Domingo

La estafa cripto de la década

En el ponzi de San Pedro, una "China", dos actores polacos y un pacto de silencio entre diez argentinos.

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Los Simuladores se convirtieron en una de las series más exitosas de Argentina con una fórmula sencilla: excelentes guiones y muy buenas interpretaciones de los actores. Sus misiones eran para el bien. Seguramente todos recordamos al personaje de Mario Santos, interpretado por Federico D’Elía, cuando al terminar sus misiones buscaba siempre a sus víctimas y, con un puro en la mano, les preguntaba: “Disculpe, fuego, ¿tiene?”. Era la manera de rubricar una nueva victoria para la colección del grupo de tareas.

Es también común en Argentina la frase “si esto lo guionás, no te sale” para referirse a ciertas cosas que pasan en nuestro país. Dicha frase nunca pudo ser aplicada tan bien como en el caso del esquema piramidal ponzi con epicentro en la ciudad de San Pedro, una estafa con más de 75.000 víctimas que hoy está en todos los medios gracias al descubrimiento que hice sobre la participación de dos actores polacos.

Así es que hoy vengo a contar un capítulo nuevo de este guión que tiene todos los condimentos para mantenernos entretenidos: involucra a una banda de cumbia, Aerolíneas Argentinas, un actor porno de una especialidad que no sabía ni que existía, la serie Sex and the City y una agencia de modelos que trabaja hoy con Telefé para series apuntadas a chicos y adolescentes. Sería todo pochoclo y risas si no fuera porque tenemos miles de estafados por cifras que se estiman en decenas de millones de dólares.

Como parte de un plan que bien podría aparecer en la próxima película de Los Simuladores —pero en el multiverso en donde ellos trabajan para el mal—, una aplicación llamada RainbowEx (el exchange del arco iris) le prometía a la gente ganar un 2% en dólares de forma diaria, duplicando su capital en 45 días. Este rendimiento se obtenía supuestamente operando con criptomendas gracias a los avisos de compra y venta que emitía un usuario en la app de mensajería Telegram que decía ser de Singapur, a quien todos conocían cariñosamente como “la China”.

La app era una simulación. Las criptomonedas que se operaban eran una simulación. Las ganancias que la gente creía obtener eran una simulación.

La app era una simulación. Las criptomonedas que se operaban eran una simulación. Las ganancias que la gente creía obtener eran una simulación. La empresa detrás del esquema, identificada como Knight Consortium (el Consorcio de los Caballeros) era trucha. Los directivos de esa empresa eran simulados. Todo era un clásico pero renovado esquema Ponzi, similar al original del italiano Carlo Ponzi en 1919 o al de Leonardo Cositorto con Generación Zoe de hace unos pocos años. Estafa esta última que, casualmente, esta semana vio a su principal responsable sentado por primera vez en el banquillo de los acusados en el primero de varios juicios pendientes.

Fui entonces el primero en hacer ruido en redes sociales sobre esta aplicación de San Pedro, que empezó a derrumbarse cuando pude investigar el primer evento presencial en Buenos Aires de Knight Consortium. Y fue en ese momento cuando pude descubrir que los únicos directivos de la empresa que alguna vez dieron la cara eran en realidad dos actores polacos contratados y que todo el evento había sido una simulación. Hablé con ellos y publiqué una entrevista exclusiva en mi canal de YouTube, donde explican su versión de los hechos y por qué dieron un discurso como directivos, entregaron premios y condecoraciones y ayudaron así a darle una imagen de seriedad a la estafa.

Pero el guión de esta estafa sigue dando noticias todos los días y acá quiero contar una novedad: los dos actores polacos no estaban solos; estuvieron acompañados por ocho actores más, argentinos ellos, con el apoyo de una agencia de modelos y actores. Los actores estuvieron acompañados a su vez por el dueño de la agencia, y entre todos ellos hay un evidente pacto de silencio.

La cena de gala a la que me refiero tuvo lugar hace un mes, el 21 de septiembre en el Hotel Emperador de Retiro, y trajo a los líderes de la comunidad de “caballeros” de todo el país: San Pedro, Bahía Blanca, Salta, Alta Gracia, zona norte del Gran Buenos Aires. Incluso vinieron los incipientes líderes de la comunidad de “la China” de Brasil. El objetivo del evento fue darles un impulso de fe a los líderes para que continúen reclutando gente y alimentando con dólares al esquema.

