Me gustó mucho la narrativa de la historia real de nuestro país. Lamentablemente, sin solución a oídos sordos y ciegos de nuestra sociedad.
Un saludo atte.
─Renée Nélida Cohen
Les escribo por la nota que me llego como un link en un chat del colegio de mis hijos. No soy de leer muchas notas respecto a temas políticos, pero esta me toco profundo, al punto de emocionarme al leerla.
Es tal cual siento lo que sucede. Es tal cual quiero ver a mi país. Vivi hace poco la mudanza de grandes amigos, diría familia, a España. Con mucho dolor, no sólo por lo que puedo llegar a extrañarlos sino por el dolor me genera abandonen la esperanza de que este país salga adelante.
La esperanza es lo último que se pierde, ¿no? Y yo creo en este país y, como dice la nota, ¡QUIERO Y DECIDO ser OPTIMISTA!
Ojalá contagie a mucha gente y se viva con mayor esperanza. Estoy convencida de que hay que cambiar de actitud, de discurso.
Gracias por este mimo dentro de tantas notas pesimistas.
Atte,
─Ines Debernardi
Díganle a mi tocayo que se dedique a escribir novelas, porque de Malvinas y de diplomacia no sabe un pomo.
No soy nacionalista ni malvinero, pero lo que escribió este hombre que me avergüenza como compatriota (perdón por introducir a la patria, que no tiene ese hombre y que tal vez lo haga pensar que soy un facho).
Yo le pregunto: ¿para qué sirve que exista Vicente Palermo?
Si no le gusta ser argentino, tiene muchos otros países donde irse a vivir. O tal vez quiera vivir en las islas Malvinas, para saber de primera mano por lo que lucharon nuestros soldados. Dudo que quiera ir. Lo veo en un destino más burgués, como París o Madrid.
Saludos,
─Vicente Lloret
No sé qué tiene de izquierda el desgobierno de Kristina o de Albertítere, salvo el lenguaje hueco. De izquierda es Noruega.
─Osvaldo Koffman
Esta nota sobre Malvinas es una basura comunista, un relato probritánico, una verdadera basura woke. ¡¡Horrible!!
─Sergio Borbongo
Hola, he leído sólo una parte del artículo sobre Malvinas del año 2012 y la verdad que me llena de bronca saber que existen personas como la que se tomaron el tiempo para escribir y reflexionar sobre este tema. Son de todo menos ARGENTINOS, sólo quiero que les quede claro algo: nosotros no invadimos Malvinas, recuperamos parte de nuestro territorio, y por nuestros hermanos caídos por lo menos tendrían que tener un poco más de respeto. Si son anti-militares es un problemas de estás tres criaturas. Lo siento, pero no comparto sus pensamientos. Son anti-argentinos, vayan a vivir a Londres y no jodan acá.
─José Luis Andino
Este artículo y su pensamiento están basados en cimientos falsos. No es el pueblo malvinense, no son kelpers, son usurpadores. Lo mismo ocurre en los territorios ocupados por Israel en Palestina. No son colonos, son usurpadores. No tienen status quo: son okupas, usurpadores.
─Eduardo Yunes
Bellas palabras, a veces ciertas, otras justas cargadas de emoción y de acción. Todos de alguna forma nos alegramos de la caída del muro de Berlín. Pero como dice esta preparada mujer, se quedaron en un sofá acumulando riquezas, tratando de apoderarse de los recursos de otros, sin importarles la degradación del planeta, buscando obtener más riquezas. ¿Qué más ejemplo que la derecha como Trump, que en nombre de la libertad levantó muros en su frontera? Que inundaron las redes con mentiras y odios molestos, porque las minorías lograron algo de lo que correspondía por libertad.
Tratar de hacer desaparecer al oponente, al que no piensa igual, utilizando a la justicia para encarcelar… Señora: esa es la derecha que existe en los países de Latinoamérica, desgraciadamente. Es verdad lo que les enseña a sus hijas, que la vida no es fácil, que existe el conflicto. Pero también existe el respeto hacia el otro, hacia el que piensa distinto, y también agradecer tener desde el nacimiento un plato de comida, una escuela donde estudiar, una universidad donde progresar y alcanzar sus metas. Es verdad que depende de uno lograr sus metas, eso es libertad, pero no es lo mismo empezar en una familia pudiente que en una villa miseria.
La argentina se empobreció, perdió el rumbo, los políticos no estuvieron y no están a la altura de las circunstancias, pero hubo un sector que sí obtuvo beneficios y amasó fortunas que fueron a parar a paraísos fiscales en nombre de la libertad. Si querés hacer algo por Argentina en nombre de la libertad que pregonás, deberás respetar al que no piensa como vos.
