Mientras el dólar trepaba, Alberto renunciaba y Massa mandaba audios para reírse de los rumores de renuncia, tres varones porteños de mediana edad comentamos los sucesos del día y sus implicancias para el futuro. A continuación, una transcripción de los mensajes intercambiados el viernes en un grupo de Whatsapp llamado ¡Chatazo!, desde la mañana a la noche. Los mensajes han sido emprolijados por cuestiones gramaticales y de claridad.
Hernanii
Todos tenemos la edad como para acordarnos de los meses anteriores a las crisis de 1989 y 2001. ¿Hay algo en el aire de aquellos meses?
Lucas Llach
A mí me resulta mucho más ochentista. Todavía no sé si decir 1989, ese año en que salíamos a almorzar del cole con vos, Hernanii, y veíamos cómo se derretía el austral en alguna casa de cambio de la calle Belgrano en San Isidro. Pero como el ’88 seguro. Como entonces, además, la aceleración inflacionaria venía de años, era una frustración que parecía no tener fin. No conocíamos otra cosa que un país con inflación, como los pibes que hoy tienen 15 años. El 2001 lo viví diferente. Dicen que el big bang fue primero contracción y después explosión: el 2001 fue la implosión y desde diciembre sí, la explosión más grande en democracia.
Hernanii
Me acuerdo perfecto de esa casa de cambio, números de plástico blancos sobre un fondo de felpa negro. Justo acaba de renunciar Alberto a la reelección con un video típico de político argentino (y famosos de otras categorías): el anuncio enigmático, donde lo concreto se infiere pero nunca es explícito. En 1989 y 2001 la debilidad del presidente fue clave para acelerar las crisis. Alberto queda ahora realmente colgado de un pincel. No sé si es una señal importante para la estabilidad de los próximos meses, pero buena no es.
Julián Gadano
¡Hola! Estaba dando clase. Voy con el ’89. Cuatro recuerdos. Yo trabajaba en la UBA (en el Rojas primero y en Sociales después) y me acuerdo de que los días de pago nos turnábamos para ir a una casa de cambio a hacer la cola (que podía durar casi todo el día) a comprar dólares: 200, 100, 50, 70… Lo que daba. Y después uno iba cambiando de a 10. Segundo recuerdo: en un momento todo comenzó a llegar semanal. El sueldo (se pagaban “complementarias”, por lo que uno siempre estaba cobrando algo), pero también el resumen de la tarjeta de crédito y quizás algunas facturas de servicios, no recuerdo. Pero sí recuerdo que para mí era un ejemplo en clave coloquial de la inflación como “aumento de la velocidad de circulación”. No sólo el dinero, todo duraba una semana.
El tercer recuerdo, en el supermercado: con mi novia de ese momento (vivíamos juntos) íbamos a un supermerado que se llamaba La Unión, en Pueyrredón cerca de Santa Fe, porque era el único que aceptaba tarjeta de crédito. Te recargaban algo así como el 150%, pero igual el tipo puteaba porque sentía que no iba a poder reponer lo que vendía. No había precios de referencia. El supermercado no podía remarcar (los precios estaban en etiquetitas en los productos) y a veces anunciaban por el altavoz “todo vale un 20% más que lo que dice la etiqueta”. El útimo: en diciembre o enero nos fuimos a Estados Unidos con un grupo de la beca de la FURP. Estábamos en un Holiday Inn cerca de Denver, y el desayuno costaba US$8,75, lo mismo que yo había cobrado en una “complementaria”. Mi sueldo semanal pagaba un desayuno en el Holiday Inn.
Lucas Llach
Extraordinario lo de la tarjeta de crédito. Yo con mi educación financiera y todo tengo una tara de “no me gusta endeudarme” y aparte no entiendo bien el resumen, creo que lo hacen a propósito tan oscuro. Así que en general pago contado (digital, por supuesto). Pero este mes me pasé a tarjeta de crédito. Si la inflacion es 8%, es como que en promedio del mes de ahorrás 4% gastando con tarjeta. Mucho.
Hernanii
Ya que hablamos de Alberto, ¿cuál es su hipótesis principal para explicar el fracaso del gobierno del Frente de Todos? La mía, y me anoto la cucarda de haberlo dicho en su momento, es que nunca iba a funcionar un gobierno donde, por ejemplo, la mitad sigue creyendo que la emisión no genera inflación.
Lucas Llach
Coincido. Además de un problema funcional hay uno de ideas con las que no coincide el 98% de los economistas del mundo y el 50% o más de personajes relevantes del FdT.
