. Hay muchos indicios de fin de ciclo, hay muchos indicios de que esto así no va. Veo en el corto plazo algo terrible, un año de zombies comiéndonos el cerebro unos a otros. El inicio de los Juegos del Hambre, vamos por la mitad de los Juegos del Hambre y andá a saber quién queda. Pero evidentemente, después de esto la vida continúa. Y muchísima gente se está dando cuenta, lo sufre en carne propia, que las estructuras en las que creíamos ya no se soportan.

 

AF promete el regreso de las clases

Es hora de terminar con el ida y vuelta de declaraciones entre el Gobierno, las provincias y los gremios docentes y cumplir no sólo con el sentido común y la experiencia internacional (donde lo último que se cierra y lo primero que se abre son las escuelas), sino con la propia promesa del presidente hace dos días. Fernández dijo que las clases empezaban en marzo. Ahora tiene la responsabilidad de lograr los acuerdos políticos necesarios para hacerlo realidad.

Quimey Lillo, Alberto dijo que las clases empezaban en marzo: ahora tiene que cumplir

 

Domingo Cavallo | Entrevista

IGNACIO LEDESMA

Voy a contar una anécdota que hasta ahora no quise contar. Una vez hace años me invitaron a una conferencia que se hacía en China todos los años sobre estos temas monetarios y financieros, justo una semana después de una visita de Axel Kicillof a China. Entonces le pregunté al organizador qué le había parecido el discurso de Kicillof y me contestó: “Me hizo acordar de los discursos que hacían los economistas chinos en la época de Mao”. Yo no dije más nada. Obviamente los economistas chinos en la época de Mao no entendían cómo funcionaban los mercados, cómo funcionaba la economía, creían que se podía resolver cualquier cosa y de cualquier forma desde el Estado con poder político. ¿Son ortodoxos o heterodoxos los actuales economistas chinos? No, son economistas que ya saben cómo funciona la economía en el mundo y han ido tomando decisiones, en mi opinión, en la dirección correcta.

 

 

FEBRERO

Las tarifas siguen congeladas

Pero la presión política para evitar noticias adversas que puedan afectar el humor social en meses críticos para la disputa electoral parece imponerse sobre cualquier lógica económica. Y aun cuando la estrategia de “aguantar hasta las elecciones” prospere y resulte exitosa; ¿qué vendrá después? Las distorsiones serán mayores, los costos fiscales y sectoriales más significativos y el ajuste tarifario más doloroso. Con contadas y justificadas excepciones, los argentinos debemos pagar por la energía lo que la energía vale. Si no lo internalizamos cuanto antes, la trampa del congelamiento tarifario solo nos llevará a otro ciclo de retraso, redistribución regresiva y ajuste; un proceso repetido y costoso para el sector energético y para el conjunto de la sociedad.

Nicolás Gadano, La trampa de las tarifas

 

Se va Apu

Irse no es “hacer la fácil”. Encontrar un nuevo destino, ir vaciando un hogar de años, ocuparse de los que quedan en Argentina, dejar poderes, conseguir trabajo en otro país, vender departamento y auto, hacernos chequeos médicos de todo tipo, conseguir toda la documentación consular (una pesadilla en tiempos de pandemia), encontrar escuela para los chicos, estudiar otro idioma, rendir exámenes y toda la logística de viajar en tiempos de segunda ola de coronavirus. Me mudo pero siempre seré argentino, por lo que me mantendré insalubremente al tanto de todo y ayudando en lo que pueda. Seguiré conectado a mis grupos de discusión, donde hay consenso de que en la gestión de Cambiemos hubo un frente en donde no se ganó ni un centímetro, y que esto no puede volver a pasar: debemos tener la voluntad de disputar el sentido común.

Hugo Glagosvsky, Por qué me voy

Martín Yeza | Entrevista

Creo que por virtud y defecto de haberme adelantado una generación a los tiempos normales de la política y haber asumido la intendencia con 29 años, nadie me percibe como una amenaza. Tampoco me invitan a su fiestita. ¿Cómo me llevo con halcones y palomas? Hoy hay un espacio político en la Argentina que es Juntos por el Cambio, que es una alternativa al peronismo, que no solamente genera un contralor y un equilibrio de poderes en el Congreso de la Nación, sino que por primera vez desde 1983 ofrece un equilibrio territorial. Esto es inédito en la política argentina. Entonces tanto los halcones como las palomas son necesarios para un espacio de coalición moderna que busca gobernar la Argentina y transformarla. Tiene sus discusiones como las necesita cualquier espacio vital democrático. Lo disfruto.

