Un tiro en el pie

En febrero, la gestión de Javier Milei enfrentó su primer “cisne negro” de alcance internacional: el escándalo de las criptomonedas. El propio presidente quedó en el centro de la polémica cuando, el 14 de febrero por la tarde, promovió desde su cuenta en X el lanzamiento de $LIBRA, que pocas horas después sufrió un desplome estrepitoso. La reacción del Gobierno fue lenta y desordenada, con prolongados silencios por parte de su entorno y la posterior filtración de un fragmento de entrevista en la que Milei es corregido por su asesor Santiago Caputo.

¿Tuvo este evento un impacto real en la opinión pública? La respuesta es que sí. Sin embargo, esto no implica que quienes han apoyado hasta acá al Gobierno le hayan soltado la mano.

El Índice de Irascibilidad Social (IDI) mostró una caída de 5 puntos entre enero y febrero de 2025, alcanzando un valor de -6 puntos. Esta es la disminución más pronunciada desde el inicio de la serie en marzo de 2024. No obstante, el IDI de febrero de 2025 está lejos de alcanzar el récord negativo registrado en septiembre de 2024, cuando fue de -13 puntos.

El IDI, desarrollado mensualmente por Casa3 y difundido en exclusiva por Seúl, funciona como un termómetro del estado de ánimo de la sociedad argentina. A partir de nueve variables que miden la percepción ciudadana sobre su situación económica personal, la del país y la gestión del Gobierno, entre otras, el IDI sintetiza estos datos en un único valor. Su escala oscila entre -100 y +100 puntos, donde el extremo negativo refleja el mayor nivel de descontento y el positivo, el máximo grado de conformidad.

Ya en enero habíamos registrado una leve caída con respecto a diciembre y advertimos que el componente de “voto prestado” que sostenía a Milei comenzaba a debilitarse. En esta edición, la tendencia se profundiza: el apoyo entre los votantes del PRO cae 10 puntos, mientras que mejora entre su núcleo duro, aquellos que votaron a La Libertad Avanza en las elecciones generales de octubre del 2023.

El sentimiento de esperanza de los argentinos sobre el futuro del país sigue en caída tendencial por segundo mes consecutivo. En enero, el 42% de los entrevistados se mostraba optimista, mientras que en febrero ese porcentaje descendió al 39%. En contraste, el enojo y la frustración van en aumento, pasando del 11% al 16% en apenas un mes.

Si bien episodios recientes —como el escándalo de las criptomonedas y la controversia en torno a la designación de Ariel Lijo en la Corte Suprema— pueden afectar la relación entre la opinión pública y el Gobierno, el foco central de las preocupaciones sigue estando en la economía. Casi la mitad de los encuestados afirma que el dinero no les alcanza para llegar a fin de mes. Y aunque un 43% percibe una desaceleración de la inflación en su vida cotidiana, la pérdida de poder adquisitivo sigue siendo evidente. El bolsillo de los argentinos aún no se ha recuperado de un 2023 y 2024 marcados por fuertes dificultades económicas.

A pesar de que el dólar se mantiene estable y se han eliminado impuestos para compras online en el exterior, el consumo continúa a la baja.

A pesar de que el dólar se mantiene estable y se han eliminado impuestos para compras online en el exterior, el consumo continúa a la baja. El 71% de los entrevistados afirma no haber adquirido ningún artículo tecnológico en los últimos tres meses, y el 59% no planea comprar ninguno en los próximos seis meses. La tendencia se replica en otros rubros: el 62% no compró ropa en el último mes, el 44% descartó la posibilidad de tomarse vacaciones y el 69% ha reducido sus salidas de ocio.

En un contexto de fuertes dificultades económicas, el caso $LIBRA resulta increíble e inesperado. Envuelto en un halo cuasi ficcional, expone no sólo que el mayor daño a la presidencia de Milei es autoinfligido, sino también su falta de conexión con la sociedad.

El riesgo que corre el Gobierno al impulsar una agenda alejada en algunos cosas de las preocupaciones del ciudadano de a pie es ser percibido como poco cercano a la gente. Y frente a las próximas elecciones legislativas este riesgo no es menor: las identidades de la oferta electoral se cristalizan, por lo que ajustar la sintonía puede definir la retención o no del voto probable o prestado. Esta mayor diversidad en la oferta que la que suele haber en los balotajes también estimula la diferenciación del electorado atento a este tipo de cuestiones para condicionar su apoyo electoral al oficialismo.

El humor social se deteriora y, pese a que el Gobierno cuenta con margen de maniobra, cabe preguntarse no obstante hasta qué punto tiene sentido desgastar ese capital desviándose con errores evitables o impulsando agendas con escaso respaldo social por fuera de la senda de la recuperación económica.