LEO ACHILLI
La economía en 3 minutos

#35 | Baja la fiebre: riesgo país debajo de 1000

El Banco Central cerró octubre con saldo positivo en la compra de divisas. Esta semana, la atención estará en la recaudación y posibles avances con el FMI.

¡¡Qué semana, Tete!! La noticia de estos días fue la baja del riesgo país. Perforó los 1000 puntos por primera vez desde agosto de 2019, aquel viernes en el que el mercado especulaba con un resultado parejo en las PASO en las que Alberto Fernández terminó arrasando.

¿Por qué es importante que baje el riesgo país? Porque implica que el mercado va recuperando la confianza en la Argentina y que es más probable que antes que el Tesoro consiga financiamiento en el mercado para pagar los vencimientos de deuda y entonces no tenga que estresar las reservas del Banco Central. Obviamente, esto es una batalla ganada, pero falta un montón. Las percepciones de los mercados pueden cambiar rápido, pero el superávit fiscal y el apoyo de los organismos de crédito hacen que una vuelta en U sea poco probable.

Hay un tema comunicacional también. Para la mayoría de la gente, el riesgo país definido como el diferencial de rendimiento entre bonos argentinos y bonos soberanos de Estados Unidos es una caja negra. Pero en cierto sentido, democratiza la información financiera, porque le da señales a aquellos que no siguen ni les importan mucho los mercados.

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La mini euforia de jueves y viernes estuvo cementada en una declaración de que los organismos de crédito internacional pondrán 8.800 millones en la Argentina. El número tiene anabólicos. En parte, ya había sido anunciado; una parte es para el sector privado y el resto va a depender de la ejecución de algunos proyectos. Es decir, no va a haber un cheque por 8.800 palos, pero no deja de ser una buena noticia. Recordemos que, en parte, las reservas argentinas son negativas porque la Argentina, en lo que va del año, pagó vencimientos al BID, CAF y Banco Mundial en términos netos por más de 3.900 millones. Es decir que, si simplemente le volvieran a prestar esa plata, la situación externa luciría un poco mejor, aunque seguiría débil.

Octubre, además, terminó espectacular porque mientras todos teníamos dudas sobre la capacidad del Banco Central de comprar dólares en el mercado, el resultado fue claramente positivo, con más de 1.000 millones comprados, y si bien no hay datos todavía, la impresión es que muy pocos de esos dólares se vendieron en el contado con liqui. En septiembre la intervención del Central fue de 121 millones, menos que en julio y agosto.

No está claro si además hay un programa en ciernes con el FMI, pero da la sensación de que, al menos, es más probable que antes. Un programa con el FMI, aun sin plata fresca, sería positivo para la credibilidad argentina. En 2025 no hay vencimientos, de manera que un programa no es urgente, pero quizás sí conveniente. Algunos apuestan a que si gana Trump, habría mejor predisposición del Tesoro para abrir la billetera. No sabemos quién va a ganar, pero no nos parece tan obvio.

Esta buena onda no elimina la idea de que el tipo de cambio está un poco atrasado y seguramente se seguirá atrasando. Por eso, sacar el cepo puede dar una mano en esa materia. El cociente entre cantidades de bienes importados y el PBI debería subir un 50% para llegar al nivel de Macri. También el gasto de turismo tiene camino para recorrer. Esto implica un déficit de cuenta corriente potencialmente difícil de financiar. El tipo de cambio real multilateral actual es similar al del último trimestre de 2017. Es decir, la comparación es relevante.

Esta semana también se publicó el PBI de agosto, que mostró una recuperación del 0,2% contra julio. Fueron dos meses seguidos de recuperación y la sensación al mirar los datos es que septiembre marcará un tercer mes al hilo. Estamos lejos de un boom, pero no se puede negar que el tercer trimestre del año será mejor que el segundo. La caída de este año estará cómodamente en un 3,5%, pero todo explicado por la debacle de los primeros meses del año.

Para esta semana, estaremos pendientes de más novedades en los mercados y las fuentes de financiamiento. En política, miramos la interna por conducir el peronismo y los problemas del radicalismo. El indicador más importante para la economía será la recaudación de octubre, que conoceremos el viernes.

Hasta la semana que viene.

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Andrés Borenstein

Economista jefe de Econviews. Profesor de economía (UBA y UTDT). Conductor del podcast 'La economía en 3 minutos'.

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