ELOÍSA BALLIVIAN

Profesores comunistas

Lectores cuentan experiencias y dan su opinión sobre la educación pública.

Ojalá que el título de tu newsletter ya no necesite signos de interrogación.

Además de anoticiarme sobre su ocurrencia en Occidente, tu comentario me hizo notar las que, creo, pueden ser algunas señales de su ocurrencia autóctona.

Primero, la más obvia, que tiene cinco letras (y cuatro –¿o cinco 🤪?– perros).

¿Me parece a mí o hasta hace nada el actual proceder de la policía ante las manifestaciones que cortan vías de circulación hubiera hecho temblar –y porqué no, caer– al gobierno que lo llevara a cabo?

De nuevo: ¿es mi imaginación, o de repente en todos –o casi todos– los ámbitos empiezan a dejar de escucharse los “todes”, “jóvenes y jóvenas”, etc?

En fin, podría seguir con más ejemplos, pero creo que alcanza para plantear mi punto. ¿Qué pensás, Hernán? ¿Será así?

En todo caso, aun si así estuviera ocurriendo en esos ámbitos, de lo que –desgraciadamente– aún no veo señales en los principales exponentes de la cultura woke en el periodismo argentino, es del (por mí, al menos) esperado arrepentimiento de una de sus nunca explicitadas pero indudablemente conscientes consignas políticas: roban pero hacen.

Que, en el fondo, estuvo siempre vigente en el populismo argento.

Excelente tu nota.

Abrazo,

–Enzo Prestileo

Hola, amigos de Seúl.

Con respecto a la educación pública, les cuento. Mi nieta cursa tercer año en un renombrado colegio secundario dependiente de una universidad nacional. Me muestra apuntes, tareas, etc, de distintas materias en las que se politiza absolutamente todo con una mirada de izquierda que atrasa 50 años. Historia, ética, sociología, economía y geografía se ven como una lucha del socialismo y comunismo contra el capitalismo. No enseñan geografía sino geopolítica, siempre con una mirada crítica hacia Occidente.

En un apunte de sociología, el punto de vista del profesor era tan absurdo que parecía el de un anarquista. Ella se lo dijo al profesor, y éste le contestó: “No, soy comunista”.

Por supuesto que mi nieta está hastiada. No quiere ni oír hablar de historia, geografía, economía, política. Dentro y fuera del colegio. Se refugia en las matemáticas.

Saludos,

–Miguel Barrera

Hola.

Soy Jefa de Trabajos Prácticos de la materia Taller de Expresión 1 en la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Sociales. Era una materia anual y el Programa se configura con actividades de lectura y escritura para formar a futuros periodistas. El Plan de la carrera cambió y a partir de este año “todas” las materias son cuatrimestrales. Un cuatrimestre (oh, sorpresa) son tres meses, es decir que en doce semanas los futuros periodistas aprenderán a desenvolverse por escrito en forma correcta. 😳

Por otro lado, vivo en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires. Hay una universidad pública cada dos estaciones del ferrocarril Gral. Roca: Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora y se fundó hace poco tiempo la de Almirante Brown. ¿Tiene sentido desplegar universidades en localidades tan próximas? ¿O sería mejor que los jardines de infantes, las escuelas primarias y secundarias cumplan con las condiciones mínimas de equipamiento, higiene, infraestructura y capacidad edilicia?

Soy cobarde y les pido que no difundan mis datos personales porque formo parte de un equipo docente en el que casi todos son militantes k.

Les envío en otro mensaje un mural que persiste en un sector de la sede de Santiago del Estero y Humberto Primo.

Saludos muy cordiales,

–XXXXX

Este mural está en la sede de la calle Santiago del Estero.

Preocupante situación generada por múltiples factores. Más me preocupa que en todas las notas “periodísticas”, no sólo de la revista, se hace referencia a lo vetusto del sistema educativo. Al parecer, las espantosas reglas cambiadas por la última ley de educación, sumadas a la “no discriminación”, política nefasta de quienes gobernaban hasta hace poco, es lo que realmente logra muy eficientemente tener grandes cantidades de analfabetos funcionales.

El Gobierno actual lamentablemente con sus “erráticas” y violentas actitudes sin planes coherentes contribuyen a la destrucción de la educación y las posibilidades de recuperación poblacional.

