ELOÍSA BALLIVIAN

Líderes tartamudos

Un elogio a la "oratoria" de Patricia Bullrich.

El arquetipo de líder para los judíos es el profeta Moisés, que se cargó en los hombros la hazaña de sacar al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, guiarlos por el desierto durante 40 años y ayudarlos a convertirse en una nación.

Hay varios aspectos que hacen de la elección como líder de Moises algo lógico. Por ejemplo, creció en el palacio del Faraón egipcio, así que conocía los usos y costumbres. Pero cuando es llamado a liderar, su primera respuesta es decir que no, por ser “torpe de boca y de lengua”. Esa es la traducción literal del hebreo bíblico, y tradicionalmente se entiende como una analogía para “tartamudo”. (Hace unos mil años, el mayor exégeta de los textos bíblicos para el judaísmo, un rabino llamado Rashi, lo tradujo como “tartamudo” y desde entonces para todos es sencillamente así.) En la época de Moisés no se comunicaban por WhatsApp, así que su tarea incluía ir a hablar al Faraón y después dar discursos ante su pueblo. En este caso, un tartamudo como líder parece algo sacado de un capítulo de División Palermo. Entonces, ¿por qué elegir a alguien así como líder? ¿O por qué en un texto que incluye tantos milagros –desde una tormenta de ranas hasta abrir un mar en dos– no se puede agregar uno más y que cure su tartamudez? Al menos el Todopoderoso podría haberle dado a Moisés un asesor que lo coachee.

El educador judeo-argentino Jaime Barylko escribió otra hipótesis: la dificultad para hablar en un Moises es un pro, no una contra. Un líder al que le resulta fácil hablar, probablemente se dedique a hacerlo, y mucho. En cambio, uno al que le sea dificultoso impresionar con sus palabras va a tener que convencer a sus seguidores haciendo cosas, no sólo prometiéndolas. En Twitter Argentina diríamos que a Moisés no le quedó otra que agarrar la pala.

En los debates vi cómo Patricia Bullrich, la candidata de Juntos por el Cambio, es –objetivamente– una mala oradora. De los cinco participantes, fue la única a la que se le notaba que no estaba cómoda, ni en los discursos preparados ni en las respuestas. Está claro que no le gusta hablar. Después leí a twitteros quejarse de que la persona que quieren votar no sea buena dando discursos.

Para mí es lo contrario. Ya tuvimos una líder que amaba dar extensos discursos (y de memoria, como afirmaban obnubilados sus fans) y sin embargo la pobreza no era más baja que en Alemania, la isla Demarchi no tiene un polo audiovisual y yo acá sigo esperando el tren bala que conecte Rosario y Buenos Aires. El candidato más votado en las PASO construyó su imagen en la tele, en las redes, en los discursos, en los actos, siempre con sus palabras. No lideró un gobierno, una empresa, una ONG, ni siquiera un equipo de fútbol 5; ninguno de sus papers es citado por absolutamente nadie del mundo de la economía. ¿Por qué es conocido y potencialmente presidenciable? Por su habilidad para hablar.

Yo ya estoy cansado de los líderes a los que les gusta hablar. Este 22 de octubre yo voy a probar con una que parece ser “torpe de boca y de lengua”, que odia dar discursos y a la que no le va a quedar otra que hacer.

–@ggweitz

Muy básico el análisis de la nota de Gadano. Demuestra porqué Juntos por el Cambio fracasa. Si a lo que es popular como Milei lo confunden con populismo, es porque tienen una óptica sesgada por una concepción elitista. Entonces, desde ese prejuicio elitista, es lógico que lo popular les parezca populista.

Espero que pierdan las elecciones y eso los obligue a recapacitar. JxC es un proyecto bienintencionado pero ingenuo. Se nota en las publicidades de Bullrich. Un país ordenado. Ese es un mensaje para señoras gordas de Recoleta. En el conurbano, donde la gente lucha por comer todos los días, el orden es un concepto completamente abstracto. Así no se ganan elecciones ni se transforma el país. Esa es la ventaja comparativa de Milei.

Si quieren, tomamos un café y se lo explico con más detalle. Igual me sigue interesando leerlos.

Saludos,

–Alejandro Sala

Hola. La nota es buena, aunque no menciona nada nuevo. La única observación es que, en mi opinión, Milei es un producto de los socios o jefes de Massa (empresarios: Manzano y cía) que decidieron hace un par de años jugar a dos puntas. Sería interesante conocer los orígenes como político de Milei, de los que nadie habla.

Gracias, saludos,

–Martin Muro de Nadal

Excelentes notas. En especial, la última que acabo de leer sobre la memética.

Gracias,

–Rosana Bollini

Al final de su artículo, dice Fernando Danza: “Acá sólo planteo que buena parte del electorado cambió, que ese fragmento ocupa una porción cada vez más grande y que todavía hay ahí un voto vacante, lábil y cambiante”.

Sin embargo, todo el artículo destila elogios a la comunicación y campaña política hacia los jovenes de Milei. Artículo engañoso.

–Alcides Saldivia

 

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