Uno de mis recuerdos más felices es el de un verano en Brasil yendo de aquí para allá con Apocalipsis, un mamotreto de Stephen King de 1300 páginas. La conexión física y emocional que tuve con ese libro se repitió muy pocas veces. Zambullirse en una historia tan extensa es un proyecto fascinante y cuando esa historia nos cautiva, la recompensa es mayúscula.
De esto hablamos con Nicolás Di Candia, escritor, autor de –entre otros– Nunca está de más repetir, un libro sobre Les Luthiers. De esto y de otras cosas: Los Beatles, Lyndon Johnson, Garry Shandling, Seinfeld, ALF y la importancia de cuidar nuestro tiempo y nuestra energía para poder llegar al final de una maratón (de series).
Nicolás Di Candia
Estoy viendo pocas cosas nuevas. Me mantengo al día con las series que venía mirando que siguen al aire, como Curb Your Enthusiasm o Better Call Saul, pero arranqué muy poco que haya empezado en los últimos cuatro o cinco años He estado mirando mucho Cheers, Frasier, últimamente me dio por The Larry Sanders Show… Me gusta mirarlas varias veces y absorberlas de muchas maneras. Y cine casi nada. Diría que no tengo tiempo, pero volví a ver toda Mad Men, así que no es tiempo lo que me falta, es la atención que estoy dispuesto a prestarle a algo que todavía no vi y pienso que merece más.
Diego Papic
¿Por qué Cheers y Frasier? No las vi, pero pensé que estaban un escalón abajo de lo mejor del género tipo Seinfeld o Friends. Aunque Cheers fue mencionada en Seinfeld, cuando George se pregunta si le pagarían lo mismo que a Ted Danson por el piloto.
Nicolás Di Candia
Yo no pondría a Friends en el mismo escalón que Seinfeld. Me parece que es Seinfeld con todas las sugerencias del canal que Larry David descartaba. Me gusta, la he disfrutado mucho, pero siento que mientras más la veo, menos le encuentro. Seinfeld es una de las que miro, pero es por épocas. En estos meses me dio por otras, en cualquier momento regreso a Seinfeld.
Cheers y Frasier no sé si están por debajo de Seinfeld. No tienen el “status cultural”, por lo menos acá, pero son grandes, grandes series. Puedo hacer un tratado sobre la grandeza de Cheers con estos diez segundos como ejemplo.
Y Frasier es la sitcom hecha a la perfección sin salirse del género. Después de Seinfeld medio que ya no da hacer o mirar sitcoms. ¿Cómo me las tomo en serio? Seinfeld se salió del género y no hay vuelta atrás. Frasier se quedó en el género y lo llevó a una maquinaria muy eficiente, funciona bien en cualquier temporada, y es de esas series que aprovechan las oportunidades que surgen.
La sitcom es esencialmente teatral. Seinfeld la expandió a lo cinematográfico. No es necesariamente la primera vez que ocurrió, pero para mí es la definitiva. Veo las sitcoms posteriores y me pregunto para qué se molestan en hacer eso
Diego Papic
Creo que lo de Seinfeld no es sólo que sacó la acción a la calle, sino que inventó la autoconsciencia de la sitcom. Lo que te decía de la referencia a Ted Danson, por ejemplo, o lo que vos decís de las ideas desechadas de George. Pero también una idea desechada podría haber sido un bar en el que se juntan los parroquianos a beber y compartir sus problemas. Me lo imagino a Jerry diciendo “por qué irían a compartir sus penurias a un bar”. Eso no quita, claro, que Cheers pueda estar brillantemente escrita. Me gusta pensar en este tipo de series como canciones pop perfectas, con sólo tres acordes, pero pegadizas y redonditas.
Nicolás Di Candia
Sí, la sitcom tiene algo cerrado, lo que no significa que no se pueda disfrutar. Seinfeld dio un loop sobre sí misma. No es casualidad que sea contemporánea de Los Simpsons. Ambas trajeron un shock de, llamémoslo, realidad, que dejaron a lo que vino antes como algo acartonado. No en vano me puse a ver The Larry Sanders Show. Misma época, mismo efecto.
Alguna vez leí, en referencia a Los Simpsons, que era una ruptura de las sitcoms de los ’80, con mentalidad Reagan, como los nuevos ’50, con The Cosby Show como el mejor ejemplo. En los ’90 se vino a romper eso. Y a mi gusto, no se puede volver.
Diego Papic
Contame de The Larry Sanders Show, que no la vi.
