ELOÍSA BALLIVIAN

La solución para Medio Oriente

A una semana del especial sobre el 7 de octubre, los lectores siguen debatiendo.

Es lo mejor para el periodismo, la información clara y criteriosa que ustedes ofrecen.

Muchas gracias.

–Norma Cavalieri

(Sobre «Un año después», de Diego Mintz)

Buena nota. Para conversar. Muchos en Israel no están de acuerdo con Natanyahu. La única posibilidad es los dos Estados. Traer palestinos democráticos que viven en Europa y se hagan cargo de Cisjordania. Así se hizo la descolonización, y resultó positiva. Es sólo una posibilidad a ensayar seriamente.

–Fernando Petrella

Error archirrepetido: Palestina, palestinos, alude a los judíos, sus habitantes originarios. Muchos siglos antes de Mahoma. Fue Stalin quien les aconsejó a los árabes de la región autoproclamarse palestinos, con la obvia intención de excluir a los judíos.

–Luciano Tanto

Hola, Luciano. Conocemos la historia, pero ya pasaron 60 años y la palabra “palestino” hoy tiene otro significado. De todas maneras, está muy bien recordar lo que decís, sobre todo cuando alguien argumenta que la tierra les pertenecía a los palestinos mostrando mapas de los años ’20 que decían “Palestina”. Pero hoy un palestino es un árabe de Israel, de Gaza, de Cisjordania o de la diáspora.

–Redacción de Seúl

¡Nooo! Pasé los 50 y me hartó la “bipolaridad popu”.

¿¡Israel tiene que ganar!? Tono inapropiado para una revista de intelectuales.

Mi hija, a sus 15, me decía: “No entendés, papá; el feminismo va por todo para conseguir un 10%; si no, no recibe nada”. Y muchos de nosotros no estuvimos de acuerdo, ¿no? Y tuvimos razón. No sirvió el movimiento adornado con pañuelitos de colores. Cada vez hay más femicidios y una cola de energúmenos seguidores de izquierdas sudamericanas (zombies resentidos que prefieren ser robados, que maten a un fiscal nacional, que se apropien de tierras –tamaño de CABA–, que viajen por una hora a Seychelles… antes de que a otro le vaya bien por cuenta propia).

Cuando dije que no voté al infradotado (Alberto) me dijeron: “Ah… sos macrista”. Y respondí: “¡No!, no voté a nadie”. Entonces, me retaron ¡por irresponsable! El último kirchnerista al cual le hablé en mi vida.

No se trata de que “gane Israel”. ¡No! Aunque nos emane desde lo inconsciente ese tórrido pensamiento aniquilante. Porque, afortunadamente, el inconsciente es inocente: no llega al acto. Pero ustedes, intelectuales, se deben a que lo consciente se interponga y esculpa las barbaridades propuestas por el voraz Ello freudiano.

A los ayatolás, el inconsciente recalcitrante y la psicopatía (con la que mandan a la muerte a sus hermanos, por supuesto) les ha desvanecido la conciencia humana, y la cultura los debe condenar. No hay duda sobre ello.

No tengo la solución en palabras, pero ustedes tampoco con esa propuesta.

No me gustaría que violen a mis compatriotas, y que a mis hermanos les corten la cabeza y los rematen a balazos. Pero, como revista de intelectuales, insulten a una ONU llena de parásitos, a un Biden (dementizado), a Netanyahu (Cristina de oriente) y, sobre todo, a cada inmoral que comercie un centavo con Irán.

¿Cuánto resistiría ese régimen sin vender un litro de petróleo? ¿Quiénes le compran? Es por ahí.

–Diego Calvo

Mil gracias y un saludo desde Israel.

–Marcela Bruski

(Sobre «Un año después», de Diego Mintz)

Gracias por el dossier sobre Israel, y en particular por el artículo de Diego Mintz, uno de los pocos que mezcla conocer bien del tema con un estilo ameno para escribir. El artículo de Mintz es una buena señal de alerta sobre la inconveniencia de apoyar cual fundamentalista a cualquiera de los bandos en esta guerra desde la comodidad de la lejanía.