 

La elección se gana por el centro

La continuidad de dos modos electorales, “peronismo-no peronismo” (con sus eventuales divisiones internas), nos permite hipotetizar que el modo que finalmente logre unificar su oferta triunfará por sobre el modo que no pueda presentar una oferta única. Esto es especialmente para la estrategia de campaña electoral, ya que acentuar las tendencias centrífugas de la Grieta para contentar a los votantes extremos puede alienar a los centristas propios, a la vez que los centristas del otro modo, al tener que optar entre un extremo y el otro, preferirán el propio. Una estrategia “centrista” como la de Raúl Alfonsín en 1983, la de Mauricio Macri en el 2015 o la de Alberto Fernández en 2019 obliga a los extremos propios a aceptar aun “tapándose la nariz” a votar al candidato propio, dada la tendencia más intensa al voto estratégico de una identidad en contra.

Luis Tonelli, Al centro que hay lugar

 

Efectos del cierre de escuelas sobre los niños

Hace algunos meses los niños de la Argentina tuvieron que hacer su propia rebelión ante adultos que los ignoraban o no sabían darles respuesta, pero que mientras tanto se paseaban por restaurantes, shoppings y casinos. Fueron los chicos que ya jugaban en los espacios verdes de las plazas los que fueron rompiendo precintos de seguridad que indicaban cosas del tipo “peligro tobogán” o “cuidado hamaca”. Otros tuvieron maneras más dolorosas de hacer su aparición ante los adultos, con crisis de angustia o regresiones. Sobre la cuestión educativa no hubo voluntad firme ni creatividad para buscar soluciones. Sectores que se consideran progresistas recurrieron a los argumentos más conservadores para defender las escuelas cerradas. Centraron el debate en las necesidades de los adultos en lugar de los derechos de los niños. Desconocieron lo que ya sabían Fröbel, Sarmiento y Manso sobre la importancia de ese mundo aparte, del juego en el aprendizaje y de crear un espacio para multiplicar las opciones futuras de los niños de orígenes menos favorecidos. “La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras”, dijo Fröbel.

María Victoria Baratta y Juan Pablo Aguad, El reino del revés

 

Últimos en Saigón

FLORENCIA GUTMAN

Puede que me equivoque, pero tengo la siguiente sensación: de este lado de la zona de seguridad compartida (a 50 kilómetros, para ser exactos), a veces pensamos la política como si no hubiera pasado nada, como si no estuviera pasando nada, como si este fuera otro ciclo de los muchos que hemos vivido. No sorprende, si tomamos en cuenta que el derrape económico y social golpea mucho más a los ciudadanos argentinos que a los políticos argentinos. Pero éste no es el mismo país de hace cinco años, y es probable que estemos cruzando un punto de no retorno. Mientras saltamos de zoom en zoom, el país pierde expectativa y fuga parte de su capital físico y humano, la base de su riqueza futura, como antes fugaba sus ahorros. Queda cada vez menos para repartir y camuflar las demandas genuinas de progreso social. La implosión y la fuga se retroalimentan y aceleran. Si la política no advierte estos cambios a tiempo, tal vez haya que cambiar el nombre de esta revista por el de la ciudad que da título a esta nota.

Eduardo Levy Yeyati, Saigón

 

Cambios en el Impuesto a las Ganancias

El Congreso argentino está a punto de discutir una reforma al Impuesto a las Ganancias de los empleados formales, impulsada por el presidente de la Cámara baja, que eleva el piso salarial a partir del cual se paga el impuesto. El argumento oficial es que la reforma pondrá plata en el bolsillo de la clase media y ayudará a reactivar la economía. Ese argumento, sin embargo, olvida que los cambios propuestos generarán otros efectos negativos, más graves que sus hipotéticos beneficios. La reforma baja impuestos buenos, compensa subiendo impuestos malos y solo beneficiará a una parte del 10% más rico de la población. Además, avanza en la dirección contraria a lo que debería hacer un sistema de impuestos ordenado y progresivo, repitiendo errores históricos de la política argentina. Y, por último, llega en un momento muy delicado de la economía y de las finanzas públicas, cuando cada esfuerzo debería estar en cuidar la frágil situación en la que estamos.

