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En su sitio personal, Ángel Fernández (Madrid, 1970) se presenta así: “Soy experto en ayudar a las empresas y organizaciones a aprovechar al máximo la tecnología”. Enseguida aclara: “Esta página, por cierto, ha sido escrita por Chat GPT bajo mi flexible supervisión”.
Estudió Ingeniería Técnica en Informática de Sistemas, un máster en Programación Neurolingüística y un grado de Psicología, montó un videoclub de películas manga, se rodeó de frikis, armó una pyme de servicios en tecnologías de la información y una franquicia de cibercafés (una excusa para jugar al Age of Empire II). En 2011 y en un foro de Internet nació la idea de una revista de divulgación cultural que sigue hasta hoy, que se llama Jot Down y en la que empecé a colaborar hace cuatro años. Así lo conocí a Ángel y desde entonces hemos charlado muchas veces sobre España, sobre Argentina, sobre política y sobre la actualidad del periodismo de uno y otro lado. Desde hace unos meses, además, se convirtió en el nuevo CEO de Menéame, un agregador de noticias en español que, ahora me vengo a enterar, fue creado por un argentino.
¿Por qué queremos hablar sobre la actualidad del periodismo con un español? En principio, porque la información y comunicación es en la actualidad global y local a la vez. También por la cercanía cultural que tenemos y porque hay situaciones de la realidad española que, desde Argentina, suelen ser leídas como en espejo. Por ejemplo, que España está atravesando un contexto de polarización creciente que en nuestro país ya lleva varios años.
Vamos a hablar sobre la polarización política y sus consecuencias en el periodismo pero antes hablemos de las constantes globales, ¿hay algo sobre las nuevas formas de hacer periodismo que se están dando acá, allá y en todos lados?
Hay un tema del que tenemos que hablar y es ¿quién es el redactor jefe? El redactor jefe en Argentina es Google Discover, como en todos lados. Porque según Clarín, Infobae o Página 12, todos escriben para que Google los indexe en el Google Discover y así tener tráfico, con lo cual todos van a acabar haciendo los contenidos tal como ellos esperan que Google los recoja.
¿Aparecer bien posicionado en las búsquedas de Google?
Cuando nosotros hablamos el año pasado sobre los clickbait era así, pero ahora las búsquedas han pasado a un segundo plano porque la gente está buscando en Chat GPT, en TikTok o en YouTube. Ahora la obsesión es aparecer en Google Discover; se cree que se sabe cómo funciona, los medios de comunicación tienen grandes equipos trabajando en ese tema pero no tienen la certeza de lograr lo que quieren, que es aparecer ahí.
Contame cómo funciona Discover.
Si tienes Android, verás que te aparecen las noticias. Como Google sabe tan bien tus gustos, tiene mucha capacidad de mostrarte noticias que te puedan interesar, y esas noticias las extrae de medios de comunicación. Para que Google Discover te las presente, ellos van buscando lo que tiene que ver con tus lecturas, tus conversaciones de teléfono o los correos que recibes, pero tiene que ver también con lo que ellos ven que es viral, lo que tiene visibilidad en su algoritmo. Imagínate que Seúl publica un artículo y el Discover se lo manda a 50 personas, si esas 50 personas pulsan, ellos dicen “hostia, mucha viralidad, se lo doy a 5.000, y si esas 5.000 pulsan, a 50.000”, con lo cual un solo artículo puede hacer más tráfico que todo el mes tuyo de publicaciones. Por eso todos los medios quieren estar en Discover.
Entonces a mí no sólo me van a aparecer las noticias a partir de mi propio algoritmo: mi sesgo, mis preferencias, mis intereses.
Claro, Discover lo calcula también relacionándolo con las redes sociales y con lo que se ha movido por otros lados. Es un algoritmo complejo que nadie sabe bien cómo funciona y en el que influyen muchos parámetros, pero todos tienen que ver con la viralidad.