Julián Gadano
Hay tres cosas más, a mi criterio. El FdT fue un experimento exitoso para ganarnos (me saco el sombrero ahí), pero como coalición de gobierno, pegado con moco. Y lo que está pegado con moco aguanta bien si hay resultados, pero si no… No nos olvidemos (creo que lo hemos naturalizado) que dirigentes importantes del oficialismo calificaron al presidente de “mequetrefe, okupa, borracho, mentiroso” y no tuvieron sanción. En tercer lugar, el FdT es una coalición que en su gran mayoría reúne grupos que muestran una visión iliberal de la politica y la economía. El populismo funciona si hay dinero, pero nunca o casi nunca tiene un programa que busque ordenar la economía restringiendo el gasto. Necesita recursos: caja, activos a privatizar, deuda, emisión. Y no tienen nada. Se quedaron sin nada. Para eso no tienen respuesta.
Y por último la personalidad del presidente. Sorprende, porque es un hombre del poder, hizo política toda su vida, cinco años Jefe de Gabinete. Pero parece que no sabe lidiar con el poder, que no sabe comportarse como un jefe de Estado. Lo del video de Olivos (además de una canallada moral) es indicador de eso. Un video berreta, casi una selfie. Y un hombre que miente casi contra la evidencia. Un presidente de centro de estudiantes tiene más actitud de hombre de Estado que Alberto Fernández.
Hernanii
Los populistas nunca ordenan la economía pero a veces (Lula, Evo) no la desordenan. Creo que una hipótesis del establishment sobre el tándem AF-Guzmán era que no la desordenaran (que aprovecharan el ajuste final cambiemita) y fueran engañanado al kirchnerismo en el proceso. Pero ocurrió la pandemia, que los puso en modo full K (emisión desenfrenada) y después ya no tuvieron ni convicción ni fortaleza para volver atrás. Todo esto combinado con la fantasía del kirchnerismo de que el 48% había votado full chavismo.
Julián Gadano
Y la personalidad (digamos) “rara” del presidente… Insisto con eso.
Hernanii
Qué decepción el Alberto real para quienes lo vieron como Churchill.
Julián Gadano
O como Alfonsín.
Lucas Llach
Añado un punto. Creo que involuntariamente dejarlos con cepo los liquidó. Exactamente por lo que decís, si hubiesen asumido sin cepo tendrían que haber internalizado mucho más la racionalidad económica. Quizás con pandemia era imposible de todos modos. Pero me resulta imaginable una pospandemia con tipo de cambio único y muy alto en el que se habrían ahorrado varios quilombos simplemente por cómo el temor al dólar obliga a ser más responsable.
Julián Gadano
En este contexto el tipo saca un video que dice “heredamos una situación extrema” con una imagen de C5N que dice “54% de inflación anual”. Hoy el 54% es una aspiración, una meta.
Lucas Llach
Además obviamente el 54% es muy engañoso. Varios puntos de ahí son la aceleración post-desastre cambiario que trajo el Beto y su “pagaré las jubilaciones con Leliq”. Terminó pagando las Leliq con jubilaciones. Recordemos que julio 2019 la inflación había sido 2,2% mensual.
Hernanii
Mientras morfábamos el dólar siguió subiendo. Hace tres años que a los economistas de la oposición les preguntan cuándo “estalla” este modelo, si “llegan” a la elección. Y ellos se habían acostumbrado a contestar que no estalla, que llegan, que en todo caso la herencia… Cada vez que me encontraba con alguno o alguna le preguntaba, “che, ¿cuándo explota?” Y nos reíamos. Pero hace unas semanas que ya no se ríen más, que me dicen “ahora creo que se les complicó”. ¿Es así, Lucas? ¿Se viene una aceleración en la reacción del Gobierno (Massa), que básicamente venía haciendo la plancha y tapando agujeros?
Lucas Llach
Estos procesos pueden ser largos. En los ’80 post Austral, para pasar de los dos dígitos mensuales a la hiper-hiper pasaron meses y hasta años (con pequeños intentos estabilizadores). Lo que sí es claro es que la situación pasó de “mala y sin mejorar” a claramente empeorar. Los dos dígitos mensuales de inflación parecen muy difíciles de evitar. Lo que sí podría desencadenar algo más parecido a una explosión sería una renuncia de Massa.