Isidro Guardarucci, Mala reforma, mal momento

 

La Hidrovía va rumbo al desastre

El gobierno tiene cuatro opciones a su disposición. La primera es prorrogar el contrato actual, que es caro y malo. El Presidente ha dicho que está opción está descartada. La segunda, impulsada por los sectores nacionalistas del oficialismo, es que el Estado asuma el control de la obra, pero el Estado argentino no tiene capacidad para hacerlo. La tercera es entregar la obra sin licitación a un consorcio nuevo. La cuarta, y la que todavía dice el Gobierno es la que están trabajando, es lanzar una nueva licitación internacional, pero las posibilidades de que esto ocurra a tiempo son cercanas a cero. Es imposible preparar, desarrollar y concretar una licitación de tamaña envergadura en las pocas semanas que quedan hasta el final de la concesión.

Dada la situación, y las idas y venidas recientes del gobierno sobre este tema, lo más probable es que el proceso termine en un naufragio institucional y de gestión.

Darío González Mardjetko, Hidrovía, rumbo al iceberg

 

MARZO

La vacuna de Beatriz Sarlo

Sarlo le dice a Quereilhac que debe reponer alguna dimensión moral en su práctica política y que no puede ser todo una cuestión de pragmatismo y táctica. Lo hace en forma tan precisa que, con ese simple consejo, ilumina la magnitud y las carencias de todo ese universo kirchnerista en que se inscriben sus interlocutores. Tal vez en esas diferencias conceptuales entre los protagonistas se sintetice gran parte del drama actual que vive el país y la verdadera forma que adopta la grieta que nos separa.

Eso se observa más dramáticamente en la respuesta pública de Quereilhac, donde muestra que no se detuvo a leer el mensaje o que, sencillamente, no pudo entenderlo en toda su profundidad y por eso lo tacha de simple “cacareo”. Lo cierto es que, más allá de las explicaciones posteriores, Díaz y Quereilhac han perdido toda dimensión de lo que están haciendo, como también ocurre con los chicos camporistas que se vacunan orgullosos mientras son fotografiados haciendo la V. Todos ellos ya no tienen ningún norte moral en su accionar que les permita primero reconocer el bien y el mal y luego, diferenciarlos.

Fernando Pedrosa, Tienes un email

 

Una semana mirando c5N

LEO ACHILLI

El tono de voz de Sylvestre, de Duggan y de García me agota. Tienen dos únicos recursos que repiten hasta la náusea: el grito indignado y la sorna de peluquería. Los dos suenan berretas, impostados. Pero ahora está Leandro Santoro, que habla de las derrotas del peronismo en CABA y que sí dice algo interesante: “Nosotros tenemos que construir un relato, un proyecto de ciudad superador que enamore a las porteñas y los porteños. Con otros valores. Y hay que construir un proyecto cultural. Una mística”. Lo mismo que se repite en Juntos por el Cambio respecto de las elecciones a nivel nacional. El kirchnerismo es nuestro espejo, mon semblable, mon frère; un espejo deformante, de pesadilla, pero espejo al fin.

Gonzalo Garcés, Rencores verdaderos

 

¡Se puede ganar en la provincia de Buenos Aires!

Y acá el quid de la cuestión y de este artículo. Desde hace al menos nueve años Juntos por el Cambio viene ganando espacios de poder en el conurbano bonaerense. Y sin embargo pareciera que este proceso no existe de manera condensada en el imaginario colectivo y en el análisis político. Aún más, en 2021 y 2023 JxC tiene la posibilidad de dar un paso más en esa dirección. Para eso debe convencerse de que puede hacerlo, elaborar una estrategia unificada, tanto en lo territorial como en lo electoral (algo de lo que por ahora parece carecer), y entender que el conurbano está lleno de votantes sin lealtades partidarias que comparten algunos de sus valores (como el valor del trabajo y el mérito o el énfasis en la seguridad) y están buscando alguien confiable que refleje su manera de pensar.

