Los que rondamos los 40 años, cuando hablamos de cine tenemos una sola patria: el VHS. Noches de adolescencia entre las góndolas de un blockbuster eligiendo cine noventoso y descubriendo los ’80 y los ’70, cruzándonos de casualidad con clásicos o películas descartables sin distinguirlas en ese momento.
Con la politóloga Sabrina Ajmechet charlamos sobre esas obsesiones de la infancia y cómo se resignifican (o no) con el paso del tiempo. Esta vez empezó preguntando ella.
Sabrina Ajmechet
¿Cuándo fue la última vez que viste una película entera sin agarrar el celular?
Diego Papic
Es una buena pregunta, aunque la respuesta es medio equívoca porque da la casualidad de que anteayer volví a ver Beetlejuice después de veinte años y no toqué el celular de tan genial y original que es. Seguro colaboró que me trajo recuerdos de cuando era chico y entonces me pude olvidar de este presente horrible. Pero digo que la respuesta es equívoca porque es cierto que casi nunca puedo ver una película sin agarrar el celular. De todas maneras, yo suelo poner pausa cuando agarro el celu. Detesto perderme cosas. No puedo dejar de fondo la película, por más pésima que sea. En todo caso, la saco y chau. Por eso es tan lindo el cine en el cine. No sólo por el tamaño de la pantalla y el sonido. Es otra experiencia cuando no podés poner pausa. Aunque hay gente que mira el celular en el cine.
Sabrina Ajmechet
¿Mirás mucho cine para niños y adolescentes?
Diego Papic
No mucho. No soy muy fan del cine de animación. ¿Igual a qué llamamos cine para niños y adolescentes? ¿Marvel entra? Eso miro. Igual no soy particularmente fan. ¡Pero Beetlejuice es otra cosa!
Sabrina Ajmechet
Una costumbre que tenía de niña/adolescente y que adoraba y que incluso siguió varios años más hasta que fue frenada por el matrimonio es la de ver una y otra vez las mismas películas. Así como hacen los niños, pero hasta los veintipico. Todas las noches me dormía mirando lo mismo. Primero en VHS y después en DVD. Por épocas, claro. En una época fue Piel de asno. Después Mucho ruido y pocas nueces. Notting Hill. De todas sé los diálogos de memoria –creo que todavía– y amaba poner un día tras otro la misma película para dormirme.
Diego Papic
¿Cómo descubriste Piel de asno de chica?
Sabrina Ajmechet
Por mi papá. ¿Sabés que me llamo Sabrina por Sabrina? Sabrina, la remake, fue otra de las que miraba noche tras noche. Por puro narcisismo supongo.
Diego Papic
Una cosa que siempre pienso sobre las películas que veíamos en nuestra infancia es que en aquel momento las veíamos sin tener idea de cine, de nombres de directores ni de nada, pero de todas maneras las buenas películas nos marcaban. Yo te mencioné Beetlejuice y hoy te puedo decir exactamente qué tiene de genial, hablar de Tim Burton, etc. En ese momento ni sabía quién era Tim Burton y sin embargo la película me marcó. Lo mismo la que vos mencionás de Piel de asno y Jacques Demy. ¿La volviste a ver de grande?
Sabrina Ajmechet
Sí, y ahora te la menciono y veo unos minutos de YouTube, siento la misma felicidad que sentía de niña al verla. No me pasa, por supuesto, con otras películas. Al contrario, hay películas que veía mucho de niña que no quiero volver a ver porque ¿y si me aburro? En cambio, con las de adolescente, no me pasa tanto. Otra de las películas que vi más de cien noches seguidas fue Ni idea. Es pava. Es fantástica. Cuando la vi de nuevo me pareció igual de genial. Lo mismo con Legalmente rubia, aunque ya era un poco más grande.
Diego Papic
Pero Ni idea es cero pava. Es una obra maestra. La volví a ver hace poco.
Sabrina Ajmechet
Bueno, es Emma. Emma tambien me la sé de memoria. Pero prefiero Ni idea.
Diego Papic
Una cosa que me parece brillante de Ni idea que no sé si es de Ni idea o estaba en la novela de Jane Austen es que si bien está contada desde el punto de vista de Cher Horowitz, incluso narrada por ella y no vemos nada que ella no vea, sí nos damos cuenta de todo aquello de lo que ella no se da cuenta (por algo se llama Ni idea/Clueless). Nosotros nos damos cuenta enseguida de que a ella le gusta Josh. Yo no sé cómo carajo logra eso Amy Heckerling, pero es un guión digno de estudio.
Sabrina Ajmechet
Claro. No bebotea igual con todos que con Josh, pero ella no sabe que bebotea diferente con Josh. Y eso es fantástico, porque ella está concentrada en el matchmaking de los otros. Sabe que emparejarse puede solucionar problemas. Por ejemplo, con el profesor que necesita que sea más feliz para que ella tenga una mejor nota. Pero no lo entiende indispensable para ella.
Diego Papic
Y el personaje del padre, que con un solo plano te deja claro que lo trajo a Josh para engancharlo con la hija. Qué gran película. Las mejores películas son las que parecen sencillas.
Sabrina Ajmechet
Estoy de acuerdo. Igual, algo de lo que no siento mucha vergüenza es que también me gustan las películas muy muy malas. Sobre todo cuando son películas románticas, esas obvias, que desde la primera escena sabés cómo va a ser todo, adoro.
Diego Papic
Hay todo un tratado sobre películas malas. Recomiendo un texto de J. Hoberman que se llama justamente “Películas malas“. A los surrealistas les gustaban. Hay películas malas que son mejores que muchas películas no tan malas (quizás hasta que algunas películas buenas pero no excelentes). Está el ejemplo acá de Un buen día. Es una película mala en el sentido de que todos actúan mal, está mal filmada. Pero tiene algo.
Sabrina Ajmechet
Ay, no la vi. Pero me hiciste acordar de Un día muy especial. Qué genial. Me gustan las películas de Nueva York. ¡Descalzos en el parque! Cómo me olvidé de Descalzos en el parque. Otra gran película. ¿Ves? Esa es bastante mala. La amo.
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