La reapertura de las causas contra Montoneros, propuesta por la vicepresidenta, estaría jurídicamente tan floja de papeles como lo estuvieron las de los represores hace 20 años.
La propuesta kirchnerista de una ley anti-negacionismo tiene como objetivo retener la hegemonía del discurso sobre los ’70. Pero es una mala idea. Aun si tuviera buenas intenciones.
El juicio por la masacre en el comedor difícilmente traiga justicia y tendrá efectos políticamente nulos. Lo que necesitan las víctimas es ser reconocidas como lo son las de la represión ilegal.