Julián Gadano
No soy economista pero me parece que para una hiper (+50% mensual) no están dadas las condiciones. Sí creo que vamos a transitar un camino muy riesgoso, con mucho riesgo de que una declaración o algún hecho político deteriore todo. Al estilo del “dólar recontra-alto” de Di Tella en el ’89. O (coincido con Lucas) una eventual renuncia de Massa. La sensación de que los tiempos se están acelerando es palpable. El dólar libre billete (el que mira Doña Rosa) subió 10% en una semana. Pero los financieros también subieron en la misma proporción. Habría que ver números y cantidades, pero la sensación es que hay una tendencia a tener pocos pesos en cartera. Y la inflación se ha transformado en un problema, porque tiene mucha relación con la imagen de un gobierno y –por lo tanto– con la performance electoral del incumbente. Hay bastante consenso en la literatura especializada en imagen presidencial y elecciones, en que hay una relación entre el desempeño de algunas variables económicas e imagen presidencial y performance electoral del incumbente. Y la inflación (acá y allá) es una de esas variables. Y en el caso de un gobierno peronista es mas dramático porque la inflación impacta muy directamente y en el corto plazo en el poder adquisitivo de los segmentos económicos más bajos.
Hernanii
Últimamente siento que prefiero que continúe esta mediocridad, que el gobierno “llegue” (es un decir) no incendiado a las elecciones. Porque es esta mediocridad la que los ha herido fuertemente en lo electoral. Se vio ya en la elección de 2021, que en los análisis es como si no hubiera ocurrido, a pesar de que fue la peor elección del peronismo unido en casi 25 años. Digo que con esta trayectoria el peronismo no puede hacer una buena elección y corre el riesgo de salir tercero. Los veo sin imaginación de gobierno y sin imaginación política, marchando resignados al matadero. Ahora, si hubiera un evento disruptivo (una devaluación brusca del oficial, renuncia de Massa, etc.) siento que eso generaría tal sensación de “barajar y dar de nuevo” que podría complicar el equipo del que soy hincha, que es Juntos por el Cambio. Porque el peronismo desesperado encuentra una martingala o porque ante el incendio los votantes no eligen a un bombero sino al que viene con otro lanzallamas (Milei).
Julián Gadano
Es un tema interesante para discutirlo. Yo no lo tengo del todo claro. Por supuesto no deseo que a la gente le vaya peor de lo que le va, empezando porque soy parte de “esa gente”, porque vivo aquí. Pero a veces pienso que las experiencias pasadas nos muestran que una profundización (y la consecuente mayor visibilización) de la crisis (como ocurrió en 1989 y en 2001) nos permite generar los consensos para una reforma más profunda, o al menos para diseñar consensuadamente una salida. Lamentablemente es así. El caso opuesto es 2015. Y esto me lleva a otro tema: creo que no hay más margen para “mediocridad permanente”. Se acabó el dinero, se acabó el tiempo, se acabó el crédito. O reformamos de verdad los fundamentales de nuestra economía, lo que significa básicamente encontrarle un orden (uno, alguno) o nos va a costar mucho no caer muy abajo en forma casi permanente. Y caer muy abajo significa no crecer, no reducir la pobreza, no modernizar nuestra infraestructura y un montón de etcéteras.
Lucas Llach
Al Gobierno lo veo en lo que en ajedrez se llama posición zugzwang, una palabra que da como 1000 puntos en el Scrabble y significa que, por más mala que sea la situación, cualquier movida te empeora. Si se va Massa, ¿qué hay después? Si se va Alberto, ¿qué hace Cristina? Si Cristina es candidata se mete en un tembladeral y en una derrota. La pregunta es si el dolce far niente que vemos ahora (porque todos los conejos de la galera de Massa salen muertos) conduce a una híper o simplemente a un empeoramiento gradual. Tiendo a pensar que a lo segundo, pero no estoy seguro.
Otra pregunta es qué sería mejor para el país. Yo creo que lo que contribuya a una salida anticipada no es bueno para el próximo gobierno y por lo tanto tampoco para el país.
Hernanii
Tiendo a coincidir. A uno quizás le gustaría ver al peronismo sufrir el trauma de una crisis de gobernabilidad, porque lo forzaría a reformularse con más profundidad e intentar el destete final de Cristina, con el que viene amagando desde, no sé, 2013. Pero en las condiciones actuales no hay trauma para el PJ que no sea al mismo tiempo un trauma para el país, incluido el próximo gobierno. Por eso esa opción quedaría descartada no de las probabilidades (¿se puede descartar algo?) pero sí de las preferencias. Al mismo tiempo, aun esta velocidad de deterioro (lineal, no exponencial) también cambia el contexto todo el tiempo y, acumulada durante meses, modifica profundamente los planes de gobierno, las alianzas necesarias, el tono de la campaña. La pregunta “¿en cuánto tiempo salís del cepo?” ya no se puede contestar seriamente, porque la situación de diciembre se vuelve impredecible.
