Javier Milei es parte de un fenómeno global: los liderazgos mesiánicos antiprogresistas. ¿Cómo son las sociedades y los momentos históricos que los hacen aparecer?
Los votantes castigaron a Juntos por el Cambio por la interna feroz, pero fue una contienda inevitable y ejemplar entre dos líneas divergentes que hace años generaban fricción y desgaste.
Milei ganó las PASO prometiéndole soluciones mágicas e indoloras a una sociedad exhausta. Patricia Bullrich deberá convencer a esa misma sociedad con un programa real y creíble.
Superado el shock inicial por los resultados del domingo, JXC tiene que recalibrar su estrategia porque hay margen para recuperar muchos votos perdidos.
Con el kirchnerismo cada vez más debilitado, Juntos por el Cambio tiene que exceder su función de escudo contra él y decir quién es, qué quiere y hacia dónde va. Anoche ganó la interna esa idea.
Milei captó una idea que estaba rondando en la sociedad: que el Estado te quita más de lo que te da. El desafío de Patricia Bullrich será tomar esa idea sin la lógica salvaje de los libertarios.
Juntos por el Cambio ha quedado en el medio de dos propuestas populistas, una de izquierda y otra de derecha. La interna ya pasó y la pelota la tenemos nosotros. No va a ser fácil.
Apareció un sujeto histórico que desconocíamos: empleados de la economía informal que trabajan sin parar porque les gusta la guita y viven en libertad, sin Estado.