El mundo está fascinado o aterrorizado por Milei, como si fuera el presidente de un país normal y no de Argentina, donde cualquiera tiene pies de barro: si se te va el dólar, no tenés nada.
Volvieron los tests estandarizados a Harvard, un informe reveló que el cambio de género en niños puede tener consecuencias graves y las empresas están achicando sus departamentos de Diversidad.
Los dichos de Benegas Lynch provocaron una catarata de respuestas serias, pero no hacía falta: él es parte de la comedia de este gobierno, no de la tragedia.