LEO ACHILLI
Domingo

Tres tremendos tomos

'Economía conversada', de Alberto Ades, es una obra monumental pero accesible y amena para entender todos los aspectos de la micro y la macro.

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Economía conversada. Para no economistas (y economistas también).
Alberto Ades
Grupo Unión, 2025.
$90.000, 1.291 páginas.

En Economía conversada, Alberto Ades logra algo que pocos economistas se atreven a intentar: hacer que la economía sea genuinamente conversable. Usando un diálogo ficticio entre Sócrates y Glaucón que, en forma amena y didáctica, presenta conceptos económicos que no siempre son accesibles para el público en general, el libro cubre los temas principales de la micro y la macroeconomía y explica los factores que afectan el crecimiento, la naturaleza de las decisiones de consumo, la importancia de la restricción de presupuesto y otros aspectos esenciales de la economía a los que estamos expuestos diariamente.

Desde el primer tomo, el tono es claro: enseñar sin imponer, explicar sin subestimar, pensar sin pontificar. En lugar de recurrir a modelos abstractos y jerga inaccesible, el autor propone acompañar a Sócrates en una mayéutica que mezcla pedagogía, humor y sentido común. El uso de la ficción como vehículo –algo inusual en textos económicos– se convierte aquí en una ventaja narrativa que permite acceder a los conceptos sin la solemnidad y aspereza típica de la literatura académica.

Los diálogos entre Sócrates y Platón son mechados con entrevistas a reconocidos economistas sobre temas específicos (con Domingo Cavallo sobre la convertibilidad; con Jay Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, sobre la pandemia del COVID; con Ben Bernanke sobre la crisis tras la caída de Lehman Brothers). Estos pasajes con invitados –imaginarios o reales– son uno de los recursos más valiosos del tercer tomo. En ellos, Ades traza puentes entre teoría y práctica, historia y presente. Así, la explicación del modelo ricardiano de comercio gana vitalidad cuando es narrada por David Ricardo en persona, mientras que la entrevista con Guillermo Calvo sobre los frenazos a la entrada de capitales (sudden stops) ayuda a entender un fenómeno complejo con ejemplos y metáforas visuales.

Los diálogos entre Sócrates y Platón son mechados con entrevistas a reconocidos economistas sobre temas específicos.

Por ejemplo, uno de los primeros capítulos está destinado a la restricción presupuestaria, tema central a la hora de tomar decisiones que se aplica tanto para individuos como para gobiernos y relacionado con lo que se conoce como trade-off: el dilema entre objetivos en conflicto. El “con recursos limitados, uno tiene que elegir” se convierte, en palabras de Sócrates, en “si uno destina más dinero a salidas, tendrá menos disponible para ropa o viajes”. Aunque en apariencia es una idea básica y entendible, la realidad es que los gobiernos se resisten a aceptarla y eso es lo que lleva a que haya déficits fiscales.

El segundo tomo, centrado en la macroeconomía, despliega con igual maestría la caja de herramientas del análisis agregado: política monetaria, inflación, déficit fiscal, crecimiento. Aquí, Sócrates se encuentra con los dilemas clásicos de los hacedores de política económica y se interna en discusiones que no eluden la controversia ni simplifican el conflicto. Ades no busca agradar a todas las escuelas económicas, pero tampoco caricaturiza ninguna. Su tono es siempre el del docente que quiere que el alumno piense por sí mismo.

También es destacable la forma en que diferencia entre decisiones racionales y emocionales. A través de los diálogos nos va mostrando cómo los economistas usamos modelos que, para simplificar, asumen que los individuos, ante cada decisión, evalúan los costos y beneficios de las distintas opciones y eligen racionalmente la que más conviene. Y muestra que esto es una simplificación: muchas veces tomamos decisiones impulsivas (como comprar un chocolate cuando salimos del supermercado) o sesgadas (como enseña la economía del comportamiento) o basadas en información y análisis incompletos (como sostiene la idea de la racionalidad limitada). Ades nos recuerda que la racionalidad de la economía clásica es un instrumento: un marco conceptual que nos permite modelar el comportamiento y llegar a conclusiones simples.

Ades nos recuerda que la racionalidad de la economía clásica es un instrumento: un marco conceptual que nos permite modelar el comportamiento y llegar a conclusiones simples.

En algunos partes del libro muestra pragmatismo, como por ejemplo cuando habla de inflación, un tema que genera casi tanta discusión en el mundo de los economistas como en el de los políticos. Por un lado, nos dice que generalmente surge por un problema monetario: una emisión de dinero mayor que la demandada por los individuos. Pero al mismo tiempo reconoce que puede haber un espiral de precios y salarios del que hablan economistas no monetaristas, y lo hace con un ejemplo simple: “Si sube el precio del pan pido más sueldo para poder comprarlo, pero al subir mi sueldo el panadero sube el precio otra vez, y entramos en una carrera que nunca termina”.

En la misma línea, el tercer tomo amplía el foco a la economía internacional. Temas como el tipo de cambio, las crisis financieras, el rol del FMI o el “trilema” macroeconómico son explicados con solvencia y cercanía. La entrevista con Jay Powell durante la pandemia, o la discusión sobre criptomonedas con Satoshi Nakamoto son ejemplos de cómo Ades integra temas actuales y relevantes en un relato que no pierde su vocación pedagógica.

Ades habla también del crecimiento económico, un tema crucial que al mismo tiempo es uno de los más difíciles de explicar; del comercio exterior, en el que Sócrates nos enseña las “ventajas comparativas” que llevan a que los países se especialicen en la producción de ciertos bienes e importen otros en los que les cuesta competir (una discusión relevante para la Argentina, donde la división campo-industria suele causar oscilaciones en la política económica). Y, por último, habla del rol del Estado y de la eficiencia del gasto público usando un ejemplo provocativo: “No es lo mismo calentar una habitación cerrada que otra con la ventana abierta; si el gasto se pierde por filtraciones, el esfuerzo no rinde”.

Como síntesis, puede decirse que Economía conversada es una obra generosa, lúcida y profundamente humanista. No enseña fórmulas, sino maneras de pensar. No busca convencer, sino contagiar curiosidad. En tiempos donde la economía se usa como lenguaje de autoridad o arma de disputa, Ades propone volver a las preguntas. En un país como Argentina donde hasta el conductor de un taxi aspira a debatir la economía, este tratado en tres tomos estiliza los conceptos ampliando la audiencia, sin perder rigurosidad. Y lo hace, como el mejor Sócrates, dialogando.

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Eduardo Levy Yeyati

Ingeniero civil (UBA) y doctor en economía (Universidad de Pennsylvania), es profesor plenario de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella, asesor regional del BID, senior fellow de Brookings e investigador principal del CONICET.

Miguel Kiguel

Licenciado en Economía por la UBA y Ph.D. por la Columbia University. Director Ejecutivo de Econviews, asesor económico y financiero y docente universitario.

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