Le deseo con sinceridad que pueda ayudar a este país a mejorar sus ideas. Yo la respeto.
─Sergio Abraham
Gracias por el pensamiento paralelo. No puedo hablar del tema sin sentir repudio de los demás. Algo que tiene que ver con las muertes de los soldados conscriptos hace sentir que la sociedad tiene un derecho, tipo los 6 millones de judíos y la reparación de la constitución del Estado de Israel. Sienten que la muerte de los argies que están allí les/nos da ese derecho.
Obviamente, yo no comparto. Me invade una inmensa pena por los soldados muertos en la guerra y por los suicidados posteriores, pero este dolor debería volverse contra la irresponsabilidad militar y cívica que tuvimos todos cuando creímos que esto era un partido de fútbol.
La flota del imperio británico NOS GANÓ LA GUERRA, realidad de la que nadie habla, que nadie quiere asumir como tal. Es la derrota histórica más insoportable de Argentina. Haber perdido pone a Malvinas mucho más lejos que las 200 millas.
Más bien diría que fueron, son y serán inglesas por siempre.
A Papic lo entiendo perfectamente.
Saludos calurosos, gente de Seúl,
─Ana Ierace
En general venían bien, hasta que chocaron con la Cayetana. No creo que sea la persona indicada, justa, equilibrada para darnos cátedra. Por lo menos equilíbrenla con alguna nota de José Wermus como para recordar también altri tempi, total hace 60 años viene diciendo lo mismo. Nada personal. Peor sería Bussi (h) o Pol Pot, ya que estamos.
─Mario Braun
Escuché el otro día las quejas del Kun Agüero para enviar cosas a Argentina. Vivo en Madrid, fui a una heladería de dueños argentinos que quedaron en el barrio Salamanca. Quién atiende me pregunta si ya había probado antes el helado de dulce de leche, porque habían cambiado la fórmula. ¿La razón? Es que el dulce de leche lo traemos de Argentina y quedó frenado en la aduana. Ante la facilidad de llenarse la boca con el “trabajo de los argentinos”, a la larga se terminan buscando alternativas fuera del país.
Hoy por hoy el dulce de leche que más se exporta es el Mardel, producido en Barcelona, que además de los beneficios de distancias y su correspondiente costo de transporte, tiene las ventajas institucionales para el comercio exterior. ¿El helado? Es de los mejores de Madrid.
─Martín González Araujo Esquerré
En el ’81 conocí Malvinas. Fuimos en un crucero con una amiga. Me gustaron, me sentí como en mi casa, compré fabulosas pipas para mí papá y y nos tomamos un fantástico five o’clock tea. Era febrero, conocimos a la mujer del gobernador, que nos atendió sin dramas y nos contó algunas cosas de la vida de la isla. Yo, particularmente, me asombré por las flores en su casa adentro, naturales.
Hablamos en inglés, el castellano suyo no era muy fluido, mí inglés sí (jajaja). Todos los jóvenes hablaban castellano, ya que la secundaria la hacían acá.
Compramos en la proveeduría, no muy buena calidad en ropa por el clima gélido.
Después cuando volvimos al confort del Enrico C, la charla fue muy interesante.
El clima era espantoso, se colaba por todos lados. Así y todo, los malvinenses tenían flores en sus jardines y sus casas. El terreno era una esponja, ovejas y nada más en muy buena calidad. La Patagonia tiene menos clima de mierda. Llegamos a la conclusión que nadie de nosotros viviría allí.
Y a todos nos dijeron que no querían soberanía argentina, sí todas las relaciones comerciales que quisiéramos. Claro, éramos simples ciudadanos. Pero me emocioné el 2 de abril. El 14 de junio ya no había flores, ni Malvinas.
Ellos se desarrollan y nosotros aquí estamos.
Acabo de escuchar al presidente testimonial, un desequilibrado. Entregan territorio a los chinos y a subversivos de la RAM. Y se hace el machote con los habitantes de Malvinas.
─María Elisabeth Noria Martínez
De Malvinas no hay nada que agregar. En un país que desde su independencia perdió a Uruguay, Paraguay, Bolivia, la salida al Pacífico (Antofagasta era parte de Salta). La masturbación ideológica y el falso debate continúan.
