LEO ACHILLI
Domingo

Tirando paredes

Juntamos a Quintín y a Diego Latorre, dos de los mejores comentaristas de fútbol del país, para conversar sobre la Copa América, la Euro 2020 y el momento que vive el fútbol actual.

Para muchos, Diego Latorre es el mejor comentarista de fútbol televisivo y, para tantos otros, Quintín es quien mejor escribe sobre fútbol en nuestro país. Los reunimos en esta charla exclusiva para que hablen de la Copa América –poco–, de fútbol europeo –mucho– y de cómo los grandes jugadores son una pieza irremplazable de un deporte que puede ser el más apasionante de todos y también el más monótono y aburrido. Una charla erudita y, al mismo tiempo, sincera y llana, como pocas veces se da en el mundo del periodismo deportivo.

NORIEGA

Diego, qué feo volver al fútbol local para vos, ¿no? Tener que comentar esas cosas.

LATORRE

Y sí, la verdad es que se juega pésimo al fútbol acá, pésimo. Tenés que inventar alguna cosa en el medio de una transmisión para no decir que los partidos son una bazofia porque verdaderamente no podemos estar todo el tiempo diciendo que se juega muy mal al fútbol. Y sí, voy con la sinceridad porque en definitiva siempre trato de decir lo que siento, pero no de forma tan directa.

QUINTÍN

¿A qué atribuís esto de la baja calidad del fútbol acá? 

LATORRE

Creo que estamos creando una realidad paralela de creer que el fútbol no le pertenece más a los grandes jugadores; entonces, creamos la ilusión de que se puede jugar bien al fútbol porque hay un genio táctico afuera o porque la intensidad va a reemplazar al ingenio, al talento de los grandes jugadores. El gran jugador no es sólo el número diez sino los grandes defensores, los grandes mediocampistas, los grandes laterales. Entonces, vivimos en esa realidad paralela o la creamos para la fantasía de la gente, porque no tenés nada que decir o porque el producto lo tenés que vender de alguna manera o porque hay que hablar de ciencia o hay que hablar de un montón de cosas, pero en definitiva los grandes equipos siempre tuvieron grandes jugadores que manejan los conceptos de la mejor manera; entonces, si no están, no se puede disimular.

NORIEGA

Es interesante el hecho de esa distancia infinita que uno siente cuando ve el fútbol europeo, porque uno ve Premier League, la Bundesliga, ve la Champions League e incluso la Eurocopa y parece otro deporte que el que se juega acá. Vos, Quintín, que viste mucho Eurocopa y Premier League, ¿cómo lo ves?

QUINTÍN

Yo veo sólo fútbol europeo porque me cansé de esto. Me pongo a ver un partido de acá y me agarra una mufa tremenda y allá veo lo que antes veía acá: más técnica. Por ahí no hay superdotados, pero después los jugadores son más técnicos, tenés defensores con una técnica tremenda y hasta los arqueros juegan mejor. Hay toda una evolución en la manera de jugar la pelota. Y además van para adelante. Aun así es un fútbol muy especulativo a excepción de tres equipos que siempre van al frente que podemos nombrar, al Manchester City, el Liverpool, el Bayern Munich y dos más, y los demás más especulan que juegan, pero sin embargo, incluso en esos, los jugadores tienen una técnica que les permite hacer cosas que los de acá no saben. Mirá los defensores por ejemplo, un defensor con técnica en el fútbol sudamericano es una cosa rarísima, lo ves jugar a Thiago Silva y decís ¿de dónde salió este tipo? No hay más, se terminaron. Eso a mí me pone mal porque yo veo que esa distancia se va agrandando. Ellos mejoran, no es sólo que nosotros empeoramos. Además los jugadores argentinos ya no triunfan afuera, van a jugar a equipos menores y a veces uno logra aprender y va subiendo. No sé si es tanta la diferencia entre las tácticas porque yo veo que en el mundo del periodismo todos saben identificar si jugó con línea de tres, si jugó con línea de cinco, si puso tres acá, si puso un 5-3-2, pero después no miran el partido, todo se agota en esa disposición táctica que quiere decir muy poco porque podés jugar ofensivo o defensivo con el mismo esquema de posición de los jugadores. 

