LEO ACHILLI
La economía en 3 minutos

#53 | Prueba superada

Se terminó el cepo y no vino el fin del mundo, al contrario. Y el Gobierno pasó otra vez a la ofensiva, esta vez contra algunos economistas.

Se abrió el cepo en semana corta. Luego de tres días de operaciones no pasó nada grave. Si tomamos el cierre del miércoles el dólar subió solo un 5% y los dólares alternativos todos bajaron respecto de los valores previos al anuncio. Sin dudas esto está en línea con lo que querían las autoridades. Esto quiere decir que el efecto en inflación será más chico de lo que se podía suponer a priori.

Además, el Gobierno decidió jugar fuerte individualizando a algunas empresas que subían precios. Creemos en el mercado, pero si no funciona operamos en consecuencia. La moderación pasó de moda, nos guste o no. También es lógico que el Gobierno quiera jugar fuerte al principio, por eso de que no hay una segunda chance para una primera impresión.

Ahora el Gobierno quiere que el tipo de cambio toque el piso de la banda en 1.000 pesos. Por eso le recordó al agro que la baja de retenciones es temporaria. Si bien las autoridades han dicho que no quieren el carry trade, en cierta manera lo están incentivando. Si el mercado se convence de que el dólar va para abajo, hacer tasa en pesos es glorioso. Hay que ver si lo logran y hay que ver cómo queda la tasa de interés. En la licitación colocaron títulos a 55%. Luego los precios subieron y recortaron su rendimiento.

También el Gobierno estableció el mecanismo para el carry dejando a los fondos de afuera entrar y salir por el oficial solo si se quedan 180 días. El tema es que con la brecha tan chiquita no tendrían quizás problema en entrar y salir por el contado con liqui, dado que sin cepo es poco probable que se agrande más que algún punto circunstancialmente.

La comunicación de la salida del cepo parece haber funcionado bien. Para la oposición fue difícil encontrar flancos débiles. No hay cómo decir que “está bueno que haya cepo”. No está claro por qué el Gobierno salió tan agresivamente contra algunos colegas. Está claro, sí, que no le hablan al círculo rojo ni a los empresarios, que son todos más propensos a la moderación. El problema de dinamitar puentes es que nunca sabés si los vas a necesitar en el futuro.

En materia de indicadores, esta semana tuvo poca actividad. Salieron los datos fiscales que ya son medio aburridos. Otro mes de superávit bastante en línea con lo que se proyectó. La suba de inflación de marzo ayudó a que el gasto primario sea menor que en enero y febrero, de la mano de menores erogaciones previsionales que de todas maneras están mucho más altas que el año pasado. Repuntaron las transferencias a las provincias y los gastos de capital, pero cayeron los subsidios y los pagos de salarios. No parece haber mucho problema para que el Gobierno cumpla su objetivo de 1,6% del PBI de superávit primario.

La balanza comercial de marzo fue parecida a las de enero y febrero, con un superávit chiquito de la mano de exportaciones estables e importaciones creciendo. Seguramente el segundo trimestre será más generoso para las exportaciones y las importaciones seguirán a un ritmo triunfal a menos que se enfríe la economía, algo que no vemos que vaya a ocurrir, aunque sí desacelerará respecto a lo que fue el último semestre de 2024. Otros datos de la semana fueron el costo de construcción y los precios mayoristas: ambos salieron muy bajitos, a contramano del IPC, que fue el más alto en varios meses.

Para esta semana estaremos mirando el PBI de febrero, que seguramente mostrará crecimiento respecto a enero. Veremos también datos de shoppings y supermercados de febrero y datos vinculados a turismo: entradas y salidas y ocupación hotelera. Seguiremos obviamente el dólar, veremos si el Peluca baja un cambio y lógicamente seguiremos todo lo que pase en Washington y Mar-A Lago. Ahora que salimos del cepo, lo que más le pega al mercado y a la economía argentina es el escenario internacional. Así que esperemos que el Peluca más grande de América tenga una semana tranquila. No te pido un abrazo con Xi Jinping, pero aflojá con el bullying a Powell, el presidente de la Fed.

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Andrés Borenstein

Economista jefe de Econviews. Profesor de economía (UBA y UTDT). Conductor del podcast 'La economía en 3 minutos'.

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