─Luciano Tanto
Vivir en Argentina es difícil, por más que sea cotidiano. Tengas dinero o no, trabajo o no, o cualquier cosa, nada parece lineal en Argentina. Los trámites son difíciles, los impuestos no te vuelven en servicios, existe la inseguridad y tantas cuestiones que llegaron a malacostumbrarnos.
Vivir en España parece fácil y lo es. Lo es cuando has logrado una adaptación física, mental y emocional de corto y largo plazo. Lo es cuando has logrado hacerte con tu hogar, tu trabajo y las proyecciones. Lo es cuando tu familia se acostumbra también y tan bien como uno. Lo es cuando se naturalizan muchas cuestiones que antes eran ajenas, que no debe confundirse con españolizarse. Lo es cuando no tienes nostalgia, cuando te pierdes eventos en Argentina y ya no te duele, cuando te llevas bien con las distancias, con las visitas y con la idea de no saber cuándo volver a ver a un ser querido. En fin, lo es cuando lo es, cuando es cotidiano, cuando se logró un difícil y largo proceso.
Emigrar es difícil. A diferencia de vivir en Argentina, es una dificultad no cotidiana. En ese aspecto, para muchos resulta más difícil aún que sobrevivir en Argentina. Emigrar implica prepararte mental y económicamente, juntar euros de a 400 pesos para que vuelen más rápido de lo pensado. Emigrar es tener menos resortes: salvo que tengas algún pariente que te de techo o que alguien te pague el pasaje de vuelta si no funciona, te tenés que arreglar por las tuyas. Digo por las tuyas porque hay poco tejido de colectividad: esto no es como el Círculo Gallego de Buenos Aires hace cien años, que sabían cuándo llegaba el barco y preparaban conventillos y oficios. Eso no pasa aquí y quiero que se entienda. Emigrar es perder la cotidianeidad: las costumbres argentinas son de Argentina y nada más; hay cosas parecidas y otras que no.
Emigrar es difícil. Para opinar hay que haber emigrado: ni siquiera vale ser viajado o haber estado tres meses en otro sitio. Los resultados de tu emigración los ves cuando pagas impuestos, cuando te enfermas, cuando pasa algo en Argentina y reaccionas como si estuvieras en el extranjero. Opinar sin haber emigrado es como quien opina de paternidad teniendo sobrinos.
Emigrar es difícil. Nadie tiene el truco o el atajo. Cada uno hace su camino y no es más que tener la posibilidad de hacer los papeles y no dormirse, de haberse formado y de haber preparado la emigración. Algo clave en todo es que no hay atajos y ni siquiera hay que plantearlos. Por eso, ante preguntas de esta índole algunos responden mal, sin justificar la mala educación. Ninguno de los que están asentados hace años en España la tuvo fácil: desde el que vino como directivo de empresa hasta el que llegó sin papeles hace ya años, muy común en la camada 2000/4.
En fin, como parte de mi vida y tras conocer muchísima gente con destinos variados, quería resumirles la idea. Planifiquen mucho, formense a nivel académico, junten mucho dinero para hacer una reserva, fijen bien sus expectativas y si bien se pide mucha ayuda cuando llegas aprende a ser lo más independiente posible.
─Martín González Araujo Esquerré
Vivo en Madrid hace 13 años y puedo decir que los argentinos (al menos los que viven en Argentina) tienen demasiado presente el concepto de patria en su vida diaria: desde “el mejor país del mundo”, con ínfulas mundialistas, o cuando un youtuber americano toma mate, hasta el recurrente “que país de…”, o la versión irónica de “mejor país” cuando existe un percance cotidiano.
Al conocer a gente de otros países, incluso todos los españoles que me rodean, no veo a ellos con el concepto patria a modo de paraguas de uso continuo. Hasta diría que ni siquiera lo utilizan (quizás los independentistas catalanes sí lo tengan, debo decir). Pero, en fin, somos inmaduros como ciudadanos, por pretensión nuestra o porque el Estado forjó esa mentalidad: eso sí es muy poco sano, ese concepto en la vida diaria. Lo digo por experiencia.
─Martín González Araujo Esquerré
La sociedad no está preparada para tanta lucidez, tanto conocimiento, tanta valentía, tanta fuerza, tanta clase. Talento puro.
─Soly Sakal
¡Genial, Cayetana! Comparto su propuesta. Argentina es un gran país con todas las posibilidades, que ha sido devastado económica, social y culturalmente, y mil veces robado. En 1945, su PBI era el más alto de América Latina, 40% mas alto que el de Australia, el doble que el de Suiza, pero allí empezó la demolición, el populismo, la demagogia, el lavado de cerebro de la juventud obligando a leer La razón de mi vida en escuelas primarias y a usar el escudito a los empleados públicos.