Nicolás Di Candia
Es un talk show como el de Letterman, y la serie nos muestra el detrás de la escena de ese show ficticio, con mucha crudeza y palabrotas porque es de HBO. Es correr la cortina y ver toda la miseria detrás de lo que uno ve en el aire, y aparte es muy divertido. El protagonista, Garry Shandling, venía de hacer una sitcom en los ’80 (It’s Garry Shandling’s Show) que tenía la particularidad de que todos sabían que estaban en una serie de televisión. Es algo pavota, pero en 1987 era rupturista. The Larry Sanders Show vendría a ser el predecesor de Curb Your Enthusiasm. Estuvo en el aire entre 1992 y 1998. Hay muchos cameos de famosos haciendo de sí mismos, mostrándose miserables, mezclándose con la actitud de los personajes de la serie. Hay muchas referencias que han quedado viejas pero se deja disfrutar
Diego Papic
Veo que tenés predilección, al menos en el humor, por cosas de hace algunos años. ¿Es difícil encontrar hoy comedias puras en TV? Bueno, está Curb Your Enthusiasm que nos da cada tanto una temporada. Veep terminó ya. Y después las del estilo Master of None o Atlanta creo que no ponen al humor en primer plano, como tampoco lo hacía Louie. O Barry. O Succession. Todas excelentes, pero no son comedias comedias.
Nicolás Di Candia
No sé si es porque no haya ahora, no hay gran cosa que me interese pero tampoco hice un gran escaneo como para estar bien al tanto. El tema es que hay muchos años de series para ver, no es necesario ver las nuevas ahora. Una de las que quiero ver, por ejemplo, es The Americans, que terminó hace poco. Y la veré cuando funcione para mí. No estamos atados a los deseos de algún canal.
De chico me preguntaban por qué escuchaba a Los Beatles en lugar de la música de esa época, y contestaba lo mismo: ¿por qué tengo que escuchar lo de ahora? No es porque sea viejo, o por rechazo a lo nuevo, es porque me gusta. Ahora, treinta años después, sospecho que los que me preguntaban eso escuchan música de hace treinta años.
Diego Papic
Es cierto, aunque bueno, Los Beatles son de ahora también. “Sunny Afternoon” de Los Kinks te traslada a Londres 1966, pero “Tomorrow Never Knows” es de ayer, hoy y mañana.
Nicolás Di Candia
Andá a explicarle eso a los que me preguntaban a los 13 años.
Diego Papic
Igual entiendo lo que decís respecto de las series, está bueno no perseguir histéricamente los estrenos y dejar que el paso del tiempo haga el filtro.
Nicolás Di Candia
¡Sí! Algún día me voy a decidir y ver toda M*A*S*H. Todos dicen que es excelente.
Diego Papic
Detesto con todo mi corazón la película. No sé qué onda la serie. Amo esos objetivos delirantes. ¡Son 11 temporadas!
Nicolás Di Candia
Sí, es intimidante. Y 11 temporadas de como treinta capítulos cada una. Pero bueno, soy admirador de Mark Lewisohn.
Diego Papic
El biógrafo de Los Beatles, sí. ¿Lo leíste completo el libro?
Nicolás Di Candia
Por supuesto. Es espectacular, ves las cosas con una claridad impensada. Y el approach completista hace que eso sea posible, el tipo te dice todo y te lo ordena, te lo hace comprensible en contexto amplio.
Diego Papic
Contale al lector quién es Mark Lewisohn.
Nicolás Di Candia
Es un tipo que de joven tenía ganas de tener una lista de las actuaciones en vivo de Los Beatles. Como no existía, se puso a investigar y estuvo siete años descubriendo cosas. En el proceso, fue el que descubrió la fecha exacta en la que Lennon y McCartney se conocieron. Esa investigación salió como libro: The Beatles Live. Después, EMI le encargó escuchar todas las cintas de las sesiones de grabación, y escribió otro libro sobre eso.
Ahora está escribiendo una biografía (The Beatles: All These Years) con estilo completista, metódico, basada principalmente en documentos que escarba por todo el mundo. El primer volumen (Tune In) le tomó diez años. La edición resumida tiene 900 páginas, la completa 1700. Ambas terminan en 1962.
Diego Papic
¿Y qué cosas nuevas descubriste leyéndolo?
