VICTORIA MORETE
Entrevistas

Daiana Fernández Molero

La diputada nacional por el PRO (Caba) dice que la Ley Ómnibus no salió por errores en la negociación del Ejecutivo pero también porque hay una resistencia al cambio.

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Daiana Fernández Molero (Buenos Aires, 1985) es economista y diputada nacional por la ciudad de Buenos Aires. Durante la presidencia de Mauricio Macri fue subsecretaria de Programación Económica y jefa de Asesores de la Secretaría de Comercio. Además es una amiga de la casa, ya que escribió desde nuestros comienzos en Seúl, donde defendió la libertad de comercio y cuestionó, antes de que estuviera de moda, el régimen de Tierra del Fuego. Diputada desde diciembre, conversamos el miércoles sobre su labor parlamentaria, el futuro del PRO y las reformas prioritarias que necesita la Argentina.

¿Qué tal tu primer mes como diputada?

Fue bastante intenso, pero de mucho aprendizaje. Yendo estrictamente al proceso general, es algo que no me imaginaba. Cuando venís del Ejecutivo ves el trabajo del legislador como más lento, que no funciona muchas veces como uno quiere, y en la realidad nos encontramos trabajando todo el bloque PRO como si fuésemos el Ejecutivo. No en el sentido de que éramos gobierno, sino en el sentido de que cada uno tenía asignadas sus tareas y teníamos que trabajar con un objetivo común, en este caso para que saliera una ley mejorada, que funcionara, que fuera constitucional. Y como era algo tan grande, nos tuvimos que dividir según lo que cada uno sabía. Para educación teníamos un exministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, y a Sabrina Ajmechet. Para la parte de facultades delegadas, a Silvia Lospennato. Para la parte económica teníamos a Lucho Laspina, Germana Figueroa Casas. Y también grandes políticos, que estuvieron en cargos ejecutivos y legislativos de mucha responsabilidad, con experiencia en todos los temas como Vidal, Santilli o Ritondo. Fuimos un gran equipo. Después de una interna tan fea, fue muy bueno. Nos sirvió para generar buenas dinámicas interpersonales que nos sacaron fortalecidos como bloque. Y me dio la posibilidad de aprender de toda esta gente que se nota que tiene otra cintura política, experiencia, capacidad técnica. Fue súper enriquecedor.

Desde afuera se veía que el PRO tenía una expertise que no se veía, por ejemplo, en La Libertad Avanza. Eran como los adultos ahí en el recinto, ¿no?

Éramos los adultos en la sala, totalmente. Nos dio mucha frustración que se cayera algo en lo que habíamos trabajado, porque no lo hicimos por especulación, realmente creíamos que esta ley mejoraría la vida de los argentinos. Por un lado estaba el DNU, que desregula y saca los pies de encima al que produce y da empleo. Y la ley tenía un montón de cosas positivas o necesarias como el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones, mejoraba la situación de los jubilados para que no quedaran atados a la fórmula mala del kirchnerismo, que les hizo perder 46% de su poder adquisitivo en sólo cuatro años, y recomponerles los ingresos para no dejarlos a merced de lo que quiera hacer el Gobierno discrecionalmente. También se declaraba la educación como servicio esencial, que es algo en lo que creemos. La ley iba a mejorar las expectativas de que la Argentina pudiera salir adelante, no salió y eso es malo para el país, pero ahora hay que seguir intentando.

¿Por qué crees que no salió?

Cuando alguien te dice que no salió por una sola razón no le creas, porque hay una suma de factores. Se puede hablar de un error en la negociación del Ejecutivo, de impericias también en su forma de manejarse, de cómo llegaron parados a la sesión. Pero también hay una oposición al cambio. Entonces, por más que hubieran puesto la mejor predisposición y estuviera todo perfecto en la técnica legislativa, probablemente hubieran tenido que sacar un montón de otras cosas, y ahí te preguntás hasta dónde hay intención de cambiar.

Ahora hay que revisar todo y ver cómo hacer para que las partes de la ley que eran clave para mejorarle la vida a los argentinos pasen y empezar a resolver los problemas. Hoy los argentinos que quieren contratar gente no saben si van a poder o no, por esta cuestión de que el DNU está todavía en veremos. Hay que dar certezas para que la Argentina se ponga en marcha. Queda la parte fiscal, ni siquiera vimos eso. Rápidamente tenemos que empezar a dar soluciones reales a la gente.

Los gobernadores pidieron en la negociación coparticipar el impuesto PAÍS.

