LEO ACHILLI
La economía en 3 minutos

#70 | Esperando el telegrama de Viena

Con tasas reales del 25% insostenibles y el PBI en caída, el Gobierno enfrenta el desafío de reordenar la política monetaria mientras sostiene el ajuste fiscal logrado.

Pasan las semanas y siguen sin encontrar un camino razonable para el mercado monetario. Tener tasas reales de 25% no es viable por mucho tiempo más. Acá la discusión es con qué daño se llega a las elecciones en la economía real y si ese daño influye en los resultados. Obviamente, no estamos en condiciones de contestar taxativamente ninguna de las dos preguntas. Daño hay seguro, probablemente no sea algo terrible. Es probable que la gente que iba a votar por los candidatos de Milei el 10 de julio, cuando empezó el lío monetario, siga votando al Peluca. La tasa real a este nivel también es un problema para la deuda pública, por más que haya superávit primario. No es un tema urgente, pero sí importante.

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¿Y después de las elecciones qué? Asumimos que el Gobierno obtiene un buen resultado. Entonces, ese día desaparece el “riesgo kuka”. ¿Las tasas pueden volver a valores razonables porque nadie va a querer dólares merced a la buena elección legislativa? ¿O al Gobierno le importa mucho el dólar hoy y nada el 27 de octubre? Es claro que puede haber relajamientos de algunas cosas hoy un poco forzadas, pero pensar en forma tajante antes y después puede resultar un poco simplista. ¿Hay alguien que piense ahora o después de las elecciones: “Muchachos, esto de usar agregados monetarios no funcionó”? ¿Se puede volver a un esquema de tasas o corredor de tasas? Yo creo que sí, aunque no creo que se pueda volver a 29% muy rápido. Se quemó un cartucho de credibilidad, pero el partido es largo y puede ganarse perfectamente. El lío político va a poner esto bajo el radar. ¿Es una oportunidad de cambiar lo que no funciona? Esperamos el telegrama desde Viena.

Esta semana pasaron mil cosas. El Gobierno perdió varias batallas legislativas, pero ganó la más importante, que fue la de sostener el veto de las jubilaciones. Un alegrón en los mercados y en el sentido común, que suele ser el menos común en la política. Los analistas políticos cuentan que los gobernadores le quisieron devolver algo del dolor que les infligió Milei y se terminaron asociando con el kirchnerismo, que es más despiadado. No hay materia “control de daños” en la universidad del kirchnerismo. Milei confía en el apoyo de la gente, que aún es importante. Pero la caída de casi 14 puntos de confianza en el consumidor tiene que ser una llamada de atención. Es un indicador volátil, así que nada de cortarse las venas. Pero ignorarlo sería un gravísimo error.

En términos de indicadores, tuvimos un mal dato del PBI mensual de junio. Cayó 0,7% contra mayo, que encima se revisó un poquito hacia abajo. El 0,7% es mal dato, pero luce peor de lo que es. Si no fuera por la huelga de pesqueros, hubiera caído 0,3 o 0,4%. Las ventas de supermercados crecieron un poquito en junio, pero los shoppings cayeron. Ahora empiezan a venir los datos posdesarme de LEFIs. Creemos que los datos de julio no serán tan malos. Vimos buenos números de faena de carne y pollo, buena producción láctea. Obviamente, otros sectores no tuvieron esa suerte. Pero no será un desastre. Agosto y septiembre lucen más desafiantes, porque el tema de la tasa pega más fuerte. ¿Será que en octubre levanta? Ojalá. Pero crecer 5% ya parece quedar algo lejos. Será 4 y pico. No está mal. Pero esto es en buena medida autoinfligido, política y económicamente, por un Gobierno que tiene en sus espaldas logros valiosísimos como haber hecho un ajuste fiscal sin precedentes y haber bajado la inflación más rápido de lo que todos creímos.

Los datos fiscales de julio fueron buenos, con suba real de ingresos y caída de gasto, lo que hace pensar que el objetivo fiscal se cumplirá sin problemas, aun suponiendo un bajón en la economía. Nota aparte a la supuesta pelea con los bancos. El crédito no se cae, pero desaceleró mucho. Entre tasas altas, morosidad en alza, sobre todo en las líneas destinadas a hogares, la situación se pone más espesa.

Para esta semana, el principal foco de atención será la política. No hay plan económico que funcione si la política no está ordenada. Seguiremos la saga de la tasa de interés y el dólar. El miércoles hay licitación de bonos. Además, salen algunos datos sectoriales que seguimos, como el caso del turismo y la maquinaria agrícola.

Hasta la semana que viene.

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Andrés Borenstein

Economista jefe de Econviews. Profesor de economía (UBA y UTDT). Conductor del podcast 'La economía en 3 minutos'.

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