Matías Fernández, Patear el tablero del conurbano

 

Claudia Hilb | Entrevista

A veces pienso en esto: yo soy hija de judíos alemanes escapados de Alemania en el ’38. La guerra terminó en el ’45 y yo nací en el ’55. Es decir, habían pasado apenas 10 años después del desastre del Holocausto. Mi hija nació más de diez años después del final de la dictadura. Pero mientras para mí la Segunda Guerra Mundial fue siempre parte de la historia, en la vida de mi hija la dictadura fue siempre un tema presente de un modo muy llamativo. Es cierto que yo no nací en Alemania y que ella nació en la Argentina, pero igual me llama la atención. Y no solo negativamente, también en forma positiva. Porque en Alemania hubo toda una etapa muy larga de silencio respecto al nazismo. En cambio, en la Argentina es llamativa la forma en que se fueron transformando las distintas cristalizaciones acerca de lo que pasó, cómo todo va y viene, aún hoy. Y esto me lleva a pensar en para quién escribo cuando escribo sobre estos temas. “¿Para quién canto yo entonces?”, como dice la canción de Charly García. Yo claramente escribo para las generaciones más jóvenes, no para mi propia generación.

 

 

ABRIL

Muere Mauro Viale

Vuelvo a revisar el timeline y veo que especialmente el kirchnerismo bilingüe destaca que él sí se tomó en serio la pandemia. Tengo para mí que, si lo hizo de esa manera, la condición de empleado de Claudio Belocopitt (o, como le dice Franco Rinaldi, “Belocovid”) funcionó de incentivo. Porque Mauro, cuando no era hombre del show, era un hombre de Estado. Y la verdad es que podría haber funcionado como negador, perfectamente, y haber puesto en duda de todas las maneras posibles la contagiosidad de los asintomáticos, la calidad de la vacuna rusa y sembrado dudas sobre el desacuerdo con Pfizer.

Esteban Schmidt, Mauro siempre estaba

 

Más protegidos, más inflación

VICTORIA MORETE

Drácula no puede exponerse a la luz, porque lo destruye. Con el proteccionismo ocurre lo mismo: si echáramos luz sobre sus verdaderos costos y beneficios, no sobreviviría tal y como lo conocemos. Los millones de usuarios argentinos de celulares, ¿saben que dejan entre tres y seis salarios mínimos para comprar un teléfono solo para beneficiar a un puñado de empresarios y unos pocos miles de trabajadores del régimen industrial de Tierra del Fuego? ¿Entienden que pagaron por su celular un 50% más que un chileno o un colombiano solo para beneficiar a unos pocos privilegiados ? La información y la transparencia son al proteccionismo lo que la luz es a Drácula: cuanto más informada está la sociedad acerca de los costos y beneficios de políticas que protegen a determinados sectores, menor será el nivel de protección que reciban.

Daiana Molero, El efecto Drácula

 

La batalla cultural

El 25 de abril les preguntamos a 74 surcoreanos qué opinaban sobre la batalla cultural, si era indispensable o si un territorio menor, si estábamos ganando o perdiendo, qué teníamos que cambiar para ganar. A continuación, tres de los cientos de párrafos publicados ese día inolvidable:

“Aunque el desafío de cambio cultural es general, la iniciativa es dirigencial. Las políticas económicas y sociales de 2021-23 definen la pobreza de 2025. Las educativas, la de 2035. El camino sinuoso de los últimos años fue contraproducente. El de los últimos meses, miope. Si el enfoque es cortoplacista cuando debatimos cuestiones previsionales (¿con esta fórmula para 10 años la jubilación le ganará a la inflación en marzo?), tributarias (si pagan los de vereda par y yo vivo en impar, adelante) o federales (¿cuánto le toca a mi distrito del nuevo impuesto?), en 2033 tendremos medio siglo de democracia –ya no tan joven– con al menos un tercio de los argentinos pobres”.Hernán Lacunza

“La salida de este corralito ideológico está en nuestras manos, siempre lo estuvo. Ningún líder providencial ni acontecimiento fortuito nos va a resolver nada: el populismo autoritario puede fracasar nuevamente, romper el país y aún así conservar el control del discurso para la próxima etapa, si es que les entregamos ese control por callarnos ante los escribas institucionales y los constructores del sentido. El resultado de callar es la repetición neurótica de un nuevo ciclo de populismo y empobrecimiento sin fin en todos los órdenes de la vida”.–Gabriela Saldaña

