La Ley Ómnibus obligó a la industria del cine a dar una discusión que se negaba a dar, pero la está dando con bastante deshonestidad. Un aporte para mejorar la discusión.
Protestas generalizadas frenaron el intento del Gobierno de darle la gestión colectiva de los derechos de autor a una organización poco conocida pero con mucho poder de lobby. Menos mal: hubiera sido un desastre.
¿Debe el Estado financiar películas? El mercado solo no alcanza, pero sin pluralidad y profesionalismo los cineastas no tendrán a la sociedad de su lado.