Si quiere reconfigurar el orden mundial, Occidente primero debería mirar hacia adentro, donde sus propias sociedades están en conflicto sobre su futuro y sus valores.
Tras la caída de Al-Assad y el descalabro de Rusia e Irán, Occidente tiene una oportunidad para reconfigurar el orden mundial similar a la que se abrió con la caída del Muro de Berlín.
La clara victoria de Trump ahuyentó temores de conflicto. Ahora debe mostrar resultados rápidos, ya que sólo tiene un mandato, salvo que quienes lo acusan de autócrata tengan razón.
Muchas de las críticas de Milei son correctas, pero la solución no pasa por debilitar a Naciones Unidas sino por mejorarla y fortalecerla. Es lo que proponía el propio Alberdi en el siglo XIX.
El ataque de Hamás contra Israel reveló el sentimiento contra el Estado judío y los judíos en general de buena parte de las élites, la academia y las institucionales occidentales más prestigiosas.
En el primer aniversario de los ataques de Hamás, la sociedad israelí se mantiene unida en su apoyo a la guerra, pero también asfixiada por una situación cada vez más compleja.
Al revés de lo que se dice, el esfuerzo del Estado hebreo por reducir las víctimas colaterales en Gaza no tiene precedentes. Si el mundo no le ata las manos, el triunfo será definitivo.