“La profunda indiferencia del arco republicano por la cultura tiene varias fuentes y el miedo es una de ellas. Inspirándose en la receta fascista, el peronismo construyó una poderosa máquina disciplinadora que opera desde la sociedad civil: cualquiera que desafíe los tabúes sabe que tarde o temprano la paga. Daremos un gran paso el día que reconozcamos que no nos quedamos callados por moderados, sino por cobardes”.Julio Montero

 

El oficialismo critica la UVA, Seúl la defiende

Es cierto que la suba de las cuotas, ajustadas por inflación, plantea un problema real para muchas familias (como la suba de los alquileres para los inquilinos), pero también es cierto que algunos de los casos usados contienen errores que confunden y llevan a conclusiones falsas sobre la salud del sistema. Para empezar, muchos de estos artículos parten de un caso particular para dar la impresión de que el peso de las cuotas está llevando a muchas familias a dejar de pagar sus créditos y, por lo tanto, a correr el riesgo de perder sus casas. Esto, sin embargo, no es lo que está pasando. Los créditos UVA siguen teniendo la mora más baja del sistema bancario, cercana al 0,5%, muy por debajo de la mora en los créditos hipotecarios a empresas (que ronda el 6,5%) y la tasa de incumplimiento de las tarjetas de crédito (1,3%), solo por citar dos ejemplos. Y tampoco es cierto que la mora haya aumentado en los últimos meses. De hecho, por ejemplo, en enero de 2020, antes de la pandemia, era del 0,7%. ¿Cómo se explica esto? ¿Cómo puede ser que tras varios años de recesión y después del peor año económico desde 2002 las cuotas UVA se sigan pagando? La respuesta es que siempre fue así: tanto los inquilinos como los deudores hipotecarios buscan asegurarse el pago de su vivienda, aún a costa de reducir otros consumos. Eso explica que la mora en los hipotecarios familiares suele ser muy baja. O sea que, a pesar de los problemas económicos recientes, no hay una crisis en el sistema hipotecario. El propio Banco Nación dice que sólo 129 de sus 46.000 deudores UVA expresaron incapacidad de pago, y que varios de ellos optaron por cancelar el crédito en un pago.

Federico González Rouco, Frenemos el lobby anti-UVA

 

 

MAYO

Brasil aprueba el trigo transgénico de Bioceres

La historia de Bioceres es importante por muchas razones. Dos de las que más me interesa contar son su éxito para unir a la ciencia con la producción (y, al mismo tiempo, lo público con lo privado) y su éxito para juntar la producción agropecuaria, donde la Argentina es un líder global, con la economía del conocimiento, donde también tenemos una gran oportunidad y es el segmento de la producción de valor más dinámico del capitalismo global. Si tuviéramos diez Bioceres seríamos otro país. O también, al revés, si fuéramos otro país tendríamos diez Bioceres.

Iván Ordoñez, Chacareros con microscopios

 

Baja el rating de ‘Showmatch’

ZIPERARTE

Marcelo Tinelli tiene ahora los pómulos de Chirolita, como dos musculitos, dos medias pelotas de ping pong que brillan bajo cincuenta mil lumens en un estudio de televisión, gritón, musical y repetido. De la vejez imparable, la pérdida de colágeno es la que te informa que ya no sos una meseta, se cuelga la piel: triste, si se está muy apegado a lo icónico publicitario; si no, real, como la noche. Mi amigo médico, el doctor Patricio Nayar, dice siempre: envejecer es un arte, y refiere a la artesanía de los cuidados, al noviazgo con lo inevitable. Un dramón caminar a la extinción, y no por universal menos difícil para cada persona.

