Ni Milei polariza con Cristina ni Macri polarizó con Cristina ni nunca nadie polarizó con nadie. Es una hipótesis elegante, pero poco probada en la realidad.
El empresario Alejandro Reynal fue sobreseído hace unos meses de un proceso iniciado en 1982 que mostró los peores vicios de la justicia federal y la potencia de la maquinaria kirchnerista.
En las semanas anteriores al balotaje, el peronismo y las corporaciones hicieron campaña queriendo colocar a Milei fuera de la democracia. No era la primera vez que usaban esa estrategia.
Decir que el ataque contra Cristina fue un atentado contra la democracia o la consecuencia inevitable de la ‘grieta’ no sólo es inexacto. También es peligroso.
El alegato del fiscal Luciani tiene la consistencia de una narración sólida apoyada en datos. Como el Juicio a las Juntas, marcará un antes y un después. Ya nadie podrá alegar desconocimiento.
Los proyectos que propone el kirchnerismo en el Congreso tienen nombres buenos que esconden leyes malas. Así suman aliados y Juntos por el Cambio no siempre tiene el número para bloquearlos.
Los jóvenes y los mayores ya no votan mayoritariamente al Frente de Todos. Sólo una aldea resiste, la de los nacidos entre 1970 y 1990: mis contemporáneos.