El presidente dijo esta semana en Expoagro que la inflación de febrero iba a ser alrededor del 15%. Aunque coincido con la proyección, mi instinto es que quizás sea algo más baja dada la costumbre (correcta) de reducir expectativas para lograr una mejor sensación una vez que el dato sea oficial. Por de pronto, la inflación de la Ciudad de Buenos Aires fue de 14,1% en febrero, así que la nacional tranquilamente podría ser más baja que el 15%.
Los datos de actividad siguen flojos. Lo que vimos de enero fue feo, como la gran caída de la construcción y la caída algo más moderada de la industria. Los números adelantados de febrero muestran una mejora en patentamiento de motos, pero caídas intermensuales en despachos de cemento, producción de autos y una recaudación que tuvo claroscuros. Mejoró por el lado del impuesto al cheque y el IVA, pero los datos de seguridad social sufren la caída de salarios y horas extras.
La actividad cayó 3,5% intermensual en diciembre. Nuestra visión es que puede haber caído un 1% más en enero y algunas décimas en febrero. ¿Frenará la sangría en marzo y abril? Puede ser, pero no es obvio. La actividad este año debería caer alrededor de 3%, pero si le sacamos la parte agropecuaria, que mostrará un gran crecimiento, el PBI urbano, por llamarlo de alguna manera, caería cómodamente un 6%. Dado que el conurbano es una caja de resonancia política y que Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires, éste es un problema político de magnitud. La pregunta que nos hacemos todos es si será suficiente el flujo de destape de curros para sostener una opinión pública que por ahora se banca la recesión. Nadie tiene esa respuesta.
Mientras tanto el dólar sigue bajando. El blue perforó los 1.000 mangos. Más allá de las explicaciones técnicas, hay que decir que, en un país como la Argentina, que baje el dólar es una buena noticia. Hay multi-causalidad en esta baja. Pido disculpas por haber usado un término kernerista, pero esta vez es cierto. Por un lado, está la teoría del canuto. La gente no tiene guita y vende dólares para pagar sus cuentas. Por otro, se adelantan exportaciones y 20% se liquidan al contado con liqui, lo que hace aumentar la oferta y por ende presiona al precio a la baja. También es cierto que Milei dejó la cantidad de dinero estable en términos nominales y, por ende, la redujo fuertemente en términos reales, lo que hace natural que la gente pugne por más pesos para financiar las transacciones. Por último, hay que decir que el dólar a 1.300 de enero parecía caro. Los economistas llamamos a eso “overshooting”. Aquellos 1.300 de enero ajustados por inflación serían más de 1.700 ahora. Es decir que el dólar bajó una bocha.
El problema está ahora en que ya todos los dólares dan cuenta de una Argentina más cara, sobre todo cuando uno le agrega un piso de 12% de inflación en marzo y, digamos, 10% en abril. Dicen que “Toto” Caputo les dijo a las empresas que no piensa tocar el oficial más allá del 2% mensual y no hay razones para pensar que la brecha se vaya a disparar. Sin entrar en frases catastróficas, hay que decir que este es un flor de desafío para el Gobierno. Quizás la unificación ayude. Pero dado que es improbable que la inflación baje mucho, habrá que pensar en esquemas cambiarios más flexibles que esta tablita con cepo.
En materia política celebramos que todas las provincias hayan acudido al llamado del viernes pasado para discutir el Pacto de Mayo. En el tema caliente del finde, insistimos en que queremos funcionarios honestos, eficientes y bien remunerados. Las señales importan, pero la inflación es real. No puede ser un castigo financiero ser diputado o ministro. Necesitamos una discusión con mucha más altura de la que vimos.
Para esta semana la inflación se llevará casi todas las miradas. Lunes y martes tenemos un megacanje de deuda en pesos y sobre el fin de semana queremos ver si el Gobierno vuelve a golpearse el pecho y adelanta la publicación de datos fiscales previstos para el día 20. En política no nos perderemos el affaire sueldos del presidente y diputados. Cristina y Milei se pelean por X y es cuestión de tiempo hasta que entre Mauri, que no se la va a querer perder.
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