Gala de simulación

En el evento dieron sus discursos Timothy Murphy, director de Marketing (interpretado por el actor polaco Maurycy Lyczko) y Jeremy Jones, director de Operaciones (interpretado por el compatriota Filip Wałcerz). Hubo shows musicales de folklore, tango y hasta carnaval brasileño, se entregaron distinciones “Caballero sin Nombre” a los mejores líderes del país —porque consiguen mucha gente para sumar con su dinero al esquema piramidal— y se repartieron premios de todo tipo. Además de los europeos, en la mesa VIP completaban el supuesto cuerpo directivo del consorcio otros ocho actores argentinos y un ejecutivo de una agencia de modelos, a quienes logré identificar con herramientas online fácil de conseguir y de usar.

Intenté comunicarme con todos los integrantes nacionales de la farsa, y fue imposible obtener una declaración de su parte. Todos dejaron de hablarme en cuanto mencioné a la cena en el hotel o a Knight Consortium. No digo que me lo hayan negado o me hayan dicho que no querían hablar: simplemente dejaron de contestar los mensajes de WhatsApp, me cortaron el teléfono y me bloquearon. Ni una palabra acerca de qué hacían en la mesa de directivos de una empresa ahora investigada por estafa piramidal, quién los contrató y qué papel jugaron. Un verdadero pacto de silencio.

De acuerdo a otra investigación de la periodista Josefina López Mackenzie en el programa Somos buenos del canal TN, la gala de Knight Consortium fue organizada por la empresa malaya Alpha Bash, que habría subcontratado a la productora argentina Passion for Events, propiedad de Pablo Ribaric. Los directivos de esta empresa sólo han atinado a declarar que tienen un contrato de confidencialidad y que no van a decir nada, lo cual remite también al pacto de silencio de los actores argentinos.

Los directivos de esta empresa sólo han atinado a declarar que tienen un contrato de confidencialidad y que no van a decir nada, lo cual remite también al pacto de silencio de los actores argentinos.

Los polacos fueron los únicos que hablaron y confirmaron que a ellos los contrató una chica asiática de nombre Ashli, lo cual coincide con la información que aportó López Mackenzie: su nombre completo sería Ashli Pang, se presentaba como la CEO de Alpha Bash y estaba acompañada en Buenos Aires por un empleado de nombre Deliang Chong. Ambos cerraron todas sus redes sociales y no han contestado a ningún llamado ni mensaje para que den alguna explicación de su participación en el evento o en la estafa.

Volviendo a la mesa de directivos: luego de identificar a los dos actores polacos, el siguiente turno fue para Esteban Comas. Esteban es modelo y actor publicitario. Entre lo más destacable de su carrera aparece una publicidad de manteca en Estados Unidos donde hace las veces de galán de Kim Cattrall, una de las protagonistas de Sex and the City, y más recientemente ha aparecido como una de las caras de Aerolíneas Argentinas en la presentación de sus nuevos uniformes. Esteban estaba sentado en la mesa VIP de Knight Consortium al lado del imaginario Timothy Murphy polaco.

Esteban es además uno de los modelos de la agencia Estrellitas Bookers, empresa que provee de modelos, actores y actrices a publicidades y series de televisión. Pero no fue el único empleado de esa agencia sentado en la dichosa mesa: también tenemos a Florencia Di Zillo, Solange Mantilla, Pablo B. y a Leandro Rodríguez. Florencia se presenta como actriz y modelo, y recientemente fue cara de la marca de ropa Selú; Solange declara las mismas profesiones, apareció hace poco en campañas de ropa de supermercados Coto y trabajó además en China modelando para el famoso sitio de comercio electrónico Taobao; Pablo es modelo de fotos de stock que usan en muchas marcas del mundo, incluyendo los uniformes argentinos Zaphira; y Leandro Rodriguez, además de ser modelo publicitario —por ejemplo, para la marca de chocolates Shot—, es uno de los cantantes de La Devichenzi, una banda de cumbia que se especializa en covers de todos los estilos y trabaja en eventos familiares y corporativos.