Vamos a incorporar entonces lo del sesgo y la polarización. Tras las inundaciones en Valencia hubo insultos, barro y agresiones al rey, al presidente del gobierno nacional Sánchez (PSOE) y al presidente de la comunidad valenciana Mazón (PP) y fue muy evidente la parcialidad en la cobertura mediática. Según las simpatías periodísticas, las agresiones habían sido dirigidas a uno o a otro y lo que te va a aparecer a vos como lector confirmará tus afinidades y, como una caja de resonancia, escucharás tu propia voz.
Totalmente. Pero Google Discover tiene una diferencia con Twitter, donde te aparece aquello de lo que tú quieres hablar dicho por quien tú quieres que te lo cuente, con lo cual es una caja de resonancia totalmente cerrada. Discover te puede presentar la temática desde otros enfoques: te puede contar desde el enfoque de que la culpa la tiene Pedro Sánchez o la culpa la tiene Mazón, a no ser que tú hayas decidido activamente decir que no quieres noticias de Clarín o de Página 12 o de algún medio y entonces no te van a aparecer. Pero si no lo dices, puede que las dos versiones te aparezcan en Google porque realmente lo que lo que van buscando es viralidad y hay mucha gente a la que también le gusta leer lo que les ataca para atacar, con lo cual aumenta la viralidad. Por eso Discover es tan responsable de la polarización, porque sólo te recomienda contenido que te mueva la emoción, no al entretenimiento, no a la pedagogía, no a la divulgación, sino al sentimiento: a compartir, a quejarte, a enfadarte y, por lo tanto, a hacerlo viral.
¿Y cuánta gente le da bola a esas recomendaciones de Discover?
Es complicado de revisar y tienes que utilizar una herramienta que se llama Search Console para poder verlo, pero la semana pasada se publicó un artículo en elDiario.es diciendo que en todos los medios nacionales de España, el tráfico desde Google Discover está entre el 55 y el 80%.
Entonces, ¿vos considerás que la polarización en la prensa tiene que ver con esto y no con la realidad política de un país?
Claro, es evidente. La polarización está relacionada con los sentimientos, entonces lo que se va buscando es activar ese sentimiento: qué te moviliza a pulsar en un enlace, qué has leído que te moviliza a pulsar en ese enlace. Pasa con las compras, te quieres comprar un móvil nuevo y te aparecerán publicaciones con temas de tecnología porque Discover sabe qué te interesa y luego, en los medios de comunicación, pues lo que más mueve es la polarización y eso es lo que hace que estén continuamente dando noticias de ese modo. Pero ahí hay que diferenciar, una cosa es cómo Discover funciona para llamar la atención, pero de la polarización son más responsables los medios que el propio Google. Son los medios los que sacan noticias para su comunidad y allí las que mueven tráfico son las de la polarización. Con los efectos de la DANA en Valencia, en El Salto Diario, en El Público, en El País y en elDiario.es lo que se quiere dar a entender es que la culpa es del PP y de Mazón, y en el ABC, en El Mundo, en La Razón y en El Confidencial, la culpa es de Pedro Sánchez.
La polarización está relacionada con los sentimientos, entonces lo que se va buscando es activar ese sentimiento: qué te moviliza a pulsar en un enlace, qué has leído que te moviliza a pulsar en ese enlace.
En Argentina, también polarizada, estos posicionamientos suelen ser vistos como fruto de la dependencia económica que los medios tienen con respecto a partidos, facciones o instituciones de la política y el Estado.
Sí y no. Los medios de comunicación tienen tres fuentes de ingresos y dos de ellas son tóxicas. Una, son los suscriptores —por ejemplo el New York Times ha batido récords de suscripciones—, la segunda fuente de ingreso es la publicidad, que es la que hace que te adhieras a las políticas de textos de Discover, Facebook, Twitter y otras tecnológicas americanas, y luego están las subvenciones. Por ejemplo, el diario The Objective ha perdido dos millones de euros el año pasado y otros dos este año, o unas cantidades similares; es un medio de comunicación claramente anti Pedro Sánchez y recibe muchas subvenciones de la Comunidad de Madrid, que es anti Pedro Sánchez. Te he puesto ese caso pero la mayoría es así. Al final todos los gobiernos autonómicos, locales, regionales o nacionales, acaban favoreciendo más a unos que otros en el reparto de publicidad institucional. Se está buscando un modo más justo en el reparto del dinero institucional, pero hay muchos medios que viven de la subvención.
