Partes del aire

#91 | Preguntame cualquier cosa

Recibí casi 70 preguntas de todo tipo, y aquí están las respuestas: salió un newsletter largo, pero interesante y divertido.

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Por tercera vez, el lunes les pedí a lectores como vos que me enviaran preguntas sobre cualquier cosa y, otra vez, la respuesta fue espectacular. En estos tres días recibí más de 70 preguntas y creo que acá abajo están las respuestas a la mayoría. Fusioné varias que eran parecidas y sólo dejé afuera a las que eran muy largas, las que no entendí o los que mandaron muchas preguntas juntas.

Las contesté rápido, durante la tarde de ayer, sin querer convertir cada respuesta en un mini-ensayo. Salió lo que salió. Me divertí mucho, espero que a vos te diviertan también. Quedó un newsletter largo, pero lo podés leer salteando las preguntas (o las respuestas) que te interesen menos.

 

¿Pensás que se puede hacer política sólo agitando la agenda woke o confrontando con el cuco kirchnerista? –Alejandro Romero

Diría que no, pero con eso solo los libertarios han llegado bastante lejos. Mientras no haga falta, no harán nada más. ¿Por qué deberían hacerlo?

 

¿Cuál es tu conjetura sobre por qué el presidente está obsesionado con la candidatura de Ariel Lijo? –Adolfo Ruiz (Marcelo Zocchi y Santiago Cornu Labat hicieron preguntas parecidas)

Mi conjetura es que Milei no está obsesionado con la candidatura de Lijo en sí misma, pero insiste en ella porque está atrapado por la lógica del “nunca un paso atrás”. En mi hipótesis, la candidatura de Lijo es un trabajo fino de Ricardo Lorenzetti sobre la oreja de los hermanos presidenciales: los convenció de que necesitaban en la Corte un juez amigable, o conversable. Un argumento de la casta, del sistema de toda la vida, que los Milei compraron en la confusión de los primeros días a pesar de que un juez de la Corte vuelve de la ceremonia de asunción, se sienta en su despacho y ya no le debe nada a nadie.

El verdadero candidato del movimiento es García Mansilla, mucho más alineado con el resto de las ideas del gobierno. De hecho, una explicación del oficialismo es que la nominación de Lijo es el precio a pagar por la nominación de García Mansilla. Es lo que me dijo (una cuenta atribuida a) Santiago Caputo una noche en tuiter y me parece un argumento razonable, aunque no me lo creo del todo. Creo que, si pudiera, Milei daría marcha atrás con lo de Lijo, una candidatura apoyada por nadie, bienvenida por nadie.

Dos preguntas, si está permitido. 1) ¿Te duele que el PRO tenga en riesgo su papel en la política argentina por la aparición de LLA? 2) En estos días salió una nota de Ross Douthat sobre la conversión religiosa de distintos intelectuales. Entiendo que sos ateo. ¿Sentiste alguna vez de grande un llamado a la fe, a alguna fe? –Ignacio Boulin

1) Me dolería que el PRO dejara de existir o se perdiera en la irrelevancia, porque es el lugar donde trabajé y milité diez años. Pero creo que no va a ocurrir. Soy optimista sobre su identidad, su atractivo electoral y su capacidad para seguir formando dirigentes. Ofrece algo que no ofrece nadie más.

2) Ross Douthat es uno de mis columnistas favoritos y voy a leer su libro nuevo, que es una defensa de la religiosidad. Mi historia con la fe es que la perdí de adolescente, después de tomar todos los sacramentos disponibles, y no volví a buscarla. Con el tiempo, sin embargo, empecé a respetar y a admirar a las personas que practican una religión. Me atrae la idea del misterio, de que hay cosas que nunca vamos a saber, por más ciencia y racionalidad que le pongamos. ¿Qué forma le damos a esa humildad? Quizás la de una religión, que me parece más inofensiva, en un marco liberal, que una religión política anti-liberal. La religión como un descanso de la ambición y la ansiedad, un puente con el pasado y con el futuro, una manera de encontrar paz con el universo. Si recupero la fe será por ese camino, el de reconocer mi pequeñez y abrazar el misterio.