A la lista de argentinos de la mesa sumamos a “Dam Dam”, otro actor y modelo que hizo muchos avisos para Carrefour y otras marcas, y a otro a quien llamaremos “Ricky”, cuyo único perfil público deriva de actuaciones estelares en varios videos de 30 minutos de una plataforma de contenido para adultos que, casualmente, no está disponible para Argentina. Los videos que Ricky hace junto a otros varones son un tipo de contenido pornográfico fetiche que juro que no sabía que existía. Se venden por suscripción o por unidad a precios que varían entre los 10 y 30 dólares. Todo indica que las ventas no eran muy significativas, por lo que aceptó participar de la gala para dar la imagen de que Knight Consortium está compuesto por mucha gente elegante y con mucha presencia.

Los videos que Ricky hace junto a otros varones son un tipo de contenido pornográfico fetiche que juro que no sabía que existía.

Si a un lado de la mesa con los actores polacos teníamos a Esteban Comas, del otro lado tenemos al personaje que nos falta en esta historia: Horacio Montanaro Fuster, CEO de la agencia Estrellitas Bookers, quien también es parte del pacto de silencio y bloqueó todo intento de obtener alguna declaración de su parte. De este modo, Estrellitas Bookers no sólo aportó a varios de sus modelos para presumiblemente hacer de extras en la mesa de directivos, sino que fue él en persona al evento y aparece como uno de los personajes más activos en la filmación de lo allí sucedido. Tanto que subió al escenario tres veces: una para la foto de rigor con todos los actores y extras, una para un momento con los bailarines y finalmente fue el encargado de entregar un obsequio a varios participantes que, presumimos, no estaban al tanto de que se trataba todo de una farsa.

Horacio Tadeo Montaro Fuster tiene 54 anos, es extranjero pero su profesión lo ata a Argentina desde hace mucho tiempo. Fue productor ejecutivo de muchos programas de Cris Morena en Telefé, como los famosos Jugate conmigo, Verano del ’98, Chiquititas, Rebelde Way y Floricienta. Fundó su agencia de modelos, actores y actrices hace 23 años, y hace unas semanas anunció en su cuenta de LinkedIn que volvería a trabajar con Cris Morena y Telefé en la nueva novela Margarita.

¿Qué hacía Horacio actuando de directivo de Knight Consortium? ¿Tiene alguna conexión con la organización o fue tan sólo contratado por la argentina Passion for Events o la malaya Alpha Bash? Y si fue contratado para aportar extras para la farsa con los polacos, ¿por qué fue él también? Son preguntas que por el momento no quiso contestar, pero que imagino que, tarde o temprano, en los medios o en la Justicia, deberá hacerlo. Hay decenas de miles de argentinos que pusieron sus ahorros, préstamos, autos e indemnizaciones en la app que promocionaban, y que esperan una respuesta. Para ponerle caras reales a todos estos datos, en este otro video de mi canal se puede ver el resumen del quién es quién de aquella gala:

Cuento chino

Antes del evento de septiembre, la malaya Ashli Pang habría estado en Buenos Aires en noviembre de 2023 paseando por Recoleta, y hace dos meses habría estado involucrada en una transferencia de casi 3 bitcoins (equivalente a unos 165.000 dólares) que podría ser parte del pago para organizar la farsa de la gala del Consorcio de Caballeros. Ese evento fue realizado con el objetivo de darle más legitimidad a un esquema ponzi que, hasta ese momento, sólo se manejaba con cuentas de Instagram de “la China”, cuya foto de perfil fue a su vez robada a una taiwanesa de nombre Tina, quien desde hace unos días no para de recibir mensajes de cientos de personas que le piden que le devuelvan su dinero. Para la vuelta de tuerca final, los estafadores contrataron en estas últimas semanas a una actriz e influencer filipina para que interprete a la China de marras, y convencer así a los inversores de que todo es real y siempre lo fue.

