Hace bien Milei en disputar las ideas dominantes en la sociedad, pero su victoria simbólica será imposible si no viene acompañada de una gestión eficaz.
Milei es una máquina de generar contenido que sus después seguidores reelaboran y multiplican en las redes. A los militantes jóvenes de JxC les está faltando contenido.
Sería exagerado decretar el fin del marketing, como hizo Patricia Bullrich, pero sí es cierto que en este mundo fragmentado la única estrategia posible de comunicación política es la autenticidad.