THE TOWN
Cazafantasmas

Las monjas salvajes

Hablamos con la crítica de cine y cantante lírica Elena D'Aquila sobre cómo filma Ben Affleck las escenas de acción y por qué Larry David y Andy Samberg son nuestros únicos héroes en este lío.

Si me decís que hay una serie sobre una joven millennial de clase media norteamericana neurótica que tiene que lidiar con su vida laboral y amorosa y que para colmo es negra (not that there’s anything wrong with that), yo huyo. Pero Elena D’Aquila dice que Insecure está buena, y yo confío en ella. Elena es crítica de cine, trabaja en contenidos del canal AMC y además forma parte de la Compañía Verdi como cantante lírica.

Hablamos también sobre el grupo de comedia The Lonely Island, nuestro deseo compartido por que Aziz Ansari vuelva a la comedia, la enorme película que es The Town, de Ben Affleck, y también cómo el mundo distópico de Mad Max parece haberse hecho realidad.

Elena D’Aquila

Tengo la costumbre de terminar de trabajar y sentarme a ver qué hay en la tele, y que exista la posibilidad de toparme con una película querida de esas a las que siempre se quiere volver o, si tengo suerte, con alguna de la cada vez más larga lista de pendientes.

Hace un par de días estaban dando The Town, de Ben Affleck, y la vi por enésima vez. Tengo una fascinación particular por esa película, por cómo filma las escenas de acción y también las sentimentales con una sobriedad que resulta devastadora. Ese momento en que el personaje de Affleck ve que la policía tiene rodeado a su mejor amigo y no puede hacer nada más que mirar y acompañarlo hasta el final desde la distancia es demoledor

También vi la última de Steven Soderbergh, que no se retira más, Let Them All Talk. Recontra intrascendente. Es frustrante, porque empieza bien y después, como suele suceder en sus películas, nada conduce a nada y al final saca algo de la galera que no tiene que ver con lo desarrollado y de repente terminó.

Siguiendo con las decepciones, después de un año y medio volví a una sala de cine para ver Fast & Furious 9, esperando que se alineara otra vez al espíritu de la 4, 5 y 6, pero es todo lo contrario, se hace larga, hasta tediosa y se pierde en escenas con diálogos demasiado extensos e innecesarios.

Lo que más me gustó últimamente fueron las series que vi: Insecure y El método Kominsky me sorprendieron muchísimo.

Diego Papic

¡The Town! Qué gran película. Quizás no tiene la “importancia” de Argo pero no se le queda atrás. La escena que decís es terrible, toda esa secuencia. Affleck mira sin poder hacer nada como nosotros. Y él, también como nosotros, sabe cómo va a terminar porque Jeremy Renner ya nos lo dijo, pero el final se demora.

Otra escena que me gusta es cuando Renner se los encuentra a Affleck y a Rebecca Hall y estás todo el tiempo temiendo que ella vea el tatuaje en la nuca.

Lástima los problemas con el alcohol de Ben, si no fuera por eso tendríamos más películas suyas. Quizás ahora con J-Lo, quién te dice…

Elena D’Aquila

¡Sí! La escena del tatuaje te pone los nervios de punta, el manejo del suspenso es espectacular, toda la película es una secuencia perfectamente filmada tras otra, y la versatilidad con la que pasa de la acción al palo a una escena mucho más íntima como en la que Ben Affleck le cuenta a Rebecca Hall sobre su madre, sostenida casi toda por primeros planos de él. Y escenas como esa y la que le dice a Jeremy Renner que quiere irse de Charlestown están igual de bien ejecutadas que por ejemplo la persecución donde ellos van vestidos de monjas. Esa es directamente una clase de montaje.

Diego Papic

Toda la secuencia del robo disfrazados de monjas es inolvidable. Y me pregunto a quién se le habrá ocurrido la genialidad de que estén disfrazados de monjas. Quizás está en la novela, pero funciona tan bien la imagen. Mejor que Point Break te diría.

Elena D’Aquila

Sí, y eso que Point Break no envejeció ni un poco, la ves y resulta igual de eficaz y espectacular que hace treinta años. El disfraz de The Town funciona incluso mejor que en Heat, película a la que le debe muchísimo o casi todo: las secuencias de robo y de persecución son muy similares, de hecho ese final con Jeremy Renner rodeado es casi un espejo de Al Pacino persiguiendo a Tom Sizemore por las calles, y el personaje de Jon Hamm es un obsesivo igual que Pacino, no existe otra cosa que la cacería para ellos. De hecho, Jon Hamm ni vida personal tiene, es un personaje exclusivamente dedicado a su trabajo.

Diego Papic

Pero me parece que, a diferencia de Heat, acá no son dos caras de una misma moneda o dos opuestos que en el fondo son lo mismo. A Jon Hamm medio lo odiás. No sé si te pasó. Es raro, porque los héroes son claramente los chorros, aunque tampoco los romantiza demasiado (bueno, quizás a Affleck un poco). El personaje de Jon Hamm en Richard Jewell es medio como el de The Town, aunque en The Town no encuentro justificativo para sentirlo así.