Un paso más allá en la sospecha sobre los periodistas, acá se ha extendido la acusación de “ensobrados”, que significa que el periodista recibe un sobre con dinero para hablar bien —o mal— de un gobierno, un partido, un político.
Realmente lo de los sobres no existe, yo no creo que exista ni en Argentina. Esto es como la autocensura de la literatura. Tú eres un periodista que en un momento determinado eres crítico con todo pero de repente, porque una cosa te ha indignado en un momento determinado de tu carrera periodística, te posicionas más en un lado y entonces te empiezan a llamar para programas de televisión y en una tertulia te pagan 500 euros (que es quizás la cuarta parte o la mitad de tu sueldo), y te das cuenta de que si defiendes esa posición que un día legítimamente defendiste acabas entrando en unos circuitos que te hacen estar mucho más cómodo, con lo cual tú solo llegas sin que nadie tenga que comprarte. Luego, cuando ya se te ve que, además de estar posicionado, haces una defensa poco razonada, entonces a lo mejor te hacen director del programa y no necesitas prebendas de ningún tipo porque sabes que ahí es donde está el dinero y el vivir bien. Entonces no hay un sobre sino que se genera una serie de procedimientos en la que tú solito acabas de posicionarte.
Te he escuchado decir que todos los diarios pierden plata.
Pierden plata los que tienen papel. Vocento ha perdido 14 millones de euros este año, que es una animalada. Vocento lleva ABC y El Correo del País Vasco, de Galicia y otros, luego El País ya perdió 5 millones de euros, Prensa Ibérica ha perdido creo que un millón de euros, y Unidad Editorial, que tiene El Mundo y Marca, ése ha ganado algo de dinero. Y los que van muy bien son los digitales, los que mejor trabajo están haciendo son El Confidencial, El Español y elDiario.es. Estos tres están ganando dinero del orden de entre 3 y 5 millones de euros porque tienen un modelo posterior a la estructura de los que tenían impreso, reciben mucha publicidad institucional y tienen en sus equipos de periodistas muchísimos informáticos haciendo SEO y trayendo mucho tráfico que trae publicidad y con unas estructuras que son mucho más baratas. A la prensa digital le está yendo bien.
¿Y cómo se sostienen esos que pierden?
Bueno, detrás de esos medios hay lobbies que ponen dinero para que defiendan sus intereses. Yo pierdo dos millones de euros y, para no dar en quiebra, alguien tiene que meter esos dos millones de euros, pues a través de empresarios, de fundaciones o de lo que sea se mete ese dinero.
¿Cómo funciona el tema de los contenidos pagos?
Tienen modelos mixtos. Está el contenido para suscriptores, por ejemplo Arcadi Espada en El Mundo o Enric González en elDiario.es o algunos columnistas de El País, que la gente entra a leerlos a ellos, esos son contenidos cerrados, y luego tienen una serie de contenidos abiertos que suelen ser actualidad política y económica y el clickbait: recetas de cocina, el tiempo, etcétera. Entonces dejan cerrado lo que es la opinión o los reportajes en profundidad que no tienen una importancia muy grande en la línea del periódico. Si el periódico quiere, imagínate, favorecer a la industria farmacéutica y publica un reportaje poniéndola bien, eso sí lo van a dar como contenido abierto. En abierto dejan lo que les interesa y les va a dar dinero por publicidad.
¿Hacia dónde creés que va a ir este asunto? ¿Te parece que hay interés de la sociedad en pagar por el periodismo?
Ahí sí que va por países. En España, no. En Argentina, no lo sé.
¿Esto se debe a la poca valoración del trabajo periodístico por parte de la sociedad, el descrédito o la idea de que lo que tienen para ofrecer está en otros lados, como las redes sociales?
