La rocambolesca entrevista del viernes en la Casa Blanca confirma que Estados Unidos ya no es un aliado confiable para Zelensky pero tampoco para Europa, que deberá aprender a defenderse sola.
A casi tres años de la invasión, los ucranianos desconfían de Trump. El objetivo debe ser el mismo de siempre: derrotar a Putin, por el bien de la estabilidad internacional y la democracia.