¿Por qué no nos sabemos de memoria los nombres de los rehenes argentinos? ¿Por qué no están sus caras las 24 horas en los portales y en las calles, como pasó con Santiago Maldonado, Julio López o hasta los 33 mineros chilenos? –Leonardo Venezia

Es una gran pregunta, para la que no tengo grandes respuestas. En 15 minutos nos pusimos de novios con Colapinto pero en 500 días no terminamos de asumir como propios a estos argentinos como los hermanitos Bibas, salvajemente asesinados. Quizás influyó (especulo) la cuestión de la doble nacionalidad de los secuestrados (o que vivían afuera): algunos no los sintieron como argentinos “reales”. O, un poco más triste, por la polarización ideológica del conflicto en Israel: alguno habrá pensado que reclamar por los secuestrados argentinos era ayudar a Israel. O (la hipótesis más oscura) por las dudas que siempre hubo en los sótanos antisemitas sobre el patriotismo y la lealtad de los judíos argentinos.

¿Las gestiones actuales de Riquelme como presidente de Boca y de Gallardo como técnico de River están cumpliendo las expectativas? –Ángel J. Marzocca

No, ninguna de las dos. Riquelme trabaja sin método ni equipo profesional, esperando que sus golpes de inspiración y su ADN futbolero le sirvan para compensar la improvisación. No viene funcionando. Gallardo está viviendo la maldición de las segundas partes. En lugar de cortar con el pasado y crear algo nuevo, puso demasiado énfasis en rearmar su vieja receta exitosa. Demasiados regresos de jugadores queridos, demasiadas ganas de volver a 2018. Hay algo de nostalgia en esta gestión de Gallardo, que lo frena, lo tiene un poco maniatado. Si no suelta, le va a costar.

¿Que chances hay de que el gobierno se vuelva autoritario como Hungría o El Salvador? –Alan Tenenbaum

Para que un gobierno se vuelva autoritario tiene que tener tres cosas: 1) la capacidad de poder hacerlo, 2) ganas de hacerlo, y 3) una sociedad que se lo permita.

Milei por ahora no tiene la capacidad de hacerlo: sus bloques en el Congreso son poco relevantes, no gobierna provincias ni municipios ni parece tener inserción o control en las corporaciones históricas: sindicatos, fuerzas armadas, Iglesia, industria, medios de comunicación. La Corte Suprema es independiente. Esto, por supuesto, puede cambiar después de varios triunfos electorales consecutivos. Pero ya estaríamos hablando de un escenario de 2028 o 2029, no sería un problema inmediato.

La pregunta determinante es si en el corazón de Milei late la pulsión autoritaria. En el caótico mundo de sus militantes, sobre todo los digitales, a veces alguno tira un “cerrá el Congreso”, pero lo veo como provocaciones, ganas de decir siempre lo incorrecto, jugar al fleje. En condiciones normales, no lo veo especialmente interesado en concentrar poder más allá de lo que le permitan las instituciones. Esto no siempre es una frontera clara: conseguir que empresarios amigos compren canales de TV, como hicieron Néstor acá y Orban en Hungría, por ejemplo, no viola en principio ninguna regla y es una señal autoritaria. Pero veo su ADN más libertario, más dado al caos y a un Estado irrelevante que a un Estado poderoso a su servicio. Esta disposición, por supuesto, también puede cambiar.

La tercera pata de esto es si una mayoría de la sociedad argentina permitiría una aventura autoritaria. Estoy convencido de que no. Nuestra democracia tiene mil deudas (la principal: la inestabilidad económica), pero es sólida, es popular y tiene una sociedad civil fuerte. Hace una década, el kirchnerismo buscó aumentar el control del gobierno sobre los medios y sobre la justicia. ¡El Congreso aprobó ambas leyes! Y aun así los proyectos quedaron en nada. Los kirchneristas dirán que las corporaciones bla-bla-bla, pero yo lo vi como anticuerpos republicanos a una ofensiva anti-liberal.

¿Qué opinás de las artes visuales contemporáneas, en el sentido de que cada vez más parecen buscar dar mensajes prescindiendo de la obra como objeto en sí? Es decir, el artista de hoy visto como alguien que sólo quiere decir algo (casi siempre político) contra el artista de épocas pasadas que pintaba siguiendo deseos e intuiciones, buscando la belleza sin saber muy bien por qué. –José Galliano

Gran pregunta. Lo mejor que puedo hacer para contestarte es recomendarte este artículo reciente de Dean Kissick sobre el mismo tema. Hace tiempo que en el arte contemporáneo la explicación se comió a la obra, pero por lo menos hasta hace un tiempo se mantenía un espíritu de innovación formal o conceptual, de intentar hacer algo nuevo. Ahora ya ni siquiera hay innovación ni vanguardia, protesta Kissick: el prestigio y los premios se los llevan proyectos conservadores en lo formal, técnicamente insulsos, que no dicen nada nuevo sobre el arte porque todo lo que tienen para decir es político. Como en otras artes, el requisito número uno (y casi único) para triunfar es decir las cosas correctas políticamente.

