Si la marcha del miércoles y las que vengan son como las de los últimos años (vaciadas, burocratizadas, partidizadas), no deberían ser leídas como movilizaciones populares contra el ajuste.
Para algunos economistas, desarmar las Leliqs es prioridad. Para otros no. Si Milei y su equipo son de los primeros es porque no creen poder hacer el ajuste prometido.
En las semanas anteriores al balotaje, el peronismo y las corporaciones hicieron campaña queriendo colocar a Milei fuera de la democracia. No era la primera vez que usaban esa estrategia.
Cuatro observaciones sobre la elección: JxC la tenía difícil (no fácil), Massa salvó al peronismo, el fracaso de las élites y Chiquito Bossio hay uno solo.
Milei construyó un relato económico que lo llevó a la victoria con mucha habilidad y poco dinero, pero tiene que entender que la batalla cultural no puede ser un instrumento de gobierno.