El caso de Gina Carano muestra que ya no es el Estado sino el mercado el que dice qué se puede decir o pensar. Como el mercado es más eficiente, las listas negras ya no son necesarias.
Netanyahu aprovecha para hacer campaña y que se hable menos de los juicios en su contra. Los antiisraelíes, para denunciar una discriminación inexistente contra los palestinos.
Insfrán no es un remanente de épocas pasadas ni un aliado indeseable del proyecto oficialista. Es un elemento central de la versión dominante del justicialismo.