Uno de los mayores problemas intelectuales desde el 7 de octubre de 2023 es que el debate está secuestrado por posturas fundamentalistas. Para los pro-Israel, se trata de una democracia pequeña (tiene el tamaño de Tucumán y menos habitantes que Buenos Aires), frágil y amenazada, que está luchando por su supervivencia con un ejército miliciano. Para los pro-Palestina, Israel es un régimen teocrático dirigido por un tirano que quiere limpiar Gaza y ahora el Líbano, y que no puede ser nunca víctima porque es una potencia regional apoyada por la única superpotencia mundial.

También se termina analizando un conflicto largo y difícil, que sucede a miles de kilómetros, en clave doméstica. Esto aplica a todos los países. Israel cae en la grieta en los Estados Unidos, Brasil y la Argentina y despierta fantasmas del colonialismo en África y del Holocausto en Europa. No sorprende que la demanda contra Israel en la Corte Internacional de Justicia haya sido presentada por Sudáfrica: a un sudafricano, las áreas palestinas de Cisjordania podrían recordarle a los bantustanes. Ni tampoco es raro que las mayores marchas pro-Palestina en Europa sean en Londres y no en París o Berlín: Alejo Schapire ha marcado en otros artículos que el Reino Unido tiene un enfoque más liberal hacia el islam, pero yo agrego que, por sobre todo y con justa razón, los británicos no sienten responsabilidad por la Shoá.

Si bien Seúl es una revista de opinión y no de opiniones –y eso está muy bien–, sería importante que los que están en los bandos opuestos intentaran, aunque sea por un instante, ponerse en el lugar del otro. Parece un cliché, pero sin empatía no hay posibilidad de acercamiento. Los pro-Israel deberían intentar visualizar el impacto que sus acciones tienen en los demás, por más justificadas que estén. Y los pro-Palestina, si es que alguno lee Seúl, deberían ponerse en los zapatos de una nación cuyos enemigos desean exterminar y que, hace un año, intentaron cumplir su sueño.

–Marcos R. Roca

(Sobre «Testimonio de un soldado», de Din Belz)

Muy buena la nota «Testimonio de un soldado». También las notas previas, cada una enfoca de un lugar distinto.

Gracias por su línea de trabajo, que aporta una gran dosis de realismo y sentido común, despojados de la ya famosa “corrección política” que hemos comprobado que ha servido para deformar los enfoques y darles protagonismo a los marginales de la sociedad, que han pasado a ser casi grandes interlocutores como si fueran los portavoces de mensajes “reveladores de la verdad oculta”, cuando son sólo mensajeros de los parias resentidos de nuestra sociedad.

Un cordial saludo para ustedes como equipo en general, agradecido de ser suscriptor de revista Seúl.

–Pablo Mugica

(Sobre «El PRO y la locura de pensar», de Mauricio Devoto)

Me pareció muy atinada y oportuna la nota. Coincido en la necesidad de ser más claros en la narrativa, en la explícitacion de los valores y en darles contenido más preciso a las grandes líneas políticas que el PRO ha defendido.

Hace falta más didáctica, más explicación, más precisiones sobre lo que apoyamos, pero sobre todo comenzar a poner sobre la mesa lo que no cierra de la política de gobierno. Se puede disentir, se debe señalar con honestidad las diferencias. No todo es lo mismo.

Hay cosas que se deben marcar. No deben ser negociables la corrupcion o no tener en claro la función del Estado, o la necesidad del diálogo y la tolerancia, y las diferencias como constitutivas de la cultura democrática.

Hay un espacio vacante ahí que es del PRO. No lo debemos perder. Y, sobre todo, asumir la necesidad de un liderazgo claro de parte de Mauricio Macri, que es quien creo el que tiene que orientar la acción.

Queremos el cambio, sí, pero no cualquier cambio; hay que puntualizar en qué consiste.

Gracias por el aporte, necesitamos mucho que exista este espacio.

–Diana Lacal

Hola Hernán y redacción.

Leer la nota de Ernesto Tenembaum en Infobae fue recordar la frase de Alejandro Apo en la previa de un Argentina-Brasil a Victor Hugo Morales: “¡Nene, tengo miedo!”

¿Puede la redacción de Seúl, convocada de emergencia, elaborar un comentario, nota, paper al respecto para tranquilizarnos a los más temerosos?