Me gustaría saber tu opinión acerca de lo ocurrido con el Presidente el fin de semana pasado, la gravedad o no de lo sucedido y tu opinión acerca de cómo podría eventualmente afectar las próximas elecciones de medio término. –Christian (José Frogone también)

Va una respuesta corta, porque podría enroscarme hasta el infinito con esto. El episodio de $LIBRA es grave, porque el presidente promovió una operación diseñada específicamente para estafar. Ochenta palos cambiaron de mano, de los bobos a los vivos. ¿Tendrá consecuencias políticas? Mi apuesta es que no. La luz de los escándalos nos encandila mientras dura, pero dura poco. Las más de las veces son olvidados. Todavía el gobierno puede cometer errores, pero lo normal sería que no cambie mucho el panorama.

Vos que estuviste cerca quizás sepas por qué pensás que Mauricio Macri, luego de la remontada de votos en 2019, no se postuló para 2023 inmediatamente de perder las elecciones. Considero que después de la terrible experiencia que fue el gobierno de Alberto, Massa y Cristina, habría tenido el camino allanado a la vuelta. Habría bloqueado a Horacio Rodriguez Larreta y a Bullrich y también a Milei. –Luis Ernesto Axelrud

Hoy nos olvidamos, pero Macri dejó el gobierno con 40% de los votos pero sin ninguna legitimidad ni prestigio en el sistema político. No lo defendían ni los de su propio partido. Sólo se hablaba de su fracaso, se le reclamaban autocríticas, se demandaba su jubilación. Habría sido impensable una candidatura en esas condiciones, además de que el propio Macri no quería, como no quiso tampoco después. Ahora hay una evaluación muy negativa de la interna de Juntos por el Cambio, pero en 2021 o 2022 a todo el mundo le parecía lo más natural: que un candidato más moderado y más pro-sistema dirimiera la PASO contra una candidata más ideológica y más rompedora. ¿Qué puede salir mal? Je.

¿Por qué los militantes peronistas tienden a razonar principalmente a través de teorías conspirativas que solo se aplican a los demás? –Marina López

Viene de su nacionalismo, un género literario esencialmente conspiranoico.

Vivo hace casi diez años en NYC y estoy más emocionado con que va a empezar la temporada de baseball que con el campeonato del fútbol argentino. Con la mediocridad que tiene este torneo, no me dan ganas de mirar ningún partido. ¿Cómo se hace para terminar con la mafia del Chiqui Tapia y su organización que solo empobrece al fútbol? ¿Hay alguna esperanza de que algo pueda cambiar pronto en ese sentido y tengamos un solo torneo largo ida y vuelta de 20 equipos? –Juan I. Serra

Hace años que tengo un chiste que dice “ay, Patria mía, dame un país con inflación aja y torneos de 20 equipos”. Es posible que arreglemos el difícil (la inflación) antes que el fácil (los torneos de AFA).

Los corruptos fueron reemplazados por los dementes. La opción Juntos por el Cambio está diluida, mientras Macri parece cada día mas amigo del catarí protector de terroristas. ¿Cerramos todo y nos vamos? –Idu

¿Y a dónde vamos a ir? Quedémonos, mantengamos el boliche abierto.

Si nuestros viejos, para aquellas cosas que eran un “NO” tenían como lenguaje, además de las palabras, un voleo en el culo, un reto pesado, una penitencia que se cumplía o un castigo ejemplar, ¿cómo fue que nosotros nos convertimos en la generación que les temía a sus padres y ahora les teme a sus hijos, como dice Pilar Sordo? –Angel Sabatini

También somos la generación de los que escuchábamos pocos “te quiero” de nuestros padres y ahora se lo decimos todo el tiempo a nuestros hijos. El proceso de este medio siglo, de la disciplina a la empatía, de la búsqueda de éxito a la búsqueda de felicidad (en los hijos), de la autoridad a la horizontalidad, en general me parece positivo (y excede con mucho a las relaciones padres-hijos), aunque siempre hay que cuidarse de no pasarse de rosca. Como en todo, buscar el equilibrio, ¿pero dónde está?