Así las cosas, Argentina está viviendo una verdadera “ponzidemia”, una tierra fértil para todo tipo de estafas a partir del uso de redes sociales y tecnología. El combo se completa con falta de educación financiera, crisis económica, la necesidad de la gente y la ambición por la plata fácil. Al respecto, hace pocos meses publiqué también en Seúl la nota “Los manosantas digitales”. Recapitulando este caso, tenemos una supuesta empresa singapurense, que tiene usuarios de Telegram que operan en distintas ciudades con distintos nombres, pero en todos los casos hay alguien que imparte directivas y se la conoce siempre como “la China”; que organizaron un evento con una empresa malaya, que habría contratado a dos actores polacos para interpretar a directivos de la empresa, y que se asociaron a su vez con una o dos empresas argentinas que llevaron más actores y modelos a una gala con decenas de líderes de comunidad de todo el país; en suma, una estafa Ponzi que prometía el 2% de rendimiento diario gracias a unas señales mágicas enviadas por Telegram. Los rastros del dinero que se fugaron con criptomonedas llegan a bancos de Ecuador y a empresas fintech de Camboya. Lo dicho: si lo querés guionar, no te sale.

La app de la empresa, RainbowEx, habría tenido unos 96.000 usuarios y se habrían hecho depósitos por más de 50 millones de dólares, la mayoría de ellos, de argentinos. Algunos han retirado y han ganado mucho dinero, pero a costa de otros que pusieron y ahora no lo pueden recuperar. En la plataforma han quedado registrados miles de retiros fallidos por 70 millones de dólares; buena parte de esos fondos nunca existieron y eran sólo cifras infladas por la estafa. Sólo 30.000 argentinos de los más de 60.000 que pusieron dinero pudieron alguna vez hacer un retiro exitoso del dinero depositado.

La Justicia recién empieza a investigar, tarde. Ningún organismo de control, Comisión Nacional de Valores, Unidad de Información Financiera o AFIP, registró nada raro.

La Justicia recién empieza a investigar, tarde. Ningún organismo de control, Comisión Nacional de Valores, Unidad de Información Financiera o AFIP, registró nada raro. Ninguna fintech usada como intermediaria despertó ninguna alerta. El intendente de San Pedro, con toda la ciudad metida en la estafa, tampoco. Los líderes de las pirámides de cada ciudad ahora están amenazados, desaparecidos e imputados en una causa. Para colmo, también cayeron en la misma semana empresas clones como Peak Capital, con focos en la ciudad de Casilda y en el Chaco, y otros esquemas ponzi en pueblos y ciudades más chicas, afectando a más de 100.000 personas.

Mientras escribo estas líneas, “la China” está pidiéndoles a los inversores que depositen 88 dólares para cumplir un supuesto acuerdo con el Gobierno argentino, que aseguran que le permitirá a la gente recuperar su dinero. Quienes no paguen los 88 dólares, verán suspendida su cuenta para siempre y su dinero reportado a las autoridades como parte de un programa antilavado, mensaje macabro si los hay. Y absolutamente todo falso, desde luego. Así y todo, los estafadores detrás de RainbowEx y Knight Consortium han recaudado de este modo otros 650.000 dólares de gente desesperada para ver si puede volver a ver algo de sus inversiones. Algunos incluso le dejan propina a “la China”: depositan 90 o 100, con la esperanza de que se apiade de ellos y les dé prioridad en la devolución.

Esta historia también me remite en algo al “robo del siglo” a la sucursal del Banco Río en San Isidro y el mensaje que dejaron los ladrones en aquella ocasión en la escena del crimen: “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores”. La diferencia es que acá, si bien habrá algún que otro ricachón, los bolsiqueados son en su mayoría obreros, peones de campo, jubilados y gente de bajos recursos.

Lo último: ¿saben por qué los estafadores piden exactamente 88 dólares por estos días? ¿Saben qué significa el 88 en la cultura china? Tiene varios significados: se usa como símbolo de riqueza y prosperidad, como referencia al karma en el budismo y, en las aplicaciones de mensajería como Telegram, es una abreviatura. “88” se lee “bā bā”, que suena muy parecido a “bye bye”. Adiós.

Sólo faltaría la China diciendo: “Duéi bu chí, ió juó má?”. En español: “Disculpe, fuego, ¿tiene?”.

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Maximiliano Firtman

Profesor, autor y periodista especializado en tecnología. Autor de 13 libros y más de 30 cursos en plataformas de educación. Fundador de ITMaster Academy. En Twitter es @MaxiFirtman.

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