(Sobre “La ficha no se mancha”)
Es posible que la coyuntura uruguaya peque de exceso de estabilidad, pero hay que tener en cuenta también la maldición china: “ojalá vivas tiempos interesantes”.
Al respecto, en economía se maneja el concepto de histéresis: los bandazos repentinos en política económica, emocionantes como pueden ser, rompen cosas; se pierden recursos por reacciones precipitadas, hay malas decisiones, las crisis destruyen capacidades laborales…
Sospecho que la queja por la sensación de tedio responde más al triunfo de la izquierda que a un rechazo por la estabilidad, que prácticamente todo el resto de las notas de Seúl estiman un objetivo deseable para las tierras a este lado del Plata.
—Augusto Solari
(Sobre “Se despierta el lobby proteccionista”, de Daiana Molero; y “La fiesta de montos”, de Eugenio Palopoli)
Muy buen artículo el de Daiana Molero. Y eso que había un montón de argumentos más para respaldar su posición. Pero los que mencionó son una buena muestra.
El detalle importante que, a mi manera de ver, faltó mencionar, es el nombre y apellido del ¿industrial?, ¿político?, ¿lobista? más importante de la historia argentina. El tipo que más ayudó a amasar la fortuna de esos —relativamente— pocos de los que habla Daiana al comienzo de su nota (y de la propia): José Ignacio de Mendiguren. El paladín de la economía cerrada. El tipo que llevó al paroxismo la idea de Aldo Ferrer de vivir con lo nuestro. Que no se la lleve de arriba.
Mi hermano —hasta hace poco, editor de deportes en La Nación— me contaba ayer acerca de la aparición en una plataforma de películas y series del documental sobre el Mundial ’78. Me dijo que estaba basado en un libro de Matías Bauso que él había leído y que le había parecido extraordinario. En particular, por el nivel de detalle, que develaba un trabajo casi ciclópeo de investigación.
Me dieron ganas de ver el documental, puesto que, como tantos otros, fui participe de la alegría de la obtención del Mundial. De hecho, estuve en la tribuna en los tres partidos de la primera fase, y en la 9 de Julio con todos mis compañeros de secundaria festejando hasta tarde después de la victoria ante, en ese momento, Holanda.
Ya después del tercer párrafo de la columna de Eugenio Palopoli, esas ganas desaparecieron. No me bancaría otro panfleto reivindicatorio de las almas bellas.
Sin embargo, en medio de la nota, mientras cuenta cómo el documental aborda lo que plantea como “las contradicciones entre el Menotti entrenador y el Menotti intelectual de izquierda”, Eugenio remite a una opinión de Esteban Schmidt, en la que este periodista describe a Menotti como un cínico manipulador que poco menos que dirigía los centros clandestinos de tortura. Si entendí bien, Palopoli coincide con esa visión de Menotti, ya qué recomienda “fervorosamente” su lectura.
No es que ahora vuelva a tener ganas de ver el documental. Seguramente es el manifiesto pseudomontonero que Palopoli describe. Es que ahora me apena tener un autor menos de Seúl al que me interese leer.
—Enzo Prestileo
(Sobre “Somos bombas de tiempo ambulantes”, de Diego Papic; “Se despierta el lobby proteccionista”, de Daiana Molero; y “Unidos por el espanto”, de Ignacio Labaqui)
Hola, seulenses, espero estén terminando bien el año.
Por mi parte, siempre agradecido por la información con opinión que me acompaña hace unos meses.
La semana que pasó me hizo reir (mucho) Diego Pepic con sus no-trastornos de salud terminales. Me hizo dudar (bastante) Daiana Molero. Si bien en líneas generales coincido, también debo aceptar que casi todos los países tienen una que otra medida proteccionista y una estrategia de desarrollo. Ergo, creo que es cuestión de matices y de eliminar lo malo y perfeccionar lo bueno. Veamos no sólo lo que hacen países exitosos sino también lo que hacen industrias o empresas exitosas (por ejemplo Toyota, por ejemplo la cadena agro industrial o la industria del conocimiento). Que el zafarrancho hecho por algunos impresentables no nos lleve a un extremo sin escalas. Vayamos a paso firme, pero mirando alrededor.
Por último, me hicieron enojar (un poco, a esta altura lo que no controlo no me sulfura mucho) con la duda si ir juntos o separados. Hay que tener un objetivo de mínima, firme e innegociable, que es reducir a su mínima expresión al kirchnerismo, y para eso hay que sumar, sumar y sumar. Y, en ese sentido, quien creo que debe resignarse es el macrismo, que tenía el mismo deber (no permitir que vuelva el kirchnerismo) y falló. No se puede cometer el error de subestimarlos, no de nuevo. Después habrá tiempo para otros debates.
Gracias y buen fin de año,
—Juan Cruz Malbrán
Hay que ponerle el nombre de la capital de un país que aplica la ley marcial a una revista con pretensiones intelectuales, literarias y artísticas. Es muy lamentable que la confusión, guiada por el odio a los opositores, sean quienes sean, llegue a estos niveles.
—Diana Ardissone
¡Hola, Diana!
¡Quizás se te escapa que la revista está a punto de cumplir cuatro años y la declaración de la ley marcial fue apenas esta mañana!
Un saludo afectuoso,
—Seúl
Sabemos de lo que hablamos, ustedes y yo. Es contra las visiones Corea del Centro, especialmente, que dirigen desde hace años su agresiones.
Sigan, muchachos, es su tiempo, el de la derecha recalcitrante.
Y aclaro que no soy kirchnerista, como gustan denominar a todo opositor o disidente. El caso de Mariano Llinás fue vergonzoso. Soy simplemente una alfonsinista que no aceptó el ominoso Pacto de Gualeguaychú.
Evitemos saludos hipócritas.
—Diana Ardissone
(Sobre “Kueider no es de nadie”)
¡Por favor, Gadev! Lo que faltaría es que le den pelota a Tenembaum con el tema de Seúl.
Los que los seguimos sabemos muy bien cuál es el origen y la posición de la revista. Los coreacentristas, al verse derrotados en toda la línea, pues los gobiernos que defienden fueron un real desastre, ahora, ante la posibilidad cierta de que a Milei “le vaya bien” y Argentina ascienda, firme, unos pisos del subsuelo y llegue a la planta baja, se agarran de cualquier clavo ardiendo que encuentran.
Navegar por X así lo confirma, además de los programas nocturnos de la tele y las notas de ciertos portales. Ver los canales de América da vergúenza ajena.
¡Adelante con Seúl!
¡Abrazo!
—Daniel Stoessel
(Sobre “Kueider no es de nadie”)
¡Véndanle la revista Seúl a Bukele! Y después reparten conmigo.
—Estela Kallay
Si te gustó esta nota, hacete socio de Seúl.
Si querés hacer un comentario, mandanos un mail.