Creo que es una combinación. Con los libros, se creía que con la aparición del ebook podía pasar lo mismo y no: la gente quiere comprar libros aunque en Telegram puedes descargar cinco mil libros en un segundo. De hecho, la industria editorial está vendiendo más que nunca, incluso diría que la gente compra más libros que los que lee. Entonces, tiene que haber un proceso, que la gente entienda que tiene que pagar por la información y como son los propios medios los que en principio se suicidaron entrando al juego de las redes sociales y de Google, pues ahora van a tener que volver a hacer pedagogía y a convencer a la gente de que tienen que pagar por los medios de comunicación.
Pero, mientras tanto, los medios están copiando la lógica de las redes. ¿Para qué voy a pagar por un diario si no tengo nada diferente a lo que circula en Twitter?
Pues, ¿dónde veo yo el futuro del periodismo? Cuando un medio de comunicación no polarizado acabe creando una comunidad que esté dispuesta a pagar para que ese medio se mantenga. Lo que nos pasa en Jot Down, pero con política, economía y actualidad, que es más difícil, claro. El primer medio que dé esa información y que acabe ganándose de nuevo el respeto de los lectores, acabará atrayendo a ese lector que pagará para estar mejor informado que el resto. Aunque siempre habrá gente que no se gastará ni un duro, eso está clarísimo, pero habrá otra gente que sí y serán los gourmet de la información. Ahora eso está diseminado porque mucha gente está pagando por Substack.
Pues, ¿dónde veo yo el futuro del periodismo? Cuando un medio de comunicación no polarizado acabe creando una comunidad que esté dispuesta a pagar para que ese medio se mantenga.
Los newsletters.
Pero es que ya no es una newsletter, en Substack son blogs y tú estás pagando porque lo que esa persona te cuenta, te interesa, entonces un medio que tenga treinta substacks, que de alguna manera que los recoja y sea capaz de pagarles un sueldo, pues acabará atrayendo a ese lector gourmet que está dispuesto a pagar por la información. Cada uno de ellos por separado, no es capaz de sostenerse. Si quieren tener un sueldo con algo similar tienen que irse a Only Fans pero claro, sería otro tipo de contenido.
Necesito que me expliques algunas expresiones de la terminología del periodismo digital como linkbuilding y neurohacking.
El neurohacking es, simplemente, conocer con qué fórmulas se activa la atención en el cerebro. En el caso de los medios o las redes, cómo consigo la atención del lector, cómo consigo que la persona que está visionando un vídeo se enganche de forma adictiva, a nivel dopamina. ¿Qué nos da placer? Pues, por decirte dos cosas, lo obtenemos con la simetría y con la seguridad, entonces, ¿cómo combino estas cosas o cómo trabajo los contenidos para que tú te acabes enganchando? Eso se ha conseguido con los juegos; la mayoría de los juegos que están en los móviles tienen lo que se llaman cofres: antes de empezar el juego tú pulsas el cofre y te sale “te doy 50 monedas de oro para no sé qué”. Van buscando esa manera de engancharte, porque te da seguridad y así funcionan los algoritmos, sobre todo el de TikTok, que es reconocido por ser muy adictivo y han dado con la clave. Detectan cómo funciona y así lo programan.
¿Y los medios estudian y usan las mismas técnicas?
Claro. El clickbait y la polarización funcionan así y pueden hacer que estés continuamente enganchado. En un medio de comunicación no hay un roll, en el sentido de un artículo detrás de otro, porque eso ya se probó y no funciona, pero en su momento lo intentaron y estuvo, pero hay otras técnicas.
¿Vos decís que en los medios hay gente haciendo específicamente ese trabajo?
Totalmente. Sí, hay expertos, sobre todo hay expertos en interfaz de usuario que van buscando de qué manera atrapar al lector, pueden ser cosas como el tamaño de la fuente, los colores, los resaltados… Al final tú lo puedes ver como que buscas la mejor experiencia para el lector o que quieres mantenerle enganchado.
¿Y el linkbuilding?