LATORRE

Creo que hay una parte del juego que es muy difícil ejecutar que es pasar de una acción de conservación de la pelota a atacar y sorprender. Me parece que ahí hay un paso que era justamente lo que distinguía al fútbol argentino, si agarraba la pelota cualquiera de los fenómenos. O si la agarra Neymar o Messi y es capaz de eludir a tres tipos y poner una pelota de gol, eso reemplazaba la falta de juego del equipo. Uno apostaba a esos jugadores que es lo que en Europa no está pasando, se ve un fútbol más de conservación, más especulativo porque ellos no pueden fabricar la gambeta. La gambeta uno la puede pulir, esa gambeta burlona que se basa en el engaño, pero vos no la podés inventar en un jugador. La tiene Insigne por ejemplo, pero no la tiene un alemán. Toni Kroos juega un fenómeno pero Kroos pasa la pelota –y por ahí te hace una genialidad porque te mete un pase gol– pero en algún momento contra defensas bien paradas en la cancha y contra la densidad defensiva, si vos no gambeteás es muy difícil desequilibrar y llegar al gol. El fútbol europeo se hace monótono justamente por eso, porque agarra un equipo la pelota, hace veinte pases, no llega a ningún lado, la agarra el otro hace veinte pases y no llega a ningún lado y da la sensación de que ese futbol no va a llegar a ninguna parte y los partidos se achatan porque justamente les falta la otra parte, la que nosotros teníamos y la que ellos no pueden disimular. 

QUINTÍN

Diego nombró a Insigne, que para mí hizo una Eurocopa inolvidable, pero después van y eligen mejor jugador del torneo a Donnarumma, el arquero. Insigne le dio a Italia una fluidez y una inventiva en el ataque que no tuvieron otros equipos, entonces también hay otra manera de jugar. También me sorprendió mucho Italia. En general, creo que en Europa hay jugadores que tienen calidad. Insigne es uno, no sé si lo viste jugar a Sancho, el inglés del Borussia Dortmund, que lo compró recién el Manchester United. A ese pibe lo ves jugar y es lo que te cuentan de Garrincha, que esperaba al marcador para gambetearlo de nuevo, éste hace cosas así. Después tenés al otro inglés, Grealish, que también es un jugador que te puede dar cosas así y lo mató el técnico: lo puso media hora. Había que verle la cara a ese muchacho de cómo lo dejó afuera en la final. Al mismo tiempo también hay equipos que logran que por ahí el lateral no te va a gambetear a tres pero por ahí te va a hacer el pase que hay que hacer para que la pelota circule rápido; entonces, para mí, la Eurocopa de Italia fue una sorpresa porque no tenía once monstruos, tenía ocho o nueve buenos jugadores (entre los suplentes había unos cuantos burros) pero hacía circular la pelota. Ese equipo que era el más defensivo de todos, que te hacía el catenaccio, en esta Eurocopa fue el equipo que más propuso, porque pasaba de ataque a defensa, ese problema lo resolvía con velocidad, con precisión, con colocación, buscando los espacios y con tipos como Insigne, Verratti, con Spinazzola, que la rompió, con un tipo como Jorginho que sabía dónde pararse para defender. Eso no lo tuvieron los otros equipos. Por ahí los otros equipos tenían el que te gambeteó a todos, qué se yo, vos lo ves a Pogba hacer jugadas o por ahí lo ves a De Bruyne y decís “bueno, este tipo puede darte vuelta un partido”, porque tiene una técnica y una potencia tremenda.

Ese equipo que era el más defensivo de todos, que te hacía el catenaccio, en esta Eurocopa fue el equipo que más propuso.

A Italia no le alcanzó para ser un equipo monstruoso pero hace tiempo que no veo un campeón ganar con tanta justicia, en el sentido de que era el equipo que más jugó al fútbol, el que tenía un equipo titular. Porque esa es la otra cosa, Italia paró un equipo e hizo un par de cambios: primero entró Verratti, después Chiesa, que eran mejores que los que colocó en el primer partido y con esos jugadores se mantuvo hasta el final y con esos jugadores ganó la copa. En cambio los otros te hacían cinco cambios todos los partidos. Ya no es un juego once contra once, porque si vos hacés cinco cambios estás cambiando a la mitad de los jugadores del campo. Y si hay alargue hacés seis cambios y te quedan cuatro jugadores de los que empezaron el partido. Entonces ya no importa cuán buenos son porque un jugador construye durante el partido y empieza a construir al principio, lo va armando el partido, se va parando donde se tiene que parar. Hay jugadores en Europa, yo creo que ahora hay monstruos, jugadores de buen nivel; lo que no hay es esta disposición de ir al frente, de hacer jugar. Hay mucho miedo. El Liverpool de Klopp del año pasado era un equipo así; te atacaba todo el partido, tenía buenos jugadores pero no tenía una figura mundial, el jugador más técnico era el lateral derecho Alexander Arnold, que es un tipo que le pega a la pelota como yo no he visto a nadie pegarle en mucho tiempo. 

