Juntos por el Cambio ha quedado en el medio de dos propuestas populistas, una de izquierda y otra de derecha. La interna ya pasó y la pelota la tenemos nosotros. No va a ser fácil.
No hay democracia sin diálogo, pero tampoco se puede dialogar cuando no hay sinceridad, tolerancia o, al menos, el deseo genuino de llegar a algún tipo de acuerdo.
En ‘Por qué estamos polarizados’, Ezra Klein dice que nuestras identidades políticas han absorbido a todas las demás. Ya no se trata de averiguar qué es lo justo, sino de defender a nuestra tribu.
Tres consensos van asomando: estamos en la etapa final de un sistema de valores, el kirchnerismo es una anomalía, la conversación para salir debe incluir al peronismo.