Milito desde 1982 en la UCR, soy alfonsinista y fui de la JCN. Creí siempre en la paz, la libertad y la equidad. Con el paso de los años, y viendo como la corporación peronista iba vampirizando el Estado, me fui haciendo más gorila. Del centro-izquierda me corrí al centro. El kirchnerismo me terminó de convencer de que si no “desaparecían” (no me gusta esa palabra pero no hay otra que la iguale como significante), el país no tenía remedio. Apoyé convencido a Cambiemos, aposté al pelado y luego a Bullrich, por la que cada día siento más asco. Voté en blanco en el balotaje, pero pensaba que lo mejor era una derrota de Massa. Ahora tenemos a este orate. Decís que no hay que comprar el paquete entero, pero yo veo que cada día destruye lo que ha hecho con la macro. ¿Cómo la ves? ¿Es posible seguir apoyando a este tipo calladamente? ¿Es posible que le vaya mal y los K vuelvan? –Marcelo Berraz

Lo que hay que apoyar es la refundación macroeconómica de la Argentina, la principal deuda de la clase política en estos 40 años de democracia. Todo lo demás es debatible, como con cualquier gobierno. Cuando el camión económico arranque se acomodarán muchos melones políticos.

Dos inquietudes relacionadas: 1) ¿cómo recuperamos el hábito de la lectura? Y 2) ¿cómo incentivamos la curiosidad en los niños para alejarlos de las pantallas? –Mariela Uberti

Como me cuesta leer en la cama (me duermo enseguida), a mí sólo me sirve reservarme momentos específicos de lectura, sin teléfono, y tratar de respetarlos. A veces me los pongo incluso en el calendario del día. Con los chicos creo que hay que aprovechar las pantallas, no oponerlas a la curiosidad. Muchas de mis mejores conversaciones con mi hijo (6 años) vienen de cosas que vio en YouTube Kids: ayer estuvimos viendo mapas del mundo (países, continentes, océanos) porque vino a preguntarme qué era África, por algo visto en YT.

 

Sigo sin encontrar la compatibilidad entre el supuesto liberalismo de este gobierno y la intolerancia a una de las máximas expresiones de la libertad que es hacer lo que se te cante con tu sexualidad, tu género y tu cuerpo. Una muestra: el papelón de la declaración de Francos de que cada uno puede hacer lo que quiera puertas para adentro. ¿No creés que esto atrasa 100 años? ¿Qué justificación se puede encontrar para algo así? –Esteban Seimandi

No hay que enroscarse tanto con la etiqueta “liberal”, que además el gobierno sólo reclama de vez en cuando. Prefiere, con más frecuencia, llamarse “libertario”. En cualquier caso, es raro lo del gobierno con la diversidad sexual porque cuando les preguntan dicen lo mismo que dijiste vos, en la línea de la definición de Benegas Lynch: que cada uno haga con su culo lo que quiera. Pero demasiadas veces, por una obsesión mal modulada contra el wokismo, confunden los ataques contra un movimiento dañino (en eso coincido) con los ataques a las personas que ejercen su sexualidad. Hacia el futuro, veo que a nivel retórico esto puede seguir igual o empeorar (dependerá de la influencia de Laje o Márquez) pero dudo que a nivel policy se transforme en recortes de derechos.

¿Para qué demonios creés que nacemos, adquirimos conciencia y morimos en menos de 15 segundos astronómicos? ¿Habrá un propósito escondido o es puro caos? Yo me inclino por la segunda opción. –Fer

Yo también, pero quizás nuestros pobres cerebros animalitos necesitan el consuelo del “propósito escondido”.

 

¿Compraste #LIBRA vos también? –Paulo Palermi
Nunca fui propietario de criptomoneda alguna. Lo digo con un suspiro de arrepentimiento.

 

Quisiera saber cuál es tu opinión sobre la estrategia que debería seguir el PRO en las legislativas de este año en relación al oficialismo. Ya sea a nival nacional o en cada distrito. –Sergio Petrella

Mi opinión sobre esto la escribí en noviembre del año pasado y sigue siendo la misma: para mí el PRO y LLA deberían ir separados en las elecciones. Creo que es lo mejor para el PRO, que necesita mantener su identidad, pero también para LLA y para mantener la “coalición del ajuste” que sacó 55% de los votos en 2023. En cada distrito los detalles de esto pueden variar, pero el marco general de lo que a mí me gustaría es ése.

