En las sociedades modernas vivimos enmascarados, jugando roles que a veces nos tocan y a veces nos inventamos, escondiendo una parte y revelando otra de lo que somos.
El mundo está fascinado o aterrorizado por Milei, como si fuera el presidente de un país normal y no de Argentina, donde cualquiera tiene pies de barro: si se te va el dólar, no tenés nada.