Esteban Schmidt, Tinelli y su máscara

 

Avanza el proyecto de Costa Salguero

Pero el fantasma de la especulación inmobiliaria y de las grandes corporaciones apropiándose de la ciudad es mucho más terrorífico. Entonces el Frente de Todos comenzó una campaña de boicot resumida en una gran mentira: “el Gobierno de la Ciudad está vendiendo nuestro río para llenarse de plata y que los ricos construyan grandes torres”. Mi propósito no es juzgar a la gente que no leyó el proyecto y que defiende este boicot honestamente. Pero por su culpa nos estamos perdiendo la oportunidad de tener un nuevo acceso público al río a través de un gran espacio verde donde hoy no hay más que edificios privados abandonados. Basta con ver las imágenes: se planea una gran extensión de parque con un paseo ribereño y un camino de sirga, conforme dicta la ley. No se ven torres, solo edificios de cinco pisos (sería muy curioso que se construyeran torres al lado de una pista de aterrizaje, tal como entendieron Itaí Hagman y Ofelia Fernández).

Juan Ignacio Kinder, Militando el atraso

 

Con el anti-kirchnerismo no alcanza

Lo digo más claramente: con la indignación no alcanza. Ni para ganar elecciones ni para gobernar en términos democráticos, modernos y eficientes. Las redes sociales están generando ilusiones de sobrerrepresentación. Twitter ha permitido a multitudes de indignados expresar con mayor o menor talento sus indignaciones. En algunos casos ha distorsionado la autopercepción de la influencia de acuerdo a la burbuja en la que cada uno se encuentra. La indignación ya es una parte de nuestra familia. Pero existen otras partes, menos politizadas, que están demasiado preocupadas por su supervivencia como para estar dispuestas a vivir en un estado imaginario de guerra civil los siete días de la semana, las veinticuatro horas.

Pablo Avelluto, Con el anti-kirchnerismo no alcanza

 

La bronca de Dante Liporace

ZIPERARTE

Lo peor de todo esto es que estamos desde hace un año en modo supervivencia, conformándonos con sobrevivir. No me gusta eso. No me gusta cuando algún colega comenta que el Gobierno nos va a dejar abrir una hora más o sacar dos mesitas a la calle. No está bien que pensemos así. No está bien que aplaudamos porque en lugar del 30% nos van a dejar meter el 35% de la capacidad de los locales. No podemos acotstumbrarnos a eso. No soy el único que piensa así (si fuera el único me tendría que ir del país), mucha gente se siente como yo, pero, para ser honesto, tampoco veo a la oposición –a la que voté: todo el mundo sabe por qué partido simpatizo– a la altura de lo que pasa, de la dimensión del desafío que representa la coalición de gobierno.

Dante Liporace, Un año entre el cielo y el infierno

 

 

 

JUNIO

 

Alberto Fernández: mexicanos, indios, brasileños, selva, argentinos, barcos

En los ’70, el imaginario que tenía el argentino medio sobre México y Brasil se relacionaba bastante con la “imagen Disney” de aquellos tiempos sobre cada país: brasileño “negrito carioca” que está todo el día de joda y mexicano “indiecito amable y vago que todo el día duerme la siesta”. Esa ingenua y racista simplificación que Disney ya no tiene sobre los latinoamericanos, volvió hoy de manera brutal en un comentario del presidente Alberto Fernández, sentado al lado del presidente español, Pedro Sánchez. Fernández quiso traer a su discurso un viejo chiste que algunos atribuyen a Octavio Paz pero otros a Carlos Fuentes y que, finalmente, no importa mucho quién lo dijo. (Es como lo de Bertold Brecht y los imprescindibles: lo importante no es quién lo dijo sino lo que se dice).

El chiste no incluía a los brasileños y la selva (eso corre por cuenta de la propia creatividad de Fernández, o de la del colaborador que se lo contó) y decía más o menos lo siguiente: “los mexicanos descendemos de los aztecas, los peruanos de los incas y ustedes de los barcos”. Presidente: los mexicanos, orgullosos de su pasado imperial y milenario, no dirigían ese chiste a ellos mismos, ni tampoco a los peruanos, sino a nosotros: a nuestra idea estereotipada de país europeo y blanco, que por el solo hecho de serlo siente garantizado el futuro. Por eso, al citarlo mal y sin entenderlo, lo único que está haciendo es reforzar la vigencia del chiste. Al final somos como dicen que somos.