LATORRE

No compro esta cuestión de los premios ligada al marketing y demás porque son absurdos, no les interesa ni siquiera ver el partido, ni saben ver el juego y además tiene una finalidad comercial darle un premio a un arquero que atajó penales cuando en la cancha pasaron otras cosas. Por un lado, creo que Italia es el gran símbolo del cambio de lo que ha pasado en el fútbol en los últimos años. Se dio cuenta que después del 2006 vino una decadencia lenta pero a Italia nunca un resultado negativo lo hacía cambiar de parecer. Cuando ellos en 2018 se quedan afuera del Mundial, es evidente que eso fue la gota que rebalsó el vaso. Creo que sigue teniendo la fibra italiana con los dos centrales, eso no se va a perder a pesar de que Chiellini en algún momento dijo que Guardiola destruyó el fútbol, una declaración de la cual espero que en algún momento se arrepienta. Me parece que llega un momento en el que el pase no alcanza en el fútbol, están todos adiestrados en el pase. No se puede clonar a un Messi o a un gambeteador, porque sería delirante pensar que entrenándote vas a fabricar un gambeteador, entonces hay un momento en el que el fútbol se acaba y se acaban las buenas maneras y las buenas formas.

Me parece que llega un momento en el que el pase no alcanza en el fútbol, están todos adiestrados en el pase.

De todas maneras, creo que hay un avance lento también de la cuestión tecnológica, de la big data, sobre todo la cultura americana en Inglaterra, la cultura americana en Europa, del Moneyball, de esto de medir a los jugadores con números, cifras y demás. Después entra Busquets a la cancha y cambia España y empieza a jugar bien. Lo antiguo pasa a ser moderno porque Busquets y Pedri, que son chiquititos pero les das la pelota entre cuatro y resuelven a un toque; el otro gambetea y se siente solo cuando está rodeado. Me parece que a propósito de lo que vos contabas de Grealish, de Foden y de todos estos grandes talentos, no termina de haber una revolución en el fútbol más poderoso del mundo porque todavía hay secuelas de un fútbol más relacionado con jugadores como Phillips en la mitad de la cancha, por ejemplo, que es un jugador que si nosotros juntamos once el domingo no sé si lo ponemos. No es un mal jugador pero, fijate, el entrenador en lugar de sacarlo a él saca a Rice que se estaba comiendo la cancha. A veces se pierde lo esencial del fútbol que es el gran jugador, que es el que te va a resolver los partidos. Entonces lo de Inglaterra para mí fue decepcionante, completamente decepcionante, así haya llegado a la final y aun si hubiese ganado la final. A mí no me interesa, fue decepcionante justamente porque los mejores jugadores estaban en el banco de suplentes, y nada va a compensar la falta de talento de un equipo. Después lo de España me gustó también; le daba poco vuelo a España como equipo pero cuando entró Busquets mágicamente el equipo parecía otro, mágicamente la mitad de la cancha empezó a producir futbol, empezó a tener desequilibrio a partir de su genialidad, de que jugaba a un toque y hacía el fútbol más ágil rodeado de jugadores medianos. Ningún crack, pero jugó bien en la mitad de la cancha, y eso es muy valorable.

QUINTÍN

A mí personalmente me sorprendió mucho lo de Pedri en la Eurocopa, porque lo había visto jugar en Barcelona pero no lo había visto llegar a este nivel de tener la pelota atada. Hizo, no sé, 95 pases sin errar. Hay un dato que en la final el primer pase mal dado fue a los 112 minutos. Eso me llamó la atención, que un tipo de 17 o 18 años pueda jugar tan bien. Pero también otra cosa que me desconcierta un poco en este esquema, que vos muy bien planteás, es que el jugador que tiene ese talento, el jugador que gambetea, el jugador que encara, va a perder la pelota. O sea, si Grealish encara constantemente, de diez por ahí pierde dos o tres y ahí viene el gran miedo de todos los técnicos: el contragolpe. Todos los equipos parece que hubieran concentrado la técnica y la preparación en la presión y el contragolpe y la salida rápida. Ahí necesitás menos talento, pegándole bien a la pelota y haciendo buenos pases recuperás lo que no tenés.

