Elegir traicionar los detalles íntimos de amigos desprevenidos que no son para el lector ni picantes ni divertidos, es elegir lo peor de los dos mundos.
El arrebato cholulo es lastimoso por definición, como el grito desbordado de una adolescente en llamas. Puede destruir por unos segundos (o para siempre) al espíritu más refinado.