Julián Gadano, Alberto, perdido en su selva

 

Entrevista | Jaime Durán Barba

IGNACIO LEDESMA

Ahí tenemos algo muy jodido que estuve discutiendo con Horacio y con Mauricio [Macri]. Estamos en un momento en el cual o inventamos una utopía o nos vamos al carajo. O sea, tienes que lograr que un joven a quien le vamos a pedir el voto dentro de dos años diga “me ilusionan estos tipos”. Porque básicamente en Argentina tenemos dos grandes corrientes. Caricaturizando un poco, una es la corriente conservadora: son personas que creen que hay que vivir como se puede, que hay que seguir dando subsidios, es una organización política clientelar muy reaccionaria. Ellos funcionan así y van a poder funcionar así mientras no les estalle la granada en la nariz. Y después estamos nosotros, que somos la alternativa a esa sociedad conservadora. Yo creo –y voy a decir una imprudencia– que de a ratos ni Mauricio le dio importancia a lo que era más importante en él, que era la disrupción. Asomó de pronto un tipo que no se parecía a los viejos políticos que venían diciendo “somos una alternativa republicana frente al populismo”. No, era un tipo que vino e hizo el salto del bache, un tipo que permanentemente estuvo provocando, produciendo un mensaje de disrupción absolutamente clave para los nuevos políticos.

 

‘Reacción conservadora’ y escándalo

Las personas que presentaron este informe, ¿adscriben a la idea de una sociedad abierta, en donde una opinión diferente sobre cualquier tema no puede ser simple motivo para su señalamiento? El intento de identificación de la disidencia con la criminalidad no comienza con las posiciones sobre el aborto. Desde la guerra de las Malvinas hasta el tratamiento de la pandemia se ha intentado que en algunos temas la sociedad se exprese homogéneamente, sin desacuerdos. La idea de que alguien que piensa por fuera de ciertos parámetros debe ser señalado y aislado es una característica de los regímenes autoritarios. En nuestra región sucede en Cuba, Nicaragua y Venezuela.

El trabajo sobre la “reacción conservadora” lleva este razonamiento a sus consecuencias lógicas. Si los que se oponen al aborto son criminales, si ser “conservador” no es un derecho legítimo, exponer a sus integrantes, a las relaciones entre ellos, a las instituciones que lo cobijan, no sería sólo una posibilidad de la práctica periodística, sino casi un deber. El sólo enunciado de esa idea demuestra su absurdo y el peligro que implica. ¿Qué importancia podría tener la información de que X interactúa en Twitter con Y y pertenece a la institución Z si todas estas relaciones son públicas y dentro de la ley? El señalamiento de disidentes sólo porque sí, porque lo son, es un paso en dirección a la discriminación y a la represión. Cuando además se lo disfraza de periodismo, el peligro es aún mayor.

Gustavo Noriega, El dedo contra los disidentes

 

Ser del rock, ser de izquierda

“Hoy la izquierda dejó de ser rock”. ¿Cuándo lo fue? Nunca: justamente la gracia del rock ha sido hasta ahora –y espero que lo siga siendo- encarnar el espíritu de la libertad, física, psíquica e ideológica. ¿Eso significa que el rock es de derecha? Tampoco: el rock no puede ser concebido como un movimiento, tal y cual lo entienden una buena cantidad de sociólogos y pensadores que se han metido a desentrañar un fenómeno que no alcanzan a comprender. El rock es un cuerpo de voluntades individuales muy diferentes entre sí y que conviven en un proyecto en común o en un espacio físico o anímico por amor a la música. Nada más lejos de una ideología. Todos los otros significantes que se le adjudican son alimento balanceado o, como cantó Charly García, filosofía barata y zapatos de goma.

Sergio Marchi, Yo no quiero vivir como digan

 

Si te gustó esta nota, hacete socio de Seúl.

 

Si te gustó esta nota, hacete socio de Seúl.
Si querés hacer un comentario, mandanos un mail.

Compartir:

Seguir leyendo

Ver todas →︎

Diez razones por las que
este gobierno me hace feliz

Van por el rumbo correcto, no ceden, no sienten culpa, son honestos y me encantan sus formas.

Por

El mito de la polarización

Ni Milei polariza con Cristina ni Macri polarizó con Cristina ni nunca nadie polarizó con nadie. Es una hipótesis elegante, pero poco probada en la realidad.

Por

El fin del fin de la Historia

Tras la caída de Al-Assad y el descalabro de Rusia e Irán, Occidente tiene una oportunidad para reconfigurar el orden mundial similar a la que se abrió con la caída del Muro de Berlín.

Por