Creo que a los gambeteadores van a terminar poniéndolos bien en la punta para que cuando la pierdan no venga el contragolpe.

Creo que a los gambeteadores van a terminar poniéndolos bien en la punta para que cuando la pierdan no venga el contragolpe. Lo hizo Guardiola en el City, lo hizo con De Bruyne, porque es un jugador que te encara, que propone y que tira el pase. Lo terminó poniendo de nueve para que si perdía la pelota no viniera el contragolpe rápido. Todos los últimos partidos del City los jugó así y en Bélgica a De Bruyne lo pusieron de nueve también para que no pierda la pelota. Si vos a tu jugador más hábil lo pones contra la raya o lo pones jugando en una posición que no es la de él, termina pasando que al final es mejor ser Kanté o Phillips que ser Sancho, porque si sos Kanté estás más en contacto con la pelota que si sos Sancho o Grealish, que tenés que esperar que los otros se la pasen. Es muy raro el fútbol así, cuando un equipo tiene superioridad en los nombres, porque como vos dijiste el plantel de Inglaterra había tipos increíbles, jugadores que no habíamos visto en los últimos tiempos y menos en Inglaterra. Y sin embargo, al técnico no le servían, o no se animaba a ponerlos o no sabía cómo hacer para ponerlos y que rindieran. Ese es el problema que tienen los técnicos: tienen a todos esos tipos, tienen ese talento y no lo saben usar. Prefieren una cosa mucho más cautelosa, mucho más prudente y decir “bueno, nos defendemos bien y después vemos a ver si a alguno se le ocurre algo arriba”.

LATORRE

Siempre en Europa y sobre todo en Inglaterra el talento fue muy sospechoso, ahora lo quieren educar, lo quieren poner dentro de un contexto en el que por lo menos no arriesgue el resultado. Yo creo que hay que distinguir a Guardiola porque si bien él lo pusó a De Bruyne en una función de un segundo nueve, la concepción es que el nueve es el espacio y ese jugador se tiene que tirar atrás, me parece que ahí yo haría una excepción pero, bueno, es una impresión mía. A mí me parece que el propósito de él es otro en el juego que el de Southgate, por ejemplo, o el de Roberto Martínez en Bélgica. Pero de todas maneras, hay una corriente que siempre va a sospechar de los hábiles, los talentosos y por eso el fútbol en Inglaterra es dirigido por un inglés, salvo que surja un entrenador con ideas nuevas o que confíe más en estos jugadores. Yo creo que la gambeta hay que buscarla y te digo por experiencia propia que una cosa es gambetear a tres tipos y otra cosa es jugar bien al fútbol y ser productivo.

Ricky Centurión, un jugador terrenal, es un gambeteador pero que no sabe jugar al fútbol y hay otros como Grealish que sí saben jugar al fútbol y tiene gambeta también.

Me parece que hay futbolistas que sí le tenés que preparar la jugada para que agarren la pelota en 3/4 de cancha para adelante, por ejemplo Ricky Centurión en la Argentina, un jugador terrenal, es un gambeteador pero que no sabe jugar al fútbol y hay otros como Grealish que sí saben jugar al fútbol y tiene gambeta también. Me parece que ahí es donde está la tarea del entrenador: pulir y mejorar a ese jugador para que no crea en su fuero interno que la gambeta lo hace buen jugador. A mí me agrada lo que estoy viendo en Europa en la mayoría de los equipos, me agrada más que en Argentina, me parece que ellos están conceptualizando el juego y nosotros no, nosotros estamos todavía con las viejas creencias de que el defensor tiene que defender y ser férreo y tirarla para arriba y el nueve tiene que hacer goles y entonces acotamos el futbol y las funciones de un jugador a una sola especialidad. 