Coparticipar impuestos malos es algo terrible. Es un impuesto que no debería existir, que el Ejecutivo considera que no debería existir, que va en contra de una Argentina que se quiere integrar al mundo. Si lo coparticipás después es muy difícil sacarlo. El año pasado quitaron Ganancias, que es un impuesto que se utiliza en todas partes del mundo, excepto en contados países (i.e. Emiratos Árabes), pero casi todo el mundo considera que el impuesto a las Ganancias es el impuesto que va, es progresivo, es el que está bien. Ese es coparticipable. Y lo sacan. En parte los gobernadores. Y ponen este y lo quieren coparticipar. No me parece que haya que dejar pasar ese tipo de cosas.

¿Cómo impacta este revés parlamentario en la búsqueda de estabilización monetaria?

Mi expresión de deseo es que el ministro de Economía siga planteando que va a resolver la parte fiscal, para dar las señales correctas al mundo y a la gente que quiera venir a invertir en Argentina. Pero definitivamente esto agrega una dificultad. Así como le pasó en 2017 a Macri, que después de ganar una elección de medio término no pudo pasar una reforma, y eso se percibió mal.

Una mala señal para los mercados.

Mala señal para todos: para los mercados, para las pymes, para todas las personas que quieren invertir, generar trabajo, trabajar y progresar. Pero bueno, confío en que Caputo logre mandar las señales correctas y que rápidamente nos pongamos a resolver esto en el Congreso. Yo entiendo que cada uno tiene que defender, entre comillas, “la suya”; que los gobernadores tienen que defender sus presupuestos; que haya legisladores que piensen en sus provincias… Pero nosotros somos diputados, tenemos que gobernar para toda la Argentina, y en ese contexto tenemos que dejar de mirarnos el ombligo y ser un poquito más cuidadosos del equilibrio general. Porque si cuidaste a algún sector, pero terminamos con más inflación, se perjudican todos los argentinos.

Hay que decir que vos “la viste”, porque hace ya tiempo advertiste acá en Seúl sobre las dificultades que iba a tener este Gobierno para poder hacer los cambios estructurales. ¿Un poco sentís eso?

Bueno, sí, en realidad en esa nota cito también a Silvia Lospennato, cuando dice que van a venir con los bombos. Muchos alertamos que esto iba a suceder. Que los que siempre son una máquina de impedir, los que estuvieron callados durante estos cuatro años, iban a venir, y efectivamente es lo que sucedió. Creo que todos los que estuvimos en el gobierno de Cambiemos, los que estuvimos entre 2015 y 2019, vimos lo que era la máquina de impedir en acción, y que a veces había un poco de fuego amigo, ¿no? Y bueno, hay que sortear esto, porque si estamos siempre paralizados, no avanzamos más. Entonces creo que es momento de pasar esta obstrucción y salir adelante.

Hablando de fuego amigo, ¿vos qué pensás con respecto a las diferencias con algunos miembros de la UCR, la Coalición Cívica y Hacemos?

No puedo hablar por otros, porque cada uno tendrá sus razones válidas, y creo que hay distintas posturas. Nuestra postura desde el PRO es que no vinimos a estar cómodos en la política, sabemos que el cambio, la transformación, es incomodidad, y vinimos a hacer lo que creemos que hay que hacer. Y bueno, a veces uno tiene que sacrificar algunas cosas. Si yo hiciera un dictamen de Daiana Fernández Molero, mío sola, seguro va a estar alineado 100% con lo que yo pienso, mis ideales, mis valores, todo. Pero eso, ¿a quién le sirve? A nadie, porque soy sólo un voto. Nosotros hoy no somos gobierno, y hay un gobierno que manda un proyecto. ¿Es mi proyecto? No. ¿Estoy 100% de acuerdo en todo? No. ¿Pero es mejor que lo que hay? Bueno, sí, nosotros creíamos que sí. Entonces estábamos dispuestos a estar un poco incómodos en algunas situaciones y ceder algunas cosas en pos de que esto salga, porque hoy le toca a otros liderar el cambio.

¿Juntos por el Cambio tiene futuro?

Me parece que en este momento es más importante la gestión del cambio. Todo lo que los distintos actores de la política pueden aportar es bienvenido, pero tiene que estar clara la idea del cambio y no mentirnos entre nosotros. Que podamos decir que somos los que vamos a trabajar por un cambio, que es con racionalidad, con instituciones, con la manera que siempre creímos que se hacían las cosas, ¿no? Pero yendo para adelante, cambiando. Si no somos claros en qué entendemos por cambio y qué estamos dispuestos a hacer y qué no, nos vamos a seguir engañando nosotros y en algún punto también engañando a los votantes, porque vamos perdiendo representatividad.

