El Gobierno perdió por más de 13 puntos la provincia de Buenos Aires. Se pueden decir muchos atenuantes como que era una elección provincial para una legislatura que representa el negocio de la política como pocas. Se puede decir que Buenos Aires es un mal predictor de resultados nacionales. Pero lo cierto es que el resultado provee una señal poderosa y mala de cara a las elecciones de octubre. Las Fuerzas del Cielo se tomaron unas vacaciones.
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Afortunadamente el Gobierno, con el Peluca a la cabeza, reconoce que se cometieron errores políticos. Coincidimos en el diagnóstico en términos de que los errores políticos fueron lo más grave. Desde la estrategia de armado hasta lo verdes que fueron sin fiscales, con boleta del mismo color, y hasta el peronismo les reservó todos los remises. Las luchas internas tampoco sirvieron.
Pero atención que la economía también jugó su partido. Creo que la mayoría estamos de acuerdo en que hay que tener políticas fiscal y monetaria contractivas, pero no necesariamente estas políticas. Hoy la economía ya no está parada sino que va para abajo. Y octubre sí es genuinamente importante: por los números en el Congreso y la percepción sobre la continuidad de las reformas que son clave para atraer inversiones y bajar el costo del capital.
Una mala elección en octubre podría retrasar el regreso de la Argentina al mercado, podría jaquear el sistema de bandas que el Gobierno parece ratificar. Los casi 34 puntos de esta elección dan revancha de cara a octubre si Milei hace los cambios políticos y algunos económicos. Como decían las abuelas: una paliza pegada a tiempo puede ser salvadora. Pero obviamente el Gobierno va a jugar de visitante estas seis semanas con el mercado en estado deliberativo y sin el beneficio de la duda. La economía va a estar a la defensiva. Todavía 38-40 puntos parecen posibles. Pero los 45 con que soñaban otros lucen ya medio imposibles.
La economía va a estar a la defensiva. Todavía 38-40 puntos parecen posibles. Pero los 45 con que soñaban otros lucen ya medio imposibles.
En la economía pura y dura la semana pasada el gobierno empezó a “proveer liquidez” en el mercado de dólares. Según la prensa, parece que el mercado estuvo corto de liquidez en 500 millones de dólares. Esa fue una medida que no cayó bien. Porque de pique implica que habrá que comprar más reservas cuando la cosa se normalice. Y si no se normaliza nos agarra con menos reservas para defender cualquier cosa. Reza Malena.
En la actividad los datos que salieron de cemento, autos y recaudación para agosto no fueron buenos, pero tampoco una catástrofe. La actividad claramente no brilla, pero no estamos viendo un colapso ni nada parecido. El tercer trimestre no hay cómo evitar que haya una caída contra el segundo. Pero tampoco es un desastre total. Los economistas que participan en el REM ven un 4,4% de crecimiento para este año. Nosotros estamos algunas décimas más abajo.
Para esta semana, estaremos súper pendientes de todas las repercusiones de la victoria del peronismo sobre el mercado y la política. Salen datos importantes como la inflación de agosto, que parece estar en torno del 2%. Salen también los índices de actividad industrial y de construcción de julio para los que no tenemos grandes esperanzas.
Hasta la semana que viene.
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