Aunque era esperado, el dato del 57,9% de pobreza sigue siendo grave. En el revoleo de culpas, la desestabilización de Alberto, Massa y Cristina está en primer lugar.
El Gobierno entregó el presupuesto 2025 con una declaración de principios: si sobra plata, se pagan deudas o se bajan impuestos; si falta, se bajan gastos. Así acumuló credibilidad.
CFK hablando de economía y el paro de los gremios aeronáuticos le dan aire al Gobierno en la opinión pública, mientras la inflación y la actividad mejoran pero muy de a poco.
El Gobierno sigue sin devaluar para que no se le vaya la inflación. Se entiende. El problema es que caen las reservas. Para colmo, el precio de la soja, del petróleo y del real no ayudan.