 

Me interesa saber qué pensas sobre la crisis poblacional y el colapso demográfico. Me parece un gran problema del futuro del cual nadie habla. ¿Qué pasará con los sistemas previsionales? Son insostenibles. Pero tambien menos gente significa menos gasto de agua y menos población sin trabajo. –Tere Holmberg

Escribí el año pasado sobre el colapso demográfico, especialmente en Argentina. La aceleración de la caída de la cantidad de nacimientos es impresionante. Más allá de las causas que pueda tener el fenómeno (la principal, para mí, es que ahora las mujeres tienen opciones y herramientas para retrasar el nacimiento de su primer hijo), lo que tenemos que preguntarnos es: ¿qué tipo de sociedad es una sociedad (casi) sin chicos? Yo soy menos pesimista que otros, creo que la cuestión previsional se solucionará y que, para Argentina, menos niños en las próximas décadas es también menos niños pobres a los que alimentar o subsidiar. Pero tengo un malestar civilizatorio profundo que no logro sacudirme: sociedades sin jóvenes, sin rebeldía, sin ideas nuevas, son sociedades que pierden la vitalidad, la energía. No es algo racional, es más una sospecha, una intuición. La vitalidad viene en parte del desorden, de lo inesperado: si cada hijo es planificado y criado a la perfección, quizás nos estemos perdiendo de algo.

Tengo 70 años y muchas cosas ya no tendrían que llamarme la atención. Pero el viernes, cuando vi el posteo de Milei e imaginé el escándalo que se venía, me surgió una pregunta: ¿este tipo es muy vivo o muy boludo? Te traslado la pregunta: Milei, ¿es muy vivo o muy boludo? –Carlos Giorgi

En algunas cosas es muy vivo, pero con casi todo lo relacionado con este caso ha estado muy boludo.

 

¿Qué llevó a los dos bandos del PRO a enfrentarse como locos en 2023 sin pensar que eso les traería costos políticos imposibles de pagar y, por lo tanto, una derrota electoral catastrófica?–Alejandro Bermejo

Bueno, pensaban que no tendría costos. Yo era uno de ellos. Creía incluso que la interna era buena, en el sentido de que dos candidatos con identidades complementarias podían pescar votantes de fuera de JxC. Al final, en cambio, la falta de identidad unificada y el surgimiento de una opción mucho más nítida trastocaron los planes.

¿Hasta cuándo vas a seguir tratando de justificar lo muy obviamente injustificable? –Elias Palti

No voy a dar mi brazo a torcer. Creo que Demichelis debió haber seguido siendo el técnico de River.

Quisiera saber tu opinión sobre la política exterior de Trump y el cambio en el abordaje de problemas casi “crónicos” cómo la guerra en Ucrania o el terrorismo de Hamas. Parece que posturas a priori absurdas hacen pensar otras soluciones, como la “Riviera de Gaza”. Quizás los buenos modales no llevan a ningún lado y la gente sigue sufriendo. ¿Te parece que el enfoque de Trump aporta algo positivo? –Esteban Peralta

Hasta ayer a la mañana estaba dispuesto a ver qué ideas traía Trump sobre Ucrania. Mi posición siempre fue que el único responsable de la guerra era Putin y que darle una victoria o una salida honrosa era un error y una injusticia. Al mismo tiempo, se están cumpliendo tres años de una guerra que parece bloqueada, sin solución posible en el corto plazo. Por eso, aunque me irritaba el chichoneo de Trump con Putin, sentía que quizás era el momento de ser más pragmáticos. Estaba abierto a ver.

Pero el posteo de Trump de ayer, uno de los mensajes más vergonzosos que yo recuerdo de un presidente de Estados Unidos (se burló de Zelensky y de Ucrania, mintió sobre el origen de la guerra y sobre la cantidad de plata enviada), me hicieron perder toda confianza en un proceso de paz liderado por Trump. Un tipo con esa cabeza no puede traer nunca una solución justa para Ucrania.

El resto de la política exterior parece por ahora más superficial, más fuegos artificiales (¡Groenlandia!, ¡Mar-a-Gaza!, ¡Golfo de América!), que decisiones concretas. Veremos. En su mejor luz, Trump trae energía e imaginación política. En la peor: caos, cinismo, inestabilidad. Sobre Ucrania (y sobre Venezuela, ignorada en las prioridades hasta ahora) hoy me puse pesimista.

