Pierpaolo Barbieri, Marcos Galperín y Martín Migoya forman parte de una generación de empresarios que no se esconden detrás de cálculos estratégicos ni evitan la polémica.
Hace bien Milei en disputar las ideas dominantes en la sociedad, pero su victoria simbólica será imposible si no viene acompañada de una gestión eficaz.