En su último libro, Luis Chitarroni relee el Borges de Bioy: dos obras póstumas unidas por la lectura, la amistad y el desdén como modo de mirar el mundo.
La colección de autores que Borges analiza en el curso impartido en la Universidad de Michigan en 1976 no es tanto una propuesta de canon alternativo al tradicional como una excusa para hablar una vez más de su propia obra.