Nicolás Di Candia
Uffff. Vamos con algunas. Al ordenar las fechas y los hechos, te das cuenta perfectamente de por qué lo echaron a Pete Best. Es difícil desentrañar un misterio cuando la respuesta es “no hay tal misterio”, pero acá queda clarísimo.
Por otro lado: la increíble improbabilidad de todo lo que pasó. Cómo se van conectando distintos hechos, cada vez más difíciles, que llevan a liberar esa fuerza. La conexión con Hamburgo, con Londres, con Estados Unidos, se va dando, y nunca como alguien lo tiene previsto, pero se da.
A la vez, ves que una parte de la explicación es el magnetismo de ellos, son gente interesante que cuando otros los ven, quieren más. Es increíble que haya fotos y grabaciones sonoras del día en que se conocieron Lennon y McCartney, pero es porque alguien vio a Lennon y dijo “hay que sacarle una foto”, y otro con un grabador lo vio y dijo “hay que grabarlo”.
También cómo la cuestión central de Los Beatles pasa por la autenticidad. Tuvieron la oportunidad de ser ellos mismos, y eso es lo que causó que resonaran con el mundo entero. Ver su llegada en contexto de lo que era la música de 1962 es esclarecedor. Y un poco es parecido a la irrupción de los Seinfeld y Simpsons en las sitcoms de los ’80: vamos a liberar con autenticidad
Diego Papic
Tienen varias similitudes con Seinfeld. El todo es más que la suma de las partes, llegaron en el momento justo y el éxito los acompañó. Quizás no de entrada. A Seinfeld tuvieron que bancarla un par de temporadas y Los Beatles tuvieron que remarla unos años tocando en vivo, pero después con el éxito fue cuando fueron más revolucionarios todavía.
Nicolás Di Candia
Y la autenticidad. Ambos pudieron ser fieles a los que ellos querían ser. Ambos, cuando quisieron, rompieron las reglas, los límites. Ambos llegaron medio de casualidad a tener la oportunidad, y lograron ser lo más codiciado de su respectivo medio. Y ambos se retiraron en pico de popularidad.
Diego Papic
Una de las mil cosas que me impresionan de Los Beatles es que eran geniales en todos los rubros y cuando se metieron en el cine también fueron geniales. Lamentablemente Lewisohn no llega todavía hasta ahí, habrá que esperar el segundo volumen de la biografía, pero Anochecer de un día agitado es una película extraordinaria.
Nicolás Di Candia
Es buenísima. Lewisohn ha contado que ellos tuvieron la oportunidad de hacer cine un año antes, pero no quisieron hasta que tuvieron influencia en qué película se iba a hacer. Ellos aprobaron al guionista (Alun Owen), que había hecho una obra de teatro muy cruda sobre realidades de Liverpool, al punto de que se le habían ofendido por mostrar demasiado. Y el director (Richard Lester) les gustaba también. Es otro ejemplo de cómo a través de ser auténticos lograron algo mejor por caminos inesperados.
Diego Papic
Me gustaría terminar con algo que tiene que ver un poco con el motivo por el cual arrancamos hablando de Lewisohn. Vos me habías dicho que querías encarar M*A*S*H, que son 11 temporadas. A mí también me entusiasman esas aventuras largas. Entre el año pasado y este vi todo Agents of S.H.I.E.L.D., que son siete temporadas. Tengo ganas en algún momento de encarar Star Trek. El libro de Lewisohn está en pendientes, claro. Tiene algo fascinante zambullirse en una historia tan extensa, que sabés que te va a tomar tanto tiempo, quizás meses. Sea ficción o realidad, no importa. A mí me atrae más que lo breve.
Nicolás Di Candia
Sí, es fascinante. Es un poco un proyecto, que llegado el caso uno puede abandonar si le parece que Star Trek es un embole. Este muchacho, por ejemplo, se propuso ver y comentar las cuatro temporadas de ALF, y consiguió hacer un trabajo fascinante sobre la naturaleza de la serie y lo espantoso que tenía que ser trabajar ahí.
Pero más allá de eso, está bueno darse el tiempo de encarar algo largo. Poner uno el ritmo. Si M*A*S*H duró 11 años, yo la puedo ver en un par de meses, o en 20 años. No importa. O puedo abandonar por un tiempo y retomar. Inspirado en Lewisohn, me compré la biografía de Lyndon Johnson que todavía está escribiendo Robert Caro (The Years of Lyndon Johnson). Sólo leí el primer volumen, y tengo los otros tres esperando el momento adecuado. Porque en las maratones hay que cuidar tiempo y energía.
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