NORIEGA

Diego, déjame hacerte una pregunta con tu experiencia como jugador, lo que mencionaba Quintín de las modificaciones reglamentarias que se están haciendo: una es la cantidad de cambios que hacen que en vez de tener un once fijo donde el jugador sabe que va a jugar y que está acompañado del técnico, ahora es parte de un elenco de 18-20 tipos que pueden ir rotando y que difícilmente llegue al final del partido, ¿cómo afecta eso en el espíritu del jugador? Vos que fuiste jugador en una época que había dos cambios nada más.

LATORRE

Lo afecta mucho, para mí el futbolista dentro de la cancha sabe que en cualquier momento es reemplazado y eso conspira contra la libertad y el accionar del jugador. El jugador necesita dentro de la cancha saber que puede equivocarse sin mirar al banco de suplentes, necesita el respaldo del entrenador permanente. Sobre todo los de la mitad de cancha para adelante. Si no, te volvés temeroso, no asumís riesgos, jugás para cumplir o sabés que si arriesgas dos veces porque a veces la mejor jugada que hace un jugador que juega ahí es la jugada final, la jugada en los 90 minutos yo no digo que esperes tanto tiempo, pero cuántas veces me pasó a mí que el entrenador no me sacó y en el minuto 85 definí el partido. Me parece que el entrenador tiene que tener fe en esos jugadores, saber quién puede resolverte un partido, cómo está dispuesto el equipo para jugar y qué necesita un jugador. Es muy básica esa solución de “cambio uno por otro” pero el juego es el mismo, entra Grealish por Sterling por ejemplo, pero en Inglaterra hasta Grealish está jugando mal porque estás esperando de él un golpe de genialidad pero a veces los males de un equipo son mucho más profundos y generales y no tan puntuales. Para mí los cambios tienen que ser tres como antes y volver rápidamente a ese esquema de tres cambios. Rápidamente.

QUINTíN

Lamentablemente creo que no va a pasar, yo creo que se van a imponer los cinco cambios porque es como está funcionando todo.

LATORRE

Se pierde tiempo además. Es tedioso.

QUINTÍN

Y es que lo que vos decías que efectivamente es muy importante, ese jugador que está mirando constantemente al banco pensando que lo van a cambiar. Eso también se va a acabar: un jugador de mitad de cancha para adelante ya sabe que sí lo van a cambiar. Es una certeza. Porque vos sabés que a los defensores no los van a sacar, entonces estás resignado, decís “bueno tengo con suerte 60 minutos y después viene otro”. En la Eurocopa se vio eso pero se vio al mismo tiempo equipos como Dinamarca que vos lo nombraste que es un equipo muy interesante, porque es un equipo chico que les hizo partido a los grandes, que no se achicó, que atacó y perdió a este muchacho que tiene el fútbol en la cabeza, Eriksen, y aún cuando lo perdió a Eriksen, jugó y también metía cinco cambios y entraban los otros.

NORIEGA

¿Diego, qué le pasó al Barcelona? ¿Por qué involucionó de esa manera?

LATORRE

Primero: presidencias corruptas, una desestabilización desde arriba que influyó para mí en el aspecto económico, en esa atmósfera que hay alrededor del equipo. Al no creer en el modelo o al estar lejos del modelo, empezaron a comprar jugadores lejos de la sofisticación que tiene que tener un jugador que va al Barcelona. Y después un desgaste natural de algunos futbolistas que ya estaban y que necesitan ser mejor rodeados, los Piqué, los Busquets, los Messi. La cantera no siempre va a producir futbolistas como Iniesta, Xavi y Busquets, entonces me parece que ahí es donde se tenía que haber impuesto un poco la fe en la identidad. Gente poco capacitada para tomar decisiones. Otra probablemente por la corrupción y arreglos económicos que hay, tal es así que uno de los dirigentes contrató una empresa para hablar mal de los jugadores y para insultarlos por redes sociales. Ha sido una desestabilización permanente. Si no creés en lo que estás haciendo, en ese modelo de La Masia, de los jugadores y toda esa línea que impuso Cruyff y que la continuó Guardiola, si no creés firmemente en eso estás dependiendo de ganar siempre. Vos no te podés apoyar siempre en ganar una Champions para seguir invirtiendo en el modelo, a veces no es así. Me parece que es un rejunte de todas esas cosas. No sé qué opinás vos, Quintín.