Lucas Llach
Tal cual. Agrego dos puntos, no muy vinculados, sobre el mensaje de los candidatos de oposición. Uno de mi amigo Nico Cassese: la discusión relevante ahora es quién puede construir el mejor país pos-kirchnerista. Esto no implica ser menos anti-kirchnerista en el discurso, sino enfatizar más el futuro que el pasado. Creo que todos tenemos la sensación de que hay una etapa larga que se termina, que los cuatro años de Macri fueron un paréntesis, un intento de cambio de rumbo que terminó no prosperando, dentro de dos largas décadas esencialmente populistas. El segundo punto: veo que el mensaje en mucho de la oposición, y casi diría más de JxC que de Milei, es el del “valle de lágrimas”. El “vamos a estar peor pero luego de sufrir mucho reconstuiremos el país”. No sé si electoralmente es conveniente o no (diría que no), pero sobre todo creo que es exagerado. Sí, hay ajustes por delante, pero también creo que una Argentina algo más previsible y con las noticias excelentes de nuestra oferta exportable el futuro puede ser bastante mejor bastante más rápido de lo que se cree.
Hernanii
Está bueno lo del “valle de lágrimas”, porque es así (¿se les puede pedir a los argentinos un año más de esfuerzo después de 12 años de estancamiento?) pero también porque confronta con un consenso reciente en la oposición, incluidos halcones y palomas: la idea de que en la campaña de 2015 Macri eludió preparar a la sociedad para los cambios necesarios y de que, una vez llegado al poder, volvió a eludir la tarea de hacer un diagnóstico crudo sobre la situación. Y que esa falta de crudeza perjudicó el apoyo al ajuste. Yo antes no estaba de acuerdo con ese consenso, ahora estoy un poco más de acuerdo, pero es notable cómo, a medida que avanza el calendario electoral, otra vez los candidatos de JxC van a tener que modular bien esa perilla entre esperanza y diagnóstico crudo.
Lucas Llach
Exacto. Siento que nos estamos pasando para el otro extremo. Y con un error económico en el diagnóstico: hoy el salario real o en dólares de Argentina es absolutamente sostenible (y debería subir). En 2015 era un salario en dólares impagable. Las consecuencias para el futuro son totalmente diferentes. Por supuesto, uno puede hacerse la pregunta instrumental de “cómo se corrige lo que hay que corregir (tarifas, tipo de cambio) sin que bajen más los salarios”. Diría que desde el punto de vista de la política económica es lo más desafiante junto a la estabilización.
Julián Gadano
Un sindicalista cuyo nombre me voy a reservar me dijo el otro día, medio en joda medio en serio: “Si llegan a marzo, gobiernan 20 años”. Desdramatizando un poco, creo que hay algo de cierto. Corto plazo horrible, pero luego de eso hay un país que puede exportar mucho, y bien, bienes y servicios que el mundo demanda. Energía, alimentos, litio…
Pero justamente es lo que decís al final, Lucas. Hoy el salario real es muy bajo, y con ese salario real tenés que aumentar las tarifas seis o siete veces su precio. Más allá de que estemos convencidos de que la energía hay que pagarla lo que cuesta (yo lo estoy), es un tema. Volvemos al principio de la conversación. ¿Conviene una crisis profunda para que haya consenso para las reformas? Estamos de acuerdo en que no es deseable. Pero hay que ser crudo en el diagnóstico. Muy crudo, y decirlo públicamente.
Hernanii
Hoy lo escuché a Milei en la radio con Lanata y me sorprendió. Estuvo más sereno, agradable y pedagógico que en sus apariciones televisivas, donde normalmente pega un par de gritos y se va. Quizás cambió Milei o quizás hoy tuvo mejores periodistas (creo que Marina Calabró estuvo muy bien), pero sentí que tiene las cosas algo más pensadas de lo que creía, aunque no en todos los temas. En Educación hizo agua y fue un papelón. He sido crítico de Milei, por su iliberalismo político y su facilismo económico. Y no soy de los que creen que su crecimiento es imparable. Pero la entrevista de hoy mejoró mi opinión sobre él. ¿La escucharon? ¿Cómo ven a Milei últimamente?
Lucas Llach
Me sorprendía que Milei no fuera a un discurso algo más calmo y centrista, siendo que el “voto protesta” ya lo tiene. No lo escuché con Lanata, pero en las últimas entrevistas que lo vi por TV (Sehinkman y Feinmann) está más calmo. En la de Feinmann habló de un “ministerio del capital humano” explicando cosas interesantes, era casi un welfare state a la criolla. Cero libertarias, pero mejor para él.
