Aunque la campaña recién comienza, la conformación de las listas de precandidatos a diputados y senadores nacionales para las PASO permiten sacar algunas primeras definiciones. La primera es que, a nivel nacional, el Frente de Todos priorizó el reparto de posiciones entre las distintas fuerzas que componen la coalición (kirchnerismo, peronismo tradicional, Frente Renovador, movimientos sociales y sindicatos), procurando mantener las mismas proporciones que actualmente presenta la bancada oficialista en el Congreso Nacional.
Lo coalición gobernante mantuvo la unidad en 18 distritos. En las restantes seis provincias habrá internas, siendo las más estridentes las de Tucumán (donde se presentarán dos listas, una apoyada por el gobernador Manzur y la otra por su vice, Osvaldo Jaldo) y Santa Fe, donde se enfrentarán los candidatos del acuerdo entre Perotti y el kirchnerismo con los de Agustín Rossi y el albertismo. Los restantes distritos con competencia interna son Corrientes, Misiones, Neuquén y Chubut.
Alberto Fernández logró posicionar a las cabezas de lista en los dos principales distritos: CABA (Leandro Santoro) y la provincia de Buenos Aires (Victoria Tolosa Paz), mientras que Cristina Kirchner consiguió asegurarse los puestos para sus legisladores más cercanos en la provincia de Buenos Aires y en varios otros distritos del país, como Río Negro, Neuquén, Jujuy e incluso en la Ciudad de Buenos Aires. Sergio Massa hizo lo propio con la participación de su fuerza en el armado de la coalición.
Por el lado de Juntos por el Cambio, sólo seis provincias no presentarán internas en septiembre.
Por el lado de Juntos por el Cambio, sólo seis provincias no presentarán internas en septiembre (San Juan, Chaco, Formosa, Mendoza, Corrientes y Jujuy, estas últimas tres dominadas por el radicalismo). En todos los restantes distritos presentarán entre dos y cinco listas. En Neuquén, San Luis, La Rioja y Santa Cruz, además, la coalición se ha escindido: la CC-Ari presentará lista propia en Neuquén, el PRO en Santa Cruz y la UCR hará lo propio en San Luis y La Rioja.
Horacio Rodríguez Larreta impuso a sus candidatos en la PBA (Diego Santilli) y en la Ciudad de Buenos Aires (María Eugenia Vidal), aunque en ambos casos el éxito en la consolidación de su liderazgo dependerá de que logren la victoria por sobre sus competencias internas, en especial del radicalismo.
El peronismo alternativo, por último, sólo logró imponerse con lista propia en la provincia de Buenos Aires (“Vamos con Vos”, encabezada por Florencio Randazzo) y en Córdoba, donde el schiarettismo buscará recuperar al menos un senador y quedar en segundo lugar en la contienda de Diputados.
Las claves
Dado este escenario electoral, entonces, ¿cómo analizar lo que va a pasar en los próximos meses, desde este inicio de la campaña a las PASO y, luego, por supuesto, los resultados de la elección legislativa en noviembre? Se me ocurren ocho claves:
1. Esta elección permitirá conocer si la sociedad da una señal de apoyo o rechazo al Gobierno nacional. Siendo la primera instancia electoral en el poder, el Frente de Todos pondrá en juego su base de apoyo así como su capacidad de resiliencia interna. Esto será especialmente importante en la provincia de Buenos Aires: una derrota podría acelerar el proceso de conflictividad interna, quizá no necesariamente entre Alberto Fernández y CFK, pero sobre todo entre las distintas fuerzas de la coalición (gobernadores, intendentes, movimientos sociales, sindicatos).
2. Por el contrario, una victoria en Buenos Aires podría limitar –al menos temporalmente– las tensiones internas, aumentando las probabilidades de que la coalición llegue sin mayores quiebres a 2023, al tiempo que fortalecería las posiciones de Alberto Fernández y de CFK.
3. Alternativamente, si del resultado electoral se diera una combinación de victoria para el oficialismo en la provincia de Buenos Aires con derrotas sorpresivas o contundentes en provincias gobernadas por el peronismo, este fortalecimiento del poder central sería aún mayor. Esto se debe a que la estrategia dominante entre los gobernadores será provincializar las elecciones.
4. Otra implicancia clave del resultado electoral en la arena política será la relación entre el kirchnerismo y la Justicia. Una derrota del Frente de Todos obstaculizaría sus posibilidades de influir sobre las causas que afectan a referentes del oficialismo, y especialmente a Cristina Kirchner. Este escenario a su vez incrementaría la conflictividad interna en 2022 y 2023.
5. Por el lado de la oposición, será fundamental observar si el peronismo no K logra resultados lo suficientemente holgados como para pensar en una posible reconfiguración del sistema de coaliciones, permitiendo el acceso de sectores y dirigentes actualmente oficialistas en el futuro cercano. En este aspecto, habrá que seguir de cerca la performance de Florencio Randazzo en Buenos Aires, la de Alejandra Vigo –esposa de Schiaretti– en Córdoba y la interna en Tucumán.
6. Para Juntos por el Cambio está en juego la confirmación de Rodríguez Larreta como líder, quedando así lanzado a 2023. Hasta el momento logró imponer en buena medida a sus candidatos y estrategia; ahora le resta conseguir el apoyo electoral. Clave será lograr la victoria de Diego Santilli en la interna bonaerense más un resultado aceptable en noviembre, además de un triunfo sólido en CABA de la mano de María Eugenia Vidal. En caso de sufrir una derrota, la situación de la coalición será incierta y caótica, sin liderazgo claro y confrontación en aumento.
7. La UCR apuesta a un retorno. Su carta es conseguir la victoria de Facundo Manes sobre el PRO en la interna de Buenos Aires. El objetivo de Manes no sólo es derrotar a Santilli, sino también al kirchnerismo y transformarse en un nuevo líder con proyección nacional para competir en 2023.
8. Por último, será importante determinar en qué medida el pesimismo y el mal humor social, marcados por la incertidumbre alrededor de la evolución de la pandemia y las crecientes dificultades económicas que atraviesa el país se transforma en ausentismo electoral o en alguna forma de voto antisistema con el apoyo de outsiders.
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