QUINTÍN

Estoy de acuerdo y por eso te iba a preguntar del otro ejemplo que es el inverso al Barcelona que es el Chelsea, o sea, ¿cómo es que este tipo llegó ahí y ganó la Champions League de la nada con un equipo que con Lampard, el entrenador anterior, estaba a los tumbos? Este llegó y comenzó a ganar todos los partidos y no podés decir que ganó mal sino al contrario, pero es un caso muy raro en el fútbol.

LATORRE

Sí, siempre hubo casos, a veces los equipos aparecen en un mes y en otras veces en seis u ocho meses con buenos jugadores siempre hay más probabilidades de que aparezcan rápido, yo creo que Tuchel es un gran entrenador, en el PSG no le pudo dar el estilo al equipo porque, claro, ahí la influencia de Mbappé y de Neymar se impone. Tenés que preparar un equipo a favor de los grandes cracks, que es lo que le está pasando a Tite en Brasil, que termina siendo una dependencia exagerada de estos jugadores. Creo que en Chelsea se encontró con un futbolista que siempre está en todos los mejores partidos que es Kanté. Me parece que es un jugador extraordinario, está siempre en todos lados, en la selección de Francia, en aquella gesta esa heroica del Leicester; me parece un jugador que hace mejor a los demás porque los libera, al ser un jugador que se multiplica sobre la cancha.

Creo que Tuchel en Chelsea se encontró con un futbolista que siempre está en todos los mejores partidos, que es Kanté.

Sabe recuperar la pelota sin foul, es generoso, tácticamente es un fenómeno, entrega bien la pelota. Creo que el Chelsea tiene tres o cuatro futbolistas y a partir de ahí armó un gran equipo con el talento de Havertz, Mount y todos estos con una estructura muy sólida, muy pocos goles en contra y sin resignar la salida de atrás, porque Tuchel es un entrenador de la escuela de Guardiola. Es un entrenador alemán de la escuela de estos que se han sentado con Guardiola y han aprendido de él pero también con un efecto práctico rápido, diciendo “bueno, me aferro a la estructura, esto es lo que quiero, Kanté, un equipo firme y bueno, aprovecho las características de los jugadores y aprovecho las características de mis jugadores para ser un equipo firme, sólido y eficaz”. Eso lo consiguió muy rápido.

QUINTIN

Te iba a preguntar si viste a los otros dos campeones de las grandes ligas que fueron el Inter y el Atlético de Madrid. ¿Te dejaron alguna idea? Porque digo, el Inter le pasó por arriba a la Juventus y el Atlético en un año muy malo de los otros dos terminó ganando aunque parecía que se caía, pero no sé si le ves algún perfil determinado.

LATORRE

Me pareció que el Atlético aprovechó la debacle de los primeros seis meses del Real Madrid y el Barcelona. Se veía que iban a ganar el título cualquiera menos ellos dos, aprovechó eso con una gran primera parte de temporada. Simeone rodeó a Suárez, me parece que hizo un pequeño giro, él sabía que Suarez no podía jugar a cincuenta metros del arco, que tenía que jugar a veinte metros del arco y me parece que aproximó al equipo a Suárez, llevándolo veinte metros para adelante. Quizás corriendo un riesgo más que lo habitual quizás un poco más vulnerable y tal es así que se comió una paliza tremenda en Europa en Champions pero para la competencia doméstica le alcanzó sin perder los rasgos de los equipos de Simeone, que siempre priorizan la seguridad y todo eso pero me parece que dio con Correa, que anduvo muy bien, y con otros futbolistas que en gran parte del campeonato le rindieron y con un Llorente que cumplió una tarea fabulosa aportando goles, llegando al área rival desde atrás, no como lateral porque en la Selección Española lo pusieron de lateral, sino como un volante de llegada.

Así que me pareció meritorio, pero creo que pasó también por lo que no hicieron o no fueron capaces de hacer Barcelona con sus conflictos y el Madrid sobre todo en esa primera parte del año. En cuanto al Inter, tengo una doble consideración de Conte: por un lado me parece un técnico que estructura mucho al equipo, muy italiano, muy táctico y muy de los movimientos predeterminados, si este va acá el otro va allá, pero evidentemente con Lukaku y Lautaro Martínez, una pareja muy complementaria de delanteros, sirviéndoles el juego a ellos con salidas desde el fondo y demás. Todos los equipos de Conte juegan igual. Me parece ahí que hay una identidad que logró que los equipos tengan el sello de él. Yo no me desvivo por entrenadores como Conte pero hay que reconocerle que lo que sucede en el entrenamiento lo pueden transformar en el partido.

