ZIPERARTE
Nota mental

#16 | El toque humano

La inteligencia artificial es lo máximo, pero nunca va a reemplazar al hombre.

No voy a sorprender a nadie diciendo que la inteligencia artificial es la innovación tecnológica más importante desde la llegada de internet. Joyita oculta, diría mi amigo Eugenio Monjeau. Todavía no me puse a investigar a fondo el tema, pero ya soy un usuario asiduo (y pago) de ChatGPT, al punto de prácticamente haber dejado de usar Google.

Le pregunto todo: cuáles son los mejores libros sobre ciertos temas, si me conviene más sacar un plazo fijo o cancelar una deuda, cómo se llamaba esa película que transcurría en una playa nudista gay, en qué libro de Blanca Varela está el poema «Currículum Vitae», si en la serie Vikings muestran la llegada de Leif Erikson a América, cuántos grados Celsius son 99 Fahrenheit, cuál es la diferencia entre el azúcar negra de fantasía y el azúcar negra, si es real la foto de John Lennon y Yoko Ono esperando que la mucama les arregle la cama antes de protestar por la guerra de Vietnam, y mil cosas más.

Sí, todo eso se puede googlear. Algunas cosas no de forma tan directa. La de la película sobre la playa nudista gay, por ejemplo, era complicada. Si buscás “film gay nudist beach” en Google, te salen resultados de porno gay y un corto en MUBI que no es la película que digo. Se me ocurrió agregar “french” a la búsqueda (porque la película es francesa) y ahí, recién en el tercer resultado, aparece un link a la página de comentarios de L’inconnu du lac en IMDb (con un título muy gracioso: «Bleak thriller puts the cock back in Hitchcock»).

Pero supongamos que ni siquiera recordabas que la película era francesa o no se te ocurría afinar la búsqueda o lo que sea, mirá que bonita y smooth mi conversación con ChatGPT:

-Como se llama esa película francesa que transcurre en una playa nudista gay?

-La película francesa a la que te refieres es probablemente El desconocido del lago (L’Inconnu du lac), dirigida por Alain Guiraudie y estrenada en 2013. La trama transcurre en un entorno de cruising gay, específicamente en una playa nudista junto a un lago, donde se desarrolla una historia de deseo, misterio y asesinato.

-La película es conocida por su tratamiento explícito de la sexualidad y por su tensión psicológica, explorando las relaciones humanas en un ambiente cargado de erotismo y peligro.

Me encanta esa actitud overachiever de ChatGPT. No solo me dice qué película es, sino que además me tira unos datitos extra como para cancherear. (De paso, recomiendo L’inconnu du lac. Aviso que hay muchas pijas, así que si tenés la masculinidad frágil por ahí no es para vos. Y no, no está en plataformas.)

El sábado, jodiendo, subí a X la “pregunta” incomprensible de Roberto Giordano sobre el oxígeno, los autos y los árboles. Un seguidor me sugirió preguntársela a ChatGPT. Me pareció una idea brillante, así que lo hice. Para mi sorpresa, el tipo entendió perfecto.

Pero lo mejor de la IA, y que no puede reemplazar Google, es la mano que me da para escribir. Uso Quillbot para corregir typos y algún error gramatical que se me haya pasado (problemas de concordancia o falta de comas), tanto en mis notas  como en las que edito. No siempre acierta, pero casi siempre lo hace.

Lo que no logré todavía es que ChatGPT me sugiera buenos títulos. Ni siquiera regulares. Probablemente necesite profundizar en el mundo de los prompts (las instrucciones que le das al chat para que haga lo que querés) y aprender a generar indicaciones mucho más precisas y detalladas. Pero, por ahora, los resultados están lejísimos de tener siquiera un asomo de chispa.

Supongo que estamos en la infancia de la IA, y su crecimiento será exponencial. ¿Qué es eso que llamé “chispa”? ¿Puede traducirse en ceros y unos? Nuestro cerebro es mucho más complejo que eso. ¿Los ceros y unos pueden reemplazar las sinapsis y las señales químicas?

Supongo que de eso se trata todo. Ahí está el quid de la cuestión en lo que respecta a la inteligencia artificial, en eso estarán trabajando los cráneos que se ocupan de estas cosas. Igual no quiero pecar de viejo choto, pero me cuesta imaginar que, por más que se avance en ese sentido –y descuento que se va a avanzar de maneras que ni nos imaginamos–, se pueda prescindir por completo de la mano humana en algún punto del proceso. Ya sea para darle a la máquina las instrucciones precisas, para ajustar el pedido según los resultados, para descartar lo que no sirve o, lo más importante, para agregarle esa chispa, ese toque humano que, quién sabe, tal vez las máquinas nunca lleguen a imitar.

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Diego Papic

Editor de Seúl. Periodista y crítico de cine. Fue redactor de Clarín Espectáculos y editor de La Agenda.

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