Brutos con anticonceptivos, menor población, menos capaz, libertad o muerte.

Muerte y sin libertad.

–Miguel Ángel Galeano

La amplia descripción de los métodos de imposición de las ideas dominantes no hace más que confirmar que el ADOCTRINAMIENTO es el principal rasgo de la educación pública.

“Castro me dijo –comenta Hilda Molina, neurocientífica argentina que convivió con él varios años– que «los oligarcas son malos pero bobos y crearon la tontería de la democracia y nosotros vamos a utilizarla para llegar al poder sin las guerrillas ni las armas»”.

“Él hablaba de la «revolución sin límite». Si penetrás primero las neuronas, después no hace falta la revolución armada, es la revolución cultural”.

Lo de la educación pública no es adoctrinamiento militar, que rige al ingresar al cuartel, es PENETRACIÓN, tal como lo definía Castro.

Y tuvo éxito.

Atentamente,

–Aldo Rizzi

Tal vez “Pocos argentinitos” se pueda relacionar con el aumento exponencial de la cantidad de mascotas. Hoy se puede ver frecuentemente que las parejas jóvenes no pasean niños sino perros.

Como siempre, muy interesantes tus notas.

–Francisco Luzzi

Recientemente surgió un disparador en una nota de Luis Novaresio a Santiago Maratea. Más que un disparador fue una bomba atómica en el epicentro del colectivo pendeviejo. Si trazamos una línea temporal, quienes hoy tenemos entre 30 y 40 años vivimos nuestros años mozos escuchando las bondades de las ideas del socialismo y el colectivismo, que nos llegó como un canto de sirenas para que nos unamos en sus filas de bondad, rebeldía y reivindicación social.

En un principio todo esto fue acompañado de una épica y sentido de la justicia que ponía en un pedestal moral a todos aquellos que suscribiesen a este discurso y les daba el derecho de juzgar y señalar todo aquello que emanaba algún tufillo “derechoso” o que se le notara lo “fascistoide”. En esa primavera progresista nos subimos muchos a ese bondi a ver en qué esquina nos dejaba, por múltiples razones desde una gran convicción teórica a seguir la corriente del viento.

En todos esos años se aprendió a mirar la paja en el ojo ajeno como principio moldeador de la mirada social, señalar y acusar era el arte de pertenecer al progresismo joven al que le dieron el mandato de derribar todos los viejos modos de la cultura baby boomer: gente que se destacaba por haber mamado una concepción de vida ultra trabajadora y también conservadora. Estos eran los dinosaurios, tipos y mujeres que crecieron en otra cultura y con otros paradigmas de vida, y estos tipejos, con una soberbia extrema, no dudaban en cuestionar los valores morales de personas que mal o bien habían transitado un camino bastante más complejo del que ellos tuvieran noción.

Esa herencia cultural del progresismo ya envejecido y desgastado sigue viva en este colectivo etario que hoy día ya peina incipientes canas, aunque en su corazón aún tenga 25 años. Es una especie de resistencia cultural a volverse un tipo o una mina de derechas más preocupada en pagar sus cuentas que en cuándo sale la próxima sesión del “Biza”. Se dieron cuenta de que su 1969 les llego y se niegan a aceptarlo, se suben al furgón de cola de las nuevas corrientes culturales alternativas y viajan hacia el pasado tomando el elixir de juventud que les ofrece la nueva contracultura urbana con sus nuevos ritmos, lenguajes y estereotipos.

Pues bien, les traigo una noticia: ese “verano del amor” ya pasó, las cosas en las que creían fueron corrompidas en su gran mayoría y les vendieron un buzón. No aceptar este destino es como dice Ayn Rand: “puedes negar la realidad, lo que no puedes negar son sus consecuencias”.

Todavía esta masa sigue muy activa en la militancia política. En su gran mayoría ocupando espacios dentro de la estructura del Estado. Muchos de ellos, por ejemplo, en el sistema científico y educativo, palo del cual provengo.

Aquí han forjado sus carreras y han gozado de todos los privilegios de la billetera abierta de los gobiernos K. Para bien o para mal fueron sus años dorados y hoy sueñan con volver a ese pasado de gloria que les han robado.