Si fuera electa legisladora en el ’25 y presidenta en el ’27, me consolaría pensando en que “nada es para siempre”.

¡¡Abrazo esperanzado!!

–Daniel Stoessel

Lo imposible es posible

Hace tiempo que, irónicamente –sólo por ser consciente de su imposibilidad–, repito a muchos de mis amigos con los que hablo de política que la única manera de la que Argentina podría volver a la vida (relativamente) normal de la que gozan los habitantes de la mayoría de los países de Occidente, sería mediante una escisión que deje a los políticos populistas y sus votantes de un lado y al resto del otro. Ayer, leyendo los diarios –en plural, digo, porque del primero pensé que se trataba de un chiste–, me encontré con la noticia de que un funcionario de una provincia gobernada por un recalcitrante populista –paradójicamente, o no, joven– que sugería que mi sueño húmedo era posible.

Sí, un ministro de Kicillof afirmó que la provincia de Buenos Aires podría “independizarse” de la Argentina, porque lo que aporta y… bla, bla, bla.

Imagino bastante probable que alguna de las mordaces plumas de Seúl esté en estos momentos empujando a la red la pelota que quedó picando a centímetros de la línea, sin arquero a la vista. A él, particularmente, me dirijo, para pedirle encarecidamente que, aunque requiera de un esfuerzo supremo, no tome a este hombre a la chacota, y me ayude a empujar la campaña para hacer realidad este sueño.

Le garantizo, a cambio, que si por alguna rara mueca del destino se cumpliera el pedido del pichón de Kirchner, en pocos años el resto del país florecerá a una velocidad pocas veces vista.
Ya me imagino emigrando –vivo en Mardel– a esa vecina República de Argentina (o lo que fuera; si quieren quedarse con el nombre, se lo daría sin cargo).

–Enzo Prestileo

(Sobre «Violencia es violencia»)

100% de acuerdo.

Te adjunto la declaración que emitimos desde la Fundación LED.

Hasta siempre.

–Eduardo Tallarico
Consejo Asesor de la Fundación LED

La Fundación LED (Libertad de Expresión + Democracia) manifiesta su preocupación y ferviente repudio respecto de los actos de violencia que se produjeron en los alrededores del edificio del Congreso de la Nación en oportunidad de debatirse el mensaje de veto presidencial a la ley de Financiamiento Universitario.

Por una parte, el señor Francisco Fijap, habitual usuario de la red X, en momento en que filmaba a los manifestante contarios al veto señalado, fue agredido violentamente, recibiendo varios golpes por que hubo de refugiarse en un local de pizzas al que los manifestantes violentos también intentaron ingresar, por lo que tuvo que salir escoltado por efectivos policiales. Por otra parte, periodistas de TN y de Crónica TV también habrían sufrido agresiones e, inclusive, amenazas de muerte por parte de manifestantes en ese evento.

Esta Fundación ha sostenido reiteradamente que la labor periodística no puede ser limitada o restringida fácticamente por acciones violentas, ya que ello claramente implica restricciones de hecho a la libertad de expresión y de prensa.

Sobre el particular, cabe recordar que la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la OEA establece expresamente que la “intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión”.

En ese orden de ideas, naturalizar hechos como los comentados, importan un serio deterioro a las reglas de convivencia y de respeto esenciales para que una democracia sea considerada robusta y consolidada.

Es por eso que la Fundación LED denunciará todo acto de violencia que implique, de algún modo, una afectación a los derechos constitucionalmente reconocidos, independientemente de quién fuere víctima o resultare afectado por tales hechos.

Si te gustó esta nota, hacete socio de Seúl.
Si querés hacer un comentario, mandanos un mail.

Compartir:

Seguir leyendo

Ver todas →︎

“Empresa gubernamental” es un oxímoron

Los lectores opinan sobre Aerolíneas Argentinas y la nota de Franco Rinaldi.

Por

Un baño de humildad

Los lectores celebran la nota de Gustavo Noriega y dicen que los periodistas tienen que bajarse del pedestal.

Por

El valor de hablar sin miedo

Pierpaolo Barbieri, Marcos Galperín y Martín Migoya forman parte de una generación de empresarios que no se esconden detrás de cálculos estratégicos ni evitan la polémica.

Por