La economía tuvo una buena semana, aunque algunos tonos dejan sabor agridulce. El tema principal es que pasó la Ley Bases por Diputados y que además se incluyó el cambio en el tributo a los cigarrillos, algo que inexplicablemente votaron en contra el oficialismo y el bloque del PRO. Hay muchas cosas buenas ahí, como la vuelta del Impuesto a las Ganancias, que ayudará a mejorar la calidad del ajuste fiscal. El blanqueo puede ayudar también y la baja de Bienes Personales y un monotributo más generoso también son puntos positivos. El tema del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) es más controversial. La pregunta es si el Gobierno no está siendo generoso con grandes inversiones que vendrían de todas maneras. O quizás la mejor pregunta es por qué no les damos el mismo trato a todas las inversiones. También a las de la empresa que se juega su capital y mataría por estabilidad tributaria y otros beneficios. Pero, bueno, éstas son críticas constructivas. No vaya a ser cosa que me tomen por hereje.
La segunda buena noticia es que la inflación de bienes sigue siendo baja, según los datos de alta frecuencia que miden las consultoras. Esto hace que probablemente la inflación de abril empiece con 8, es decir, una baja sensible sobre el 11% de marzo. A caballo de esto, el Banco Central volvió a bajar las tasas por segunda semana consecutiva. Esto tiene varios componentes. Por un lado, requiere menos emisión para pagar intereses, algo que no es un problema grande, pero que en el modelo de Milei es clave. Lo segundo, busca reactivar el crédito: esto sí es importante. Las familias y empresas argentinas son casi las más desendeudadas del mundo. Con más crédito, la reactivación puede ser más veloz. Muchas empresas incluso reemplazarán créditos caros por nuevos créditos baratos, mejorando su estado de resultados. La tercera implicancia es que hay cepo para rato. No es esto una crítica. Son opciones de política y uno no puede saber de antemano cuál es la mejor.
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La tercera buena nueva es que se bajaron los impuestos a numerosos bienes. Esto no impacta sobre la inflación, pero sí en el nivel de precios de la economía. Neumáticos, algunos electrodomésticos, agroquímicos. Todo esto tiene que ser bueno para los productores y los consumidores. Además, dan de baja algunos Registros y sacan trámites. Todo suma y más allá de cualquier arruga que haya en la implementación, es difícil disentir con la orientación de estas cosas que en líneas generales son antitongo.
Del lado menos positivo, el Gobierno postergó el incremento del impuesto a los combustibles y subas de gas y electricidad. Esto no está bueno. Ya empezaron a cambiar las pautas que ellos mismos habían puesto. Esto reducirá la inflación de mayo, pero al final del día posterga y no reduce. Esto además implica un costo fiscal. Es cierto que el Gobierno busca dar señales de inflación más baja para ir parando la inercia. Hay que entender la lógica de ese lado. Pero no deja de ser una medida controversial. Uno diría: si estás bien fiscalmente para financiar esto, por qué no bajar otros impuestos o meter alguna obra pública, que es un factor que mejora la productividad. Pero, tiempo al tiempo. Es un gobierno nuevo que tiene que hacer su curva de aprendizaje. Hablar de afuera es fácil. Pero no hablar tampoco es bueno.
Finalmente, hay un tema cualitativo. Milei se mete con el tipo de cambio en un tono de polemista, que es su ser más auténtico. Dice una serie de verdades con las que es difícil disentir, pero olvida algunas otras cosas. El punto que quiero hacer no es si el tipo de cambio está o no atrasado, sino la sensación de que la misma persona cuando aplaude algo que hace el Gobierno es un coloso y cuando critica algo “no la ve” o no entiende nada, incluso observadores que desean el éxito del oficialismo. Esa sensación de poca escucha no es buena.
Para esta semana estaremos siguiendo datos para confirmar que abril fue mejor que marzo y por ende marzo pudo haber sido el piso de la recesión. Y en la política, el análisis del poroteo del Senado será la clave del humor de los mercados.
Hasta la semana que viene.
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