Una estructura docente anacrónica, enorme y con formación deficiente es representada por una corporación gremial poderosa que amenaza el sistema educativo desde hace medio siglo.
La carta en defensa de la fundadora de Abuelas ignora la partidización de las organizaciones de DDHH y, sin darse cuenta, debilita el consenso democrático que busca defender.
La invitación a quemar los libros de Sarlo fue un episodio menor, pero permite reflexionar sobre la censura, la libertad de expresión y la valentía de la escritora frente al ‘establishment’ intelectual.