A pesar de eso, sus cimientos siguen fuertes en la clase media descendiente de los inmigrantes que en 40 años, desde 1880, partiendo de un desierto, hicieron un país rico en 1920, lleno de palacios en Buenos Aires y en Rosario, donde nací, y vi con ojos asombrados una ciudad rica, la capital de la pampa gringa adonde llegaron mis bisabuelos en 1890, y el puerto que exportaba más trigo en el mundo.
Pongamos valor y enseñemos la verdadera historia a los chicos. ¡Avanti Cayetana!
─Alberto Dallacasa
Soy parte de un mundo muy grande en mi país que se siente afuera de la izquierda que te expulsa por tener ideas y años trabajando en pos de la democracia, y de la derecha que se nutre de un minúsculo grupo berreta. Y todos te expulsan debido a su ignorancia y falta de ideas. Dicen eso lo estamos pensando y lo vamos hacer, y al tiempo preguntamos porqué no lo hacen y no hay respuesta. Burros mediocres escindidos.
Y mientras tanto, en el medio siempre proponiendo. Y por supuesto soy optimista. Tengo hijos y apostamos por algo mejor.
Bueno, café con leche, medialunas y un borbotón de palabras.
Compromiso y optimismo.
Gracias,
─Fabián Cambarieri
Cayetana Álvarez de Toledo, excelente artículo optimista. Hernán Iglesias Illa, gran periodista.
─Lilian Eileen Gartner
Me gusto mucho el artículo, y como casi todos los de Seúl, me hizo pensar, sobre todo en el tema crucial que se viene, que es la interna de Juntos por el Cambio y las secuelas que puedan quedar. La elección de Macri de dar lugar a nuevos liderazgos es una buena noticia y mejor aún es que sigue activo pero en otros roles donde puede aportar mucho (agenda internacional).
El primer concepto que rescato del articulo es que “no debemos disfrazar cuestiones doctrinarias o de principios con cosas que no son más que disputas naturales por el poder”. Por lo tanto, gane quien gane la interna en espíritu democrático, republicano y de cambio esta garantizado por la fortaleza de la propia coalición, y hay que cuidar mucho la campaña para que esto quede claro y los heridos por la derrota no terminen con Milei, voto en blanco u otra opción fuera de JxC. Esperemos que los dirigentes cambiemitas en la campaña se muestren: “firmes en la ideas, suaves con las personas”.
El segundo concepto que me gustó mucho del artículo es la reflexión de que el camino del gradualismo económico fue más una imposición de la realidad que un programa planificado. El papel todo lo soporta (o el discurso de campaña) pero que nos cuente Milei cómo va sacar una ley en el Congreso para hacer viable cualquiera de sus propuestas. El ejemplo de lo que pasó en Gran Bretaña con Lis Truss debería ser un una luz roja para las miradas voluntaristas que creen que la solución es el taladro súper rápido.
El tercer punto que quiero mencionar, y aquí discrepo con el autor, es considerar como el principio del fin del gobierno de Macri la manifestación de las 15 toneladas de piedras (obviamente organizada, ellos también juegan, y con la deslealtad ya conocida). El principio del fin del gobiernos de Cambiemos fue diseñar un esquema de división de tareas en el Ejecutivo donde cada uno se ocupó sólo de su ministerio y actuando totalmente desorganizados, se implementaron políticas que analizadas por sí solas eran correctas (como la suba de tarifas, la contención en el área social, la política del Banco Central y sus metas de inflación) pero que nunca podrían haberse implementado todas al mismo tiempo, ya que una neutralizaba a las otras, y no se priorizó ni jerarquizó. Para colmo de males, el gran coordinador era Marcos Peña, brillante en la comunicación y el diseño de campañas, pero no para la gestión de ese equipo (recordemos la renuncia de Prat Gay).
El otro punto que contribuyó al declive del gobierno fue la falta de acción política, el desdén con que se trataba a los socios de la coalición (en especial al radicalismo) y el incipiente desarrollo de la idea del antiperonismo, que sólo logró aglutinar a la oposición y enojar a muchos posibles votantes. Si JxC tiene vocación de generar cambios estructurales, tendrá que asimilar a una vertiente grande del peronismo (ya inició ese camino con Ritondo, Santilli, Monzó, Pichetto) y generar una nueva transversalidad que le de un plafón necesario y suficiente para convencer a la sociedad de los cambios dolorosos que son necesarios.
Gracias y saludos esperanzados,
─José Sánchez-Varela
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