Hernanii
Mencionó lo del ministerio de capital humano. Cuatro secretarías: Niñez, Educación, Salud y Trabajo. Un socialdemócrata cualquiera. ?
Lucas Llach
Ahora está de moda entre economistas hablar de la “profecía autocumplida de la dolarización de Milei”: si Milei crece, aumentan las chances de dolarización; si aumentan las chances de dolarización sin dólares y dinamita al BCRA, más fuga del peso; si hay fuga del peso, más quillombo; si hay más quilombo, más crecen Milei y su propuesta de dolarizar.
Julián Gadano
Hace tiempo que no lo escucho a Milei. A mí me parece un típico populista de derecha, muy acorde a estos tiempos, que sabe tocar la fibra del enojo de mucha gente con la clase política. Pero también creo que la excesiva concentración en su figura lo somete a un desgaste que se va a notar electoralmente. El gran éxito de Milei es haber metido a todo el sistema político en un nuevo zeitgeist, que él supo interpretar bien. Pero tiendo a pensar que eso no se va a traducir en la cantidad de votos que los medios vienen prediciendo. Y eso él. Cuando él no está en la boleta, Milei es lo que vimos en Neuquén: 8,5%.
Lucas Llach
Yo tampoco soy bullish Milei. Uno puso “la mitad de los votantes de Milei se van a quedar dormidos o van a haber perdido el DNI”. Eso es una burla, pero sí hay algo de una distancia entre “lo que me entusiasma Milei” y las ganas reales de que sea tu próximo presidente.
Julián Gadano
Tiene demasiados muertos en el placard, además. Su personalidad, su hermana, los aliados que levanta y cómo los levanta. La gente que deja en el camino y lo putea. Son siete largos meses en los que tiene que sostener eso que tiene hoy. Puede que lo logre, pero tiendo a pensar que algo (bastante) se le va a caer.
Hernanii
Bueno, otro día de furia (dólar loco, presidente renunciante, rumores para todos los gustos) que se termina y seguimos acá, parando en los semáforos, confiando en los mozos que nos piden la tarjeta de crédito. Argentina es un quilombo pero se las ingenia para mantener los modos de la vida cotidiana. Hace medio siglo. Es algo que siempre sorprende a los extranjeros que llegan a Ezeiza con la información que leen en los diarios y después nos ven tomando cafecitos en el centro y no apuñalándonos en las esquinas.
Julián Gadano
Sí, pero uno ve también que los extranjeros se sorprenden que podamos mantener una vida normal en medio de tanta anormalidad. Les resulta inimaginable una inflación del 7% mensual. Que los precios cambien todo el tiempo, que tengas que renegociar tu salario cada dos meses. Les resulta insoportable imaginarlo. Y otra es la enorme colección de tipos de cambio, que les digas que no usen la tarjeta, que vayan a una cueva “pero es de confianza” y que a cambio de tres billetes de 100 dólares reciban 120 billetes de 1000 pesos, que de todas maneras no les va a alcanzar para mucho. Yo lo que siento es que nos miran con cara de “pobres, cómo harán”.
Por el contrario, cuando uno sale de Argentina la sensación es que el mundo avanzó y nosotros nos quedamos clavados. Cuando viajabas en los ’80 era todo más o menos parecido entre vecinos: control de cambios, inflación en Brasil. En México te tomás un Uber y es un Tesla (que además se va a fabricar ahí), pero eso no es para nosotros. Y así. El mundo está lleno de problemas, pero se mueve. A nosotros parece que a veces nos quedamos clavados en un mundo que sólo existe para nosotros.
Lucas Llach
Pero además hay un deterioro que no se mide ni en las cifras de indigencia ni de pobreza (aunque ambas estan subiendo) sino más profundamente en cuestiones como la vivienda, el capital humano (para hablar en milei-esque), en la infraestructura y hasta en la ropa. Se defienden algunos, especialmente en épocas de cepo, los dolarizados. Con cada una de estas crisis macro caemos un poco más en ese pozo.
La verdad que los 40 años que celebramos de democracia no pudieron torcer un declive que había empezado antes. Sólo nos quedan los recursos naturales (que nos siguen bendiciendo, alguno dirá maldiciendo) y lo que podríamos llamar “las rentas de Roca y Sarmiento”: una clase media descendiente de inmigrantes, y por lo tanto con iniciativa, y las últimas ondas de la revolución educativa de nuestro medio siglo dorado de trigo.
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