En estos claustros se da en su máxima expresión las nuevas versiones de los dinosaurios de la nueva era, este grupo ya descripto, con un anclaje ideológico arraigado en el estatismo totalitario. En su gran mayoría no conoce lo que es laburar como cuentapropista, mucho menos en el sector privado. De hecho, les parece una blasfemia. Creen que el dinero de las arcas estatales debe ser usado estratégicamente con fines de expandir la influencia del Estado en la vida de las personas.

Ahora en este cambio de paradigma ven contrastado y amenazado todo ese andamiaje y salen a defender como nunca antes las banderas que deberían haber levantado muchísimo antes, pero que eligieron dejar pasar por bancar los proyectos que fueron compasivos con ellos y les dieron las migajas que se cayeron de la torta que repartieron en la mesa chica del poder.

Ahora ya es tarde, no está la torta ni las migajas, sólo el recuerdo sórdido de un pasado mejor, como bien describe Jose Sacristán en Solos en la madrugada: “Somos huérfanos, gracias a Dios, y estamos maravillosamente desamparados ante el mundo”.

–Salvador Nicosia

Estimado Iglesias Illa:

La menor tasa de natalidad es, para mí, una buena noticia. Esta menor cantidad de hijos tiene una diferencia cualitativa importante: son hijos deseados y queridos, lo que revela la intención de proveerles una mejor nutrición, educación y dedicación parental.

Una menor población no es una debilidad –ese es un concepto militar antiguo, tipo cuántas divisiones tiene el Vaticano–, sino una ventaja. ¿O qué es mejor? ¿Ser como Brasil o como Noruega?

Y gracias por ayudarme a reflexionar con su publicación.

Cordialmente,

–Adolfo Ruiz

¡Hola Hernán!

Comparto totalmente el enfoque de tu editorial acerca de la movilización de los estudiantes.

En un rato más me pondré a googlear, pero creo recordar que en aquel fallido ajuste de Ricardo López Murphy como ministro de Economía de Fernando de la Rúa, cuya gestión duró 15 dias (del 5 al 20 de marzo de 2001) “la UBA sacó los bancos de los alumnos a la calle”, mientras López Murphy estaba con el presidente en una visita a Chile. También era un ministro que proponía ordenar el Estado y achicar el déficit fiscal.

Las fuerzas de “la resistencia” al intento del gobierno mileísta han visto la oportunidad, junto a los alumnos universitarios, para expresar una “multipartidaria” del reclamo y del statu quo, pero a diferencia de aquel 2001, con un De la Rúa bastante timorato, ahora se encontraron “Con un guapo del otro lado” (canción campera de Carlos Ramón Fernández sobre un potro que venía “invicto” en los festivales de doma e iba a ser montado por un jinete “pata pesada”).

El enfrentamiento Gobierno versus opositores será dramático. Del resultado está pendiente el país, con el corazón en la boca.

¡¡Abrazo!!

–Daniel Stoessel

Las emocionales declaraciones del pueblo argentino y amigos sobre la universidad pública me atraviesan el corazón, pero no me llevan a dejar de lado la necesidad de controles y modernizaciones para mejorarla.

El espíritu de Sarmiento, Avellaneda y la Reforma es la permanente actualización de los saberes y del aprendizaje en un plan coherente con el futuro y el progreso del país.

Con 45% de pobres, recesión y un índice negativo de crecimiento poblacional es hora de aumentar los presupuestos de educacion primaria y secundaria y reformar los gastos mayores universitarios. Se impone una mayor cooperación de la educación pública con los sectores sumergidos.

Nadie, salvo Milei, discute esta verdad, y se comió el amague de la UBA en una repartija en la que siempre pierde el interior.

Entonces: a debatir un plan educativo público integral para elevar su calidad, terminar con la creación indiscrimada de facultades con bajo nivel educativo y presupuestos inflados que siempre van por más en un país sin recursos y detenido en su crecimiento.

Es la oportunidad de capacitar y debatir para levantar la cálidad educativa. Los cinco premios Nobel, Favaloro, Sarmiento y Avellaneda nos agredecerán y dejarán de revolcarse en sus tumbas si construimos una educacion pública mejor.

–Dr. Carlos Garcia

 

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