Elena D’Aquila

Sí, Jon Hamm es un desagradable soberbio que nunca genera empatía en The Town, porque tampoco importa que empaticemos con él, pero ya que trajiste a Clint Eastwood, tanto él como Affleck, y también Michael Mann, respiran el mismo aire del cine norteamericano clásico.

Diego Papic

Totalmente. Con el que más comparan a Affleck es con Eastwood. Espero ansioso Cry Macho (estrena el 21 de octubre en Argentina).

Pero contame un poco de Insecure. No vi nada pero tengo prejuicio con el concepto “millennial neurótica de clase media” que encima es negra, como para cubrir todos los casilleros. Igual no vi nada, eh.

Elena D’Aquila

Entiendo lo que decís de Insecure, porque a priori te genera no querer verla, pero una vez superada esa instancia, la serie tiene una frescura y una desfachatez sin igual. Básicamente son dos amigas negras que viven en Los Ángeles lidiando con sus problemas amorosos y laborales. Ya el primer episodio deja en claro el tono de la serie cuando aparece Issa Rae, la protagonista, rapeando “Broken Pussy” en un karaoke. Nunca cae en un tono aleccionador ni nada por el estilo, si bien hay algún que otro roce con el tema racial, siempre lo lleva para el lado del humor, podría ser una especie de Girls pero a puro hip hop.

Algo parecido a lo que te pasa con Insecure sentí con la última temporada de Master of None y no me gustaba nada ese reset de la serie con la pareja de lesbianas negras después de que prácticamente lo cancelaran a Aziz Ansari por la cita aquella que se hizo pública.

Diego Papic

Da bronca el reseteo porque es injusto, pero Ansari lo resuelve bien, creo. Se nota que es sensible y talentoso. Pero se extraña el humor. Las primeras dos temporadas fueron de lo mejor que vi en comedia en los últimos años.

Elena D’Aquila

¡Claro! Esta temporada fue como su “redención”, una especie de pedido de disculpas, y ahora el humor ya no es una posibilidad, es todo dramático, grave, sufriente, me resultó algo forzado y aunque está impecablemente filmada y tiene unos planos increíblemente hermosos y escenas muy logradas, no deja de parecerme algo impostado. Esperemos que vuelva en algún momento a esas formas geniales de la comedia de las temporadas anteriores. Si no, la televisión, que hoy en día parecería gozar de más libertades que el cine en cuanto lo políticamente incorrecto, se va a terminar convirtiendo en una seguidilla de series pacatas donde siempre se priorice contentar a todo tipo de público y de a poco ya no se pueda hacer humor sobre nada, y sólo haya lugar para tratar las temáticas importantes en tono solemne y con bajada de línea.

Diego Papic

Es bastante elevada la proporción de películas y series, al menos las americanas, que tocan los temas woke. Las mejores les dan una vueltita de rosca. Justamente en Master of None está el capítulo de la primera temporada “Indians on TV” que es sobre eso, pero está excelentemente resuelto. Es como una especie de doble juego: soy woke pero me río de lo woke que soy (sin romper las reglas). Es lo que hay. Quizás Larry David sea una excepción: es boomer, varón, blanco, cis, hétero, pero digamos que tiene changüí.

Elena D’Aquila

Larga vida a Larry David y a Andy Samberg, mis únicos héroes en este lío.

Diego Papic

Tengo que ver Popstar: Never Stop Never Stopping. Palm Springs no me volvió loco pero es simpática.

Elena D’Aquila

Popstar tira palos para todos lados. Es The Lonely Island meets South Park. El recital final es un delirio absoluto. Y ya quiero ver la temporada 8 de Brooklyn Nine-Nine.

Diego Papic

Para terminar, me gustaría que recomiendes alguna película o serie que te parezca apropiada para este momento que estamos viviendo.

Elena D’Aquila

Y… pienso en Buenos Aires en plena cuarentena el año pasado y me remite directamente a Mad Max. Las calles desiertas, algún que otro auto circulando, y un aumento considerable de la violencia y la locura. Una sociedad totalmente destruida regida por el autoritarismo y la impunidad de bandas de salvajes. Un Mel Gibson antes de Mel Gibson, casi sin rastros de cordura, rasgo que lo sigue caracterizando al día de hoy.

En la distopía de 1979 el bien más preciado que la vida era el petróleo, acá la guerra hoy –una de las tantas– es por la llegada y el manejo político de las vacunas. Asoma un futuro aún más horrendo pero posible: Max, quien da nombre a la película, no es el verdadero protagonista, se limita casi mudo e indeciso a vagar por la ciudad, mientras otros se imponen en pantalla robando su protagonismo. Un personaje que está a punto de explotar una y otra vez hasta que inevitablemente lo hace.

Es una película desprolija y hasta ridícula por momentos, pero que comienza a percibirse más como un posible y alarmante futuro que como uno distópico. Bueno, me salió la pesimista.

 

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Diego Papic

Editor de Seúl. Periodista y crítico de cine. Fue redactor de Clarín Espectáculos y editor de La Agenda.

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