No, pero quizás habría que cerrarlo un tiempo, vender sus edificios y pensar desde cero un instituto despolitizado, sin burocracia, enfocado en la creatividad y adaptado a una sociedad democrática.
A pesar del empeño de las fuerzas del Gobierno y del Cielo por provocar una hiperinflación, todavía quedan algunas (pocas) esperanzas de que no suceda.
Lo polémico no es que la Corte haya confirmado que Ana Figueroa debe jubilarse. Es lo que dice la Constitución. Lo polémico es que existan jueces partidarios.
‘La Argentina en el Fondo’, el libro de Martín Kanenguiser y Alejandro Werner, confirma que no hay programa económico que pueda contra nuestra pulsión autodestructiva.