QUINTÍN

Una pregunta más y difícil. ¿Por qué le ganó Argentina a Brasil?

LATORRE

No encuentro demasiados argumentos la verdad, no sé. Había una carga anímica que era difícil de superar, eso en algún punto te ata. De hecho, cada vez que Argentina se ponía en ventaja, eso lo tiraba para atrás, se replegaba por temor, por el miedo a perder y demás. Pero bueno, en la final me parece que Argentina pudo hacer ese gol y después lo cagaron a patadas a Neymar; me parece que Neymar sufrió la desolación de un equipo que tampoco era muy brasileño, un mediocampo sin artistas, sin jugadores creativos y mucha responsabilidad sobre sus espaldas. Después de anularlo, Argentina se encerró y se dedicó a cortarlo permanentemente. Y porque evidentemente con la presencia de Romero y del arquero el equipo ha ganado solidez y no cometió errores. Por eso le ganó, porque acertó en el momento justo, se defendió bien y se dedicó a que Neymar no juegue. No sé cómo lo viste vos.

QUINTÍN

Me pareció que desde el minuto uno había una convicción en los argentinos que no les vi otras veces. Estaban motivados. Si ves los primeros minutos, le ganan todas las divididas a Brasil, Brasil termina haciendo más fouls que Argentina y en esos primeros minutos veías que iban a disputar una pelota y los brasileños se equivocaban, la perdían, la tiraban afuera y Argentina no es que las jugaba todas de maravilla, pero tenía otra solidez en la disputa. Incluso lo de Neymar, que es cierto que lo cagaron a patadas pero eso fue a al final; al principio lo podían marcar, después cuando ya todos estaban cansados y Neymar se soltó, le salían a pegar por pegar, incluso le salían a pegar veces que no hacía falta pararlo con esas tremendas patadas y se hicieron amonestar todos. Eso fue al final, cuando ya se habían jugado el todo por el todo. Pero vi un equipo más convencido de ganar el partido que Brasil. Como decís vos, los brasileños depositaron todo en Neymar pero Argentina no depositó todo en Messi, tenía un poco más repartido. De Paul jugó muy bien, tenían otras cosas. Además, alguna vez, por suerte, se cortan esas malarias. Me pareció que esta vez se le alinearon los astros a la Argentina: no jugó Gabriel Jesus, que era un jugador importante, no jugó Firmino, que lo dejaron en el banco. Quedó Neymar solo y Argentina dijo “esta es la nuestra” y eso se vio desde el minuto uno. 

LATORRE

Me parece que no se puede separar la parte futbolística de todo lo que estaban cargando los jugadores, por eso es muy valioso lo de De Paul que jugó fácil, jugó natural la final, ni siquiera Messi la jugó así. Hay jugadores que pueden esconder esa falta de creatividad con esfuerzo, Di María es uno de ellos y Messi no. Messi se tiró al suelo y todo, pero uno le exige más a Messi, siempre está en el foco y se lo veía contenido, se quería sacar el partido de encima y ganar. Incluso en esa jugada que le toca recortar adentro frente al arquero no estaba limpio de la cabeza, quería cerrar y que, como fuera, salir campeón. Pero los demás tienen esa capacidad de compensar con esfuerzo. Esa forma de jugar como De Paul o Di María, que, con el despliegue, tranquiliza al jugador, le dan la sensación de haber cumplido. Lo mismo los jugadores de atrás. El jugador como Messi entra con ese peso de tener que hacer la jugada genial, no lo compensa el despliegue, por eso se le vio triste en la final. Vi al mismo Messi de otras finales porque no pudo sacar esa cosa de adentro que se necesita para ser mágico, como generalmente es, y tampoco se podía apoyar en el esfuerzo porque ese esfuerzo probablemente en él era insuficiente. Con la euforia, nadie le va a reprochar nada pero esperemos que a partir de ahora veamos una Argentina que juegue mejor al fútbol.

 

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Gustavo Noriega

Licenciado en Ciencias Biológicas de la UBA. Participa de programas de televisión y radio de interés general y escribe regularmente en el diario La Nación.

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