El caso Zoe Capital, una bomba a punto de estallar en escándalo, muestra que la educación financiera es imprescindible para evitar estafas a pequeños ahorristas.
El gobierno dice que busca un acuerdo con el FMI, pero en verdad sólo quiere alivio financiero: posponer pagos sin cambiar su política económica. No es lo que necesita la economía.
El libro de Juan Carlos Torre es injusto con el radicalismo y con el propio Alfonsín, en parte porque tiene una visión de laboratorio que ignora las complejidades políticas de la época.
Una tribu de opinadores busca explicaciones complejas a problemas más sencillos de lo que parecen. El origen de nuestra inflación no es “multicausal”: es monetario y, en el largo plazo, fiscal.
El Gobierno quiere dar la sensación de que el acuerdo con el FMI se arregla con un par de llamadas. Pero es mucho más trabajo que eso. Y necesariamente requerirá algún tipo de ajuste.
La Secretaría de Comercio puede ser un organismo potente para eliminar monopolios y dar más competencia. El gobierno prefiere usarla para bajar la inflación, algo que no puede ni debe hacer.
Todo el mundo sabe qué hay que hacer para sanear la economía. Lo que no todos reconocen es que cada acción en la dirección correcta traerá costos políticos y sociales en el corto plazo.
Está faltando una discusión sobre qué tamaño del Estado queremos. Propongo un intermedio entre el 25% histórico y el récord kirchnerista, de 41% del PBI.
En su nuevo libro, Juan Carlos Torre recuerda los desafíos imposibles del gobierno de Alfonsín, atizados por propios y ajenos, y muestra lo complejo que es mandar en la Argentina.
Es una fantasía el sueño presidencial de una recuperación económica similar a la del primer kirchnerismo. Seis motivos por los que la situación es muy distinta a la de 2003.
La economía argentina está cumpliendo una nueva década perdida, pero la salida todavía está lejos. La situación es mucho más grave de lo que el gobierno, pero también la oposición, se animan a admitir.