Semana rara para la economía. Bajó el dólar, lo que debe ser visto como una buena noticia, no por el valor en sí mismo sino porque la semana anterior había cerrado con una especie de pánico que no era bueno. Entonces, el hecho de que hayan levantado las liquidaciones de exportaciones y que la demanda por dólares no esté desbordada son buenas noticias.
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Sin embargo, la tasa de interés sigue por las nubes, señal de que falta plata en el mercado. Creo que no se discute la necesidad de una política monetaria contractiva; el tema es la magnitud. Claro, el Gobierno va a decir que en realidad no controla la tasa sino la cantidad de dinero, y ahí entramos en un círculo vicioso de por qué se decidieron por este mix de política que lleva a gran volatilidad de tasas. Todo esto está cruzado por una noción de no emisión que profesa el presidente y que confunde a muchos que no saben ni tienen por qué entender el objetivo de M2 transaccional trimestral que fijó el Banco Central cuando lanzó la fase tres de la estabilización. En palabras del FMI: falta claridad. Como dijimos en otras ocasiones, esto tarde o temprano se va a resolver, ya sea con ajustes a la política o con aprendizajes del mercado, probablemente ambas. No es una herida de muerte ni mucho menos, pero todo este lío generó que la tasa quede alta por más tiempo.
En este contexto, la economía sigue más o menos planchada. Esta semana vimos datos de construcción positivos en junio, pero manufactura negativa. En julio hubo algunos buenos datos como despachos de cemento y ventas de autos, pero la producción de vehículos cayó por segundo mes consecutivo. El impuesto al cheque recaudó bien, pero el IVA DGI no. La sensación es que mayo, junio y julio juntos van a dar algo parecido a cero contra el valor de actividad de abril. Puede haber una mejora en los últimos meses del año con un tipo de cambio más competitivo y el comienzo de algunos proyectos, pero la tasa alta no ayuda.
Hay bastante consenso entre quienes miran precios en que el famoso pass-through fue pequeño frente a la suba del dólar. La inflación en la ciudad subió a 2,5%, pero exclusivamente por los servicios que no tienen que ver con lo cambiario. Los bienes dieron 1,2%. Las mediciones de la primera semana de agosto en alimentos fueron todas moderadas. Algo va a pasar, pero es muy probable que sea bajo. El pass-through cero es muy difícil, diga lo que diga Menger o los modelos de equilibrio general que están todos bien en la teoría, pero que nunca funcionan de manera perfecta en la realidad. Un traspaso a precios bajo ya es un muy buen resultado. Pedirle cero sería ya codicioso.
Lo que no pasa desapercibido en los mercados es que el miércoles el Gobierno perdió por goleada en el Congreso. Fue un Alemania-Brasil en Belo Horizonte de 2014. Filosóficamente es obvio que el Gobierno tiene razón. Hay que cuidar el superávit primario conseguido. La motivación de la mayoría de los legisladores no es otra cosa que hacer daño. Pero esto es política. Si aceptaste jugar en política contra el kirchnerismo o los Stolbizer de este mundo, lo único que no podés hacer es sorprenderte.
Podemos mostrar cómo el kirchnerismo creó de la nada un millón de pensiones por discapacidad, muchas de dudosa moralidad con la anuencia del resto de los espacios políticos. Pero eso es para los analistas que miramos datos. La política tiene otros códigos, desafortunadamente. Uno puede pensar que el cambio cultural se juega en septiembre y octubre, pero es más complejo. No sabemos cuántos van a ir a votar. La clase media baja perdió relativamente bastante contra los pobres. El índice de salarios era 23 veces una AUH en tiempos de Massa y hoy es 13 veces. El receptor de AUH debería votar a los candidatos del Peluca, mientras la clase media baja es la que más sufre la transición y podría buscar otras alternativas. El ausentismo de estos dos grupos puede ser clave en una elección.
Para esta semana estaremos pendientes más que nada del índice de inflación que sale el miércoles en una semana corta. Seguiremos atentos a las repercusiones políticas a tres semanas de las elecciones en Buenos Aires y luego de la cadena nacional del presi.
Hasta la semana que viene.
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