LEO ACHILLI
La economía en 3 minutos

#67 | Entre aprender a flotar y un poco de pánico

El dólar tocó los $1370 y su velocidad de suba asustó a operadores sin experiencia en tipo de cambio libre. El BCRA subió encajes para estabilizar, priorizando la inflación.

Subió el dólar. El jueves 31 tocó los 1370 pesos para bajar cinco manguitos el viernes. No fue una corrida, los bancos no son malos y, más allá de lo que piense cada uno de la vicepresidente, no parece que haya sido la culpable de la aceleración del dólar en la última semana de julio. No nos parece preocupante que haya subido el dólar porque la repercusión en precios durante julio fue prácticamente nula y seguramente habrá alguna repercusión en agosto, pero tampoco va a hacer explotar la inflación. Lo más probable es que en este mes la inflación empiece con dos y no con uno. Veremos.

[Presenta este newsletter Cushman & Wakefield, especialistas en inversiones inmobiliarias corporativas. Auspicia BTG Pactual, el banco de inversión más grande de América Latina.]

Lo que asustó a algunos es la velocidad a la que subió el dólar y cómo el mercado no reaccionó. La velocidad, y no el nivel, es lo que genera cierto pánico. Más aún en un mercado en donde la flotación del dólar oficial es algo bastante nuevo. Hay una generación de operadores que no vieron un tipo de cambio libre.

Es cierto que uno hubiera esperado que, cuando el dólar se acercara a 1300 pesos, los inversores empezaran a vender. Esto es parte de las enseñanzas de flotar, tanto para el mercado como para el Gobierno. Llamalo Efecto Kuka, llamalo falta de claridad en la política monetaria, llamalo comunicación deficiente, llamalo volatilidad de retenciones tal que se te anticipó toda la oferta. Nadie sabe exactamente por qué pasó. Y vale responder: todas las anteriores.

El Banco Central subió los encajes, lo que implica que los bancos deberán tener más pesos estacionados a tasas cero en el Banco Central. Esto quiere decir que la economía en su conjunto tendrá menos plata para comprar dólares y también menos plata para ser prestada. Dicho de otra manera, las tasas quedarán altas. Si no hay sofocones en otros costados de la economía y la política, lo más probable es que el dólar se estabilice y que la economía real sienta el efecto de tasas altas y más volatilidad. Recordemos que volatilidad es un sinónimo de riesgo. Y esto de que las tasas un día valen 10 y otro 100 no es bueno. Tampoco ayuda a la actividad que el Tesoro pague una TIR de 60% por bonos cortos y 50% para otros un poquito más largos. Hoy está claro que la prioridad está en la inflación y que se estabilice el dólar. Quizás hasta hace unos días este set de prioridades era más debatible; luego del salto de esta semana, es mucho más entendible.

La verdad es que, desde un costado más fundamental, el valor del dólar en estos niveles incluso hace a la economía más sostenible. A nosotros no nos desvelaba el déficit de cuenta corriente, pero seguramente ahora será más difícil pronosticar un boom de importaciones y viajes. Si lo que necesitamos para bajar el riesgo país es comprar más reservas (creo que eso es algo bastante compartido), pues será más fácil hacerlo con este dólar que con los 1080 del 11 de abril. Por eso es que, hasta el salto del jueves, el mercado afuera venía acompañando bien un dólar algo más caro. El jueves al mediodía se asustaron.

Otros temas relevantes: pulgar para arriba del directorio del FMI. Cambios en las metas de reservas, elogios para lo fiscal, menos elogios en lo monetario en el buen documento elaborado por el staff. Se puede disentir o acordar, pero siempre son muy interesantes los “staff reports”.

La recaudación de julio fue relativamente buena en tanto y en cuanto creció 4,4% en términos reales y la parte que se lleva el Gobierno nacional mejoró un 5,8% contra julio de 2024. Cuando miramos la recaudación contra junio en términos desestacionalizados, vemos que los impuestos ligados al nivel de actividad anduvieron maso. Ni un desastre ni nada para festejar. En línea con la visión del nivel de actividad actual.

Para esta semana, estaremos atentos a muchos datos productivos. Salen producción industrial y construcción de junio. Veremos producción de autos y despachos de cemento de julio. Ya vimos buenos patentamientos de autos en julio. Pero también sabemos que el crédito ya no crece como antes. El jueves veremos el IPC de la Ciudad para empezar a auscultar los números de julio, que deben haber andado en torno del 2%.

Hasta la semana que viene.

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Andrés Borenstein

Economista jefe de Econviews. Profesor de economía (UBA y UTDT). Conductor del podcast 'La economía en 3 minutos'.

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