Cuatro observaciones sobre la elección: JxC la tenía difícil (no fácil), Massa salvó al peronismo, el fracaso de las élites y Chiquito Bossio hay uno solo.
Milei construyó un relato económico que lo llevó a la victoria con mucha habilidad y poco dinero, pero tiene que entender que la batalla cultural no puede ser un instrumento de gobierno.
Los votos no suelen moverse linealmente de una elección a otra, pero esta vez sí: casi el 100% de los que votaron a JxC en las generales, eligieron a Milei en el balotaje.
Milei es un freak rodeado de lúmpenes pero logró quién sabe como ni por qué conquistar a una cantidad nada desdeñable de gente. Hay que aprovechar eso al menos para enderezar el barco.
A pesar de la campaña del miedo, la amenaza a la democracia era Massa. La jugada de Macri fue la correcta: volvió a unir a la oposición no a través de sus dirigentes, sino de sus votantes.
Al candidato libertario la falta capacidad, experiencia política y estabilidad emocional, pero el verdadero Godzilla es el sistema corporativo que Sergio Massa representa mejor que nadie.
El sinuoso ascenso de Javier Milei fue impulsado primero por Sergio Massa, su próximo rival, y ahora por Mauricio Macri, que canta su penúltimo falta envido electoral.
Dos militantes jóvenes de Juntos por el Cambio, perplejos tras la derrota, bucean en lo que se puede salvar y lo que se debe descartar de la hasta ahora exitosa coalición no peronista.