El linkbuilding, que va creciendo sin parar, es lo que ha hecho que Google pierda la conexión que tenía antes con sus usuarios. Antes la gente iba a Google a buscar y se fiaba de lo que salía, y ahora ya no se fía porque el algoritmo posiciona primero lo que más referencias tiene. Si a un artículo de Seúl lo menciona Clarín, lo menciona Página 12 y lo menciona el Ministerio de Educación, Google va a entender que ese artículo es muy importante y lo va a poner el primero en la búsqueda para determinados conceptos, que son los que trata el artículo. Como esto lo sabe todo el mundo, lo que empiezan a hacer las agencias de publicidad es comprar enlaces, las agencias le dicen, por ejemplo, al diario El País, “Oye, en un artículo enlaza esta palabra”. Entonces el usuario que lee, pues ve una palabra enlazada y a lo mejor no va a pulsar pero el bot de Google que va leyendo los artículos sí lo pulsa y entonces se consigue traspasar lo que se llama dominio autoridad de un medio a otro y la portada de Google acaba siendo una portada construida con dinero y no natural ni orgánica.
Antes la gente iba a Google a buscar y se fiaba de lo que salía, y ahora ya no se fía porque el algoritmo posiciona primero lo que más referencias tiene.
¿Esto lo hacen muchos medios?
El año pasado salió un reportaje donde sacaban qué empresas se dedican a esto y estaban todos: El País, El Mundo, La Razón, todos, que cobran 500, 600 mil euros. Antes se hacía, había algo que se llama publirreportaje, luego por ley se obligó a que los medios aclaren que eso es publicidad y los publirreportajes no interesan. Imagínate que yo soy un casino y quiero que, cuando alguien busque casinos en España en Google porque quiere jugarse su dinero, aparezca el primero; el lector de Jot Down no es aficionado a los juegos de azar pero eso no importa, yo le pido que haga un artículo sobre cualquier tema, por ejemplo, sobre Los Simpson, entonces en un momento determinado en el artículo se describe cuando la familia va al casino y en esa palabra (que se llama texto ancla) yo pongo el enlace de mi casino. Con lo cual, en un sitio donde yo no voy a tener potenciales clientes, ni me interesa, estoy consiguiendo que le diga a Google que mi casino es el más seguro, el mejor y que lo tiene que posicionar el primero. Al hacer esto todo el mundo, la primera portada de Google acaba siendo comprada aunque no aparezca que son artículos patrocinados. Ha habido medios que han abusado del linkbuilding y si Google te pilla te quita de las búsquedas. Ahora va a haber un cambio brutal en Google con la intención de acabar con eso y eso puede significar la ruina de muchas empresas, como cuando Facebook hizo su cambio de algoritmo y se hundieron empresas grandes.
Contame qué es Menéame.
Es un agregador de noticias. Como Reddit, que está dirigido al mercado anglosajón y Menéame al español. Siempre ha tenido más tráfico que Reddit pero en un momento ellos apostaron por el meme y por la imagen y eso les ha dado más desarrollo. A Menéame lo fundó un argentino, Ricardo Galli, junto con un mallorquín, Benjamí Villoslada, en 2005.
¿Y la gente lo usa como un lugar donde encontrar todas las noticias?
No, no. Menéame tiene dos partes: una es una comunidad donde la gente entra, habla y se pelean, como si fuera un foro pero en base a un sistema de valorar las noticias. Yo, como usuario, acabo de leer algo en Clarín que me ha parecido interesante y lo mando a Menéame, eso va a una cola, hay una serie de usuarios —no tantos— que leen esa cola y van votando, tanto positiva como negativamente; entonces cada cada media hora, la noticia que más votos va llevando aparece en la página principal que es así consultan miles y miles. Ese agregador de noticias te da una portada. ¿Y qué ha pasado? Que, como en todo, la polarización la ha copado y además en este caso ha sido la polarización de izquierda, con lo cual esto tiene dos dos perjuicios para Menéame. Uno, que para la gente que no sea de izquierda o, simplemente, aquel al que no le guste ver todas las noticias del mismo color, acaba cansándose y sintiéndose mal. Y dos, que al estar hablando sólo de cosas de política española, está echando a todo el resto de Hispanoamérica y antes era mucho más accesible. Mi misión va en esas dos líneas: localizar y bloquear de forma algorítmica, no con el dedo, los grupos organizados que no permiten que buenas noticias de medios de derecha aparezcan en la portada, y luego potenciar todo lo que no es política y economía y noticias que provengan de otros países.
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