¿Hay bases en común entre LLA y el PRO?

Nosotros estamos en contra del populismo, ya sea de izquierda o de derecha. Pero tenemos convicciones claras sobre lo que queremos cambiar, tenemos un norte de ordenamiento macroeconómico que implica dejar atrás ideas equivocadas, dejar atrás el terraplanismo económico. Y en ese sentido, según me decís, ¿en la parte económica están alineados? Sí. Yo veo que hoy no predomina lo que era parte del discurso de campaña de LLA, que eran soluciones simplistas y fantasiosas, como, por ejemplo, que solamente dolarizando se solucionaba todo. Decíamos “no”, esta es una solución que no resuelve el problema de raíz. Hoy los veo comprometidos con resolver los problemas de fondo. Hoy, ellos están planteando lo que nosotros planteábamos en campaña: déficit cero. El PRO es coherente y por supuesto que se alinea con el gobierno en ese sentido.

¿No ves viable la dolarización?

Lo que digo es que eso era algo más de campaña y ahora, por ejemplo, ponen el foco en atacar el déficit fiscal, que es donde nosotros poníamos el foco. En términos de desregulación están muy alineados también a lo que nosotros queríamos hacer. Después, las formas, un montón de formas, me parece que están muy fuera de lugar y que no me representan.

¿Tiene el PRO a alguien que se posicione como un líder nato?

Lo mejor que dejó este mes es ver que tenemos un semillero y una materia prima superlativa. Hay gente con mucho expertise, hay muchas nuevas incorporaciones. Y eso solamente mirando el Congreso Nacional, pero esto se replica en ejecutivos de intendencias, de provincias, con lo cual, me parece que hay una oportunidad grande. Pero, de nuevo, es momento de pensar en algo que es más grande que nosotros, dejar de hablarnos entre nosotros, volver a hablarle a la gente. Justo así cerró María Eugenia Vidal la reunión de bloque, recordando nuestro para qué, que es mejorar la vida de los argentinos.

¿Crees que fallaron en no hablarle a la gente, sobre todo en la campaña?

Lo que pasó, pasó, y a mí lo que mejor me deja esto es saber que superamos esa instancia que fue bastante dolorosa, y estamos en un mejor lugar ahora. Las estrategias de campaña serán revisadas cuando estemos en campaña, hoy la prioridad pasa por sacar al país del pozo en el que nos dejó el kirchnerismo.

¿Qué proyectos pensás impulsar en tu mandato, o cuáles te gustaría ver debatiéndose en el recinto?

Muchos de los proyectos que a mí me gustaban fueron presentados en el DNU y en la Ley Ómnibus. Y quiero mantener la idea que yo tenía originalmente de no hacer proyectos sólo por hacer proyectos, porque el proyecto en sí mismo es una auto-palmadita en la espalda. Si no sale, no le cambia la vida a nadie. Y no quiero solamente hacer proyectos para mi estadística de fin de año. Creo que la labor parlamentaria tiene un montón de cosas que no tienen necesariamente que ver con el proyecto en sí, sino con cómo ayudás a que se tomen mejores decisiones dentro del bloque, a que entre todos tengamos las mejores ideas. Por ahí no es el proyecto de Daiana el que conviene, sino que conviene que lo presente otro, porque tiene más gente que lo puede llegar a acompañar, o porque puede generar menos resistencia, más adhesiones. Habrá que ir viéndolo, pero mi agenda es todo lo que tenga que ver con dejar atrás el terraplanismo económico de las últimas décadas y normalizar el país. Es la desregulación, la integración al mundo de la Argentina y la competencia, en esas tres cosas voy a estar trabajando.

¿Conseguiste asesor para el despacho después de la búsqueda en X (Twitter)?

Estamos en eso, estamos terminando la búsqueda, hubo buena convocatoria y tuvimos varias entrevistas. Un montón de mails, montón de gente interesada y muchos que se ofrecieron a asesorar ad honorem, lo que es muy reconfortante y da algo de esperanza en que realmente hay gente que quiere trabajar para que las cosas cambien.

 

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Luz Agüero

Editora en Seúl. Licenciada en Comunicación Social y Periodista (CUP). Cordobesa. Trabajó en la comunicación del Club Atlético Belgrano y hoy es consultora independiente.

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