Dos libros recientes cuentan la historia y las paradojas de los intelectuales argentinos de izquierda y explican, quizás involuntariamente, por qué perdieron prestigio e influencia.
Los creadores de ‘El encargado’ cuentan por qué a pesar de todo se consideran progres, cómo es trabajar con un gigante como Disney y juran que sus películas y series no son misántropas.
Hace bien Milei en disputar las ideas dominantes en la sociedad, pero su victoria simbólica será imposible si no viene acompañada de una gestión eficaz.