En unos meses habrá elecciones. Quienes desean que este gobierno logre resultados económicos y al mismo tiempo que le “vaya mal, muy mal” en su “batalla cultural” (Luis A. Romero scripsit en Seúl), ¿deberían votar oficialismo, oposición o en blanco? –Diego Bigongiari

En varias provincias habrá opciones intermedias que intentarán decirles a los votantes “si querés apoyar el plan económico pero no el circo, votanos a nosotros”. Esas opciones estarán formadas por escombros “liberales” de Juntos por el Cambio, supongo que el PRO estará ahí casi siempre, y otros que se puedan sumar.

Las elecciones de medio término siempre parece que van a ser un gran plebiscito sobre el gobierno pero a veces después no lo son. Muchos votantes se ponen “expresivos”, eligen opciones que les gustan más allá de la señal política que quieran enviar.

¿Que tiene que hacer la humanidad con las 300.000 toneladas de desechos nucleares de alta radiactividad y perdurables por milenios?  Que yo sepa, aún no hay respuesta después de 80 años invirtiendo fortunas en la búsqueda de una respuesta. –Juan Vernieri

Como no soy experto en el tema, le pasé tu pregunta a mi amigo Julián Gadano, que sí lo es. Y contestó: “Los combustibles gastados de centrales nucleares (que no son desechos sino combustibles gastados) son 250.000 toneladas métricas. Están almacenados de forma segura y jamás ha habido un accidente asociado a ellos. Suena a mucho, pero un pellet de uranio genera la misma energía que una tonelada de carbón. ¿Dónde están los desechos de esa tonelada de carbón? En gran parte en los pulmones de los trabajadores de las minas y de las personas que viven cerca de las centrales térmicas a carbón. Es decir, amigo, más allá de las cifras impactantes, miremos el mundo real”.

Y sigue: “El mundo se ha puesto bastante de acuerdo en que si superamos en 1,5° la temperatura pre-industrial en 2100 será una tragedia. ¿Cómo estamos hoy? 1,3° arriba. Nos quedan dos décimas. Las energías renovables no resuelven por sí solas el problema, porque son intermitentes. Entonces, ¿qué hacemos? La única fuente limpia que no es intermitente es la nuclear. La energía nuclear es parte de la solución, es segura, es limpia y los combustibles gastados no han generado ningún problema. El miedo irracional, con respeto se lo digo, nunca lleva a buen puerto”.

¿Por qué crees que los partidos políticos argentinos del centro a la izquierda siempre van de furgón de cola del peronismo, siendo cómplices de un movimiento originalmente basado en la derecha, con fuerte impronta católica, que ha demostrado en los últimos 40 años un nivel de camaleonismo ideológico increíble, y que ha hecho de la cleptocracia su razón de ser? –Carlos Chapman

¡No siempre! El Frepaso fue un desprendimiento progresista del peronismo y después fue furgón de cola, en todo caso, de la UCR. Aquellos fueron los años de oro del progresismo, hasta que con dos pavadas, como decís, cayeron bajo el ala del kirchnerismo. Cuando asumió Néstor, el progresismo tenía buena prensa y el peronismo tenía muy mala prensa (se le llama “pejotismo”), por eso el primer intento de los K fue hacer que los peronistas se hicieran progresistas. Cuando esto no funcionó, intentó que los progres se hicieran peronistas. Ahí tuvo un éxito descomunal: todavía hoy entre las clases urbanas educadas casi no hay distinción entre ser peronista y ser progresista.

¿Como es vivir en Nueva York? ¿Extrañas algo? –Florencia López

Ya hace once años que no vivo en Nueva York (se cumplen la semana que viene). En ese tiempo volví tres veces y la sentí ajena, ya no mía. Ella no me extraña a mí (ni a nadie), yo no la extraño a ella. Nueva York es una ciudad adonde uno va a cumplir sus sueños: si te quedás en el camino o querés bajar la velocidad, te va a convencer rápido de que te tenés que ir. Y que venga el siguiente. Siempre hay alguna persona nueva, llena de sueños, bajándose con su bolsito en LaGuardia o Port Authority.

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Hernán Iglesias Illa

Editor general de Seúl. Autor de Golden Boys (2007) y American Sarmiento (2013), entre otros libros.

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