Sería exagerado decretar el fin del marketing, como hizo Patricia Bullrich, pero sí es cierto que en este mundo fragmentado la única estrategia posible de comunicación política es la autenticidad.
Aunque a veces aciertan en sus diagnósticos, las ideas de Agustín Laje y la Nueva Derecha no logran sacarse de encima emociones inútiles como la indignación y el resentimiento.
El linchamiento de Franco Rinaldi, instigado por sus opositores políticos con la cooperación de algunos periodistas, terminó con su